Ambiente en el casco urbano de Monroyo el domingo. Rubén Lombarte
Las gentes del Matarraña se reencuentran en Monroyo
La feria de alimentación y artesanía dinamiza el comercio
Monroyo celebró durante el fin de semana su XXXII Feria de alimentos y artesanía con medio centenar de expositores que llenaron de vida el casco urbano. Los productos gastronómicos de kilómetro cero y el corte de Jamón de Teruel que se cura en la localidad volvieron a protagonizar un evento que sirvió como punto de reencuentro para las gentes del Matarraña.
La muestra de Monroyo presume de ser una de las más antiguas de Aragón. No en vano, en 1382 le fue otorgado este privilegio concedido por Pedro IV el Ceremonioso. Siempre fue una muestra ganadera y de intercambio de productos, y de un tiempo a esta parte ha adquirido un ambiente más festivo, gastronómico y artesanal.
En esta ocasión han participado en la feria hasta 50 expositores, la gran mayoría relacionados con la temática de la feria: desde embutidos a turrones, pasando por miel, quesos, vinos, horticultura y artesanía en cuero y otros. Se intenta seguir una filosofía kilómetro cero para que lo que se vende y compra proceda de los pueblos de alrededor. Los puestos principales se ubican en el agradecido casco urbano empedrado, con sus característicos arcos que embellecen el evento.
El ambiente ferial se completó con una veintena de expositores de mercadillo ambulante instalados en la zona del frontón y el muro.
El corte de jamón, en esta ocasión en formato de demostración y degustación, tuvo lugar en la plaza del Ayuntamiento en la franja del vermú de sábado y domingo. Fernando Guarc fue el encargado de sacar el mejor partido a los perniles de calidad que se elaboran en la zona.
El sábado por la tarde se celebró un concurso de morra, emulando aquella jornada del pasado agosto llamada Encuentro Jamorrero, que unió en un mismo día el concurso nacional de cortadores de jamón con juego de dedos participado por aficionados de Teruel, Tarragona y Castellón.
La charanga Dit y Fet, un concierto de Efracústico y discomóvil hasta altas horas amenizaron el sábado.
Durante la feria hubo una exposición de Sangchen Norbu Ling, el Centro Budista de retiro que existe en Monroyo, y actividades infantiles.
Como novedad, este año hubo una zona de juegos y atracciones en las instalaciones deportivas de la localidad, bajo la filosofía del Ayuntamiento –organizador del certamen– de potenciar que la muestra sea no solo un espacio de reencuentro de gentes y de comercio, sino también “un referente y la mejor opción para pasar un hermoso fin de semana en familia para satisfacción y disfrute del niño interior que todos llevamos dentro”.
La muestra de Monroyo presume de ser una de las más antiguas de Aragón. No en vano, en 1382 le fue otorgado este privilegio concedido por Pedro IV el Ceremonioso. Siempre fue una muestra ganadera y de intercambio de productos, y de un tiempo a esta parte ha adquirido un ambiente más festivo, gastronómico y artesanal.
Toca llenar la despensa
En esta ocasión han participado en la feria hasta 50 expositores, la gran mayoría relacionados con la temática de la feria: desde embutidos a turrones, pasando por miel, quesos, vinos, horticultura y artesanía en cuero y otros. Se intenta seguir una filosofía kilómetro cero para que lo que se vende y compra proceda de los pueblos de alrededor. Los puestos principales se ubican en el agradecido casco urbano empedrado, con sus característicos arcos que embellecen el evento.
El ambiente ferial se completó con una veintena de expositores de mercadillo ambulante instalados en la zona del frontón y el muro.
El corte de jamón, en esta ocasión en formato de demostración y degustación, tuvo lugar en la plaza del Ayuntamiento en la franja del vermú de sábado y domingo. Fernando Guarc fue el encargado de sacar el mejor partido a los perniles de calidad que se elaboran en la zona.
El sábado por la tarde se celebró un concurso de morra, emulando aquella jornada del pasado agosto llamada Encuentro Jamorrero, que unió en un mismo día el concurso nacional de cortadores de jamón con juego de dedos participado por aficionados de Teruel, Tarragona y Castellón.
La charanga Dit y Fet, un concierto de Efracústico y discomóvil hasta altas horas amenizaron el sábado.
Durante la feria hubo una exposición de Sangchen Norbu Ling, el Centro Budista de retiro que existe en Monroyo, y actividades infantiles.
Como novedad, este año hubo una zona de juegos y atracciones en las instalaciones deportivas de la localidad, bajo la filosofía del Ayuntamiento –organizador del certamen– de potenciar que la muestra sea no solo un espacio de reencuentro de gentes y de comercio, sino también “un referente y la mejor opción para pasar un hermoso fin de semana en familia para satisfacción y disfrute del niño interior que todos llevamos dentro”.