La Uned propicia un intercambio de saberes entre la escuela rural turolense y la uruguaya
Allí las escuelas públicas con más de diez alumnos imparten también educación secundariaUn grupo de profesionales de la educación de Uruguay visita la provincia estos días para sumergirse en el universo de los Colegios Rurales Agrupados (CRA), los Centros Rurales de Innovación Educativa (Criet) y la escuela de educación especial Gloria Fuertes de Andorra. En verano, educadores turolenses devolverán la visita para completar un proyecto piloto de intercambio propiciado por el Instituto de Investigación en Humanidades y Patrimonio del aula de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned) en Alcañiz.
El objetivo es identificar las fortalezas de ambos modelos de educación rural y consolidar este intercambio, buscando profundizar en proyectos en común que puedan ser financiados por las administraciones públicas. Así lo explicó la directora del instituto de la Uned con sede en el Bajo Aragón, María García, que esta semana ha llevado a sus tres invitadas de Uruguay a empaparse del modelo educativo de la provincia. Visitaron el colegio Juan Sobrarias de Alcañiz, el Centro Integrado de Formación Profesional de la capital bajoaragonesa y el servicio de Inspección educativa. La semana que viene tienen previsto entrevistarse con responsables del Criet de Albarracín y del instituto de esta localidad, el más pequeño de Aragón con tan solo 80 alumnos.
“Las zonas rurales de Uruguay y Teruel tienen unas características semejantes: población envejecida, núcleos pequeños y emigración a a las ciudades. Hay problemas muy semejantes que se han resuelto de modos distintos, pero son complementarios”, explicó García.
En Uruguay, desde 2008 “decidieron darle un ordenador personal al niño nada más entrar en su primera escuela”. Esa “digitalización les ha permitido equivocarse, innovar, ver los pros y los contras y plantear problemas que son muy actuales en Teruel”, ahondó la investigadora.
Por su parte, Teruel lleva cuatro décadas desarrollando los Criet, un modelo innovador por el que “tres veces al año, niños que están en una misma escuela con alumnos de cinco, siete o diez años tienen la posibilidad de estar en un entorno con niños de su edad para ser formados juntos en materias complementarias” a las que reciben diariamente en sus colegios rurales. Además, la atención del Gloria Fuertes a personas con diversidad funcional “es un modelo para cualquier país”, subrayó García.
De modo que “la Uned ha decidido poner en comunicación esos dos mundos para que los docentes puedan sacar buenas ideas de Uguruay y de Teruel”. Las tres docentes uruguayas –la directora de escuela rural María Noelia Ceballos, la inspectora de educación primaria Yanela Palacio y la profesora de formación Cristina Hernández– están de vacaciones de verano, mientras que docentes turolenses harán lo propio a finales de julio para aprender del país sudamericano.
Todo el ciclo básico
“En Uruguay tenemos escuela de educación especial, pero no con la magnitud de Andorra. La infraestructura de nuestros colegios es más pequeña, a pesar de que pueden tener esta capacidad de alumnos –unos 80 en el caso de Andorra–. Lo que sí tenemos en común es que apostamos por la inclusión como principio educativo”, indicó Palacio.
En su país, “las escuelas rurales están muy distantes de las ciudades” y tienen “cinco, diez, 45 alumnos las que más”. Ellos compensan esta lejanía con respecto a centros de educación secundaria con la inclusión, en centros de más de diez alumnos, de “todo el ciclo básico”, hasta los 16 años.
La inspectora valoró la posibilidad de “compartir experiencias” en España, lo que permite “estar en contacto con los niños, docentes y equipos de dirección”. De esta forma se mejora la calidad de los aprendizajes y se construye “la educación de este siglo XXI”. Palacio valoró la actualización de las instituciones españolas, que tienen “fondos monetarios” que permiten financiar proyectos educativos para una “educación de excelencia”.
Por su parte, la directora del Gloria Fuertes, Lola Oriol, alabó que “Uruguay tiene una ley de la escuela rural muy avanzada”. Como anfitriona, les explico el proyecto del centro para lograr la inclusión de su alumnado cuando llegue a la vida adulta. “Este proyecto no sería igual si estuviese en el ámbito urbano”, explicó la directora, pues en una localidad más pequeña es más fácil implantar programas de autonomía personal. “Aquí los chicos van a comprar, salen a tomar algo y a nadie le sorprende”, subrayó.
Las rutas de transporte que van al colegio desde varias comarcas sorprendieron a las uruguayas, que se llevaron un buen sabor de boca con el proyecto y con una comida en el centro.