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La tercera campaña de reforestación de Sylvestris en Majalinos ya está en marcha La tercera campaña de reforestación de Sylvestris en Majalinos ya está en marcha
Un grupo de ejulvinos planta árboles en lo alto de Majalinos, con la localidad de Andorra-Sierra de Arcos al fondo. M. N.

La tercera campaña de reforestación de Sylvestris en Majalinos ya está en marcha

Un total de 30 trabajadores plantarán 120 hectáreas de especies coníferas y frondosas durante 8 semanas
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La tercera campaña de reforestación del Grupo Sylvestris en la sierra de Majalinos ha arrancado esta semana. Treinta personas del territorio plantarán hasta finales de diciembre 120 hectáreas de pinos y especies frondosas en el marco de una actuación financiada por empresas privadas que triplicará en extensión a las dos anteriores.

Sylvestris se ha especializado en restaurar zonas incendiadas con técnicas económicas, de bajo impacto ambiental pero alta repercusión social. “Estas reforestaciones son fundamentalmente futuros sumideros de carbono”, explicó el cofundador del grupo, Francisco Martínez, en el pico de Majalinos, donde tiene lugar la campaña de este año.

“La financiación viene dada por empresas que quieren compensar su huella de carbono. Gracias a eso, podemos plantar estos bosques. Es el tercer año consecutivo que venimos a una zona que tiene mucha potencialidad al ser áreas forestales que se perdieron en el incendio de hace ya once años”, ahondó el responsable de la reforestación, la mayor que el grupo realiza este año en todo el país.

Tras ejecutar los proyectos de responsabilidad social corporativa, Sylvestris gestiona para estas empresas la obtención del sello  Compenso CO2 que otorga el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El desembolso que realizan  estas compañías multinacionales para reverdecer su imagen es importante, pues la inversión de este año para la plantación de 120 hectáreas se sitúa en torno a los 500.000 euros, de los que el 70% se inyectan en el momento de la plantación y el resto se reserva para los mantenimientos en los próximos tres años.

Las labores, que se han retrasado tres semanas por la ausencia de lluvias hasta hace escasos días, comenzaron el pasado lunes con una cuadrilla de 30 personas, todas ellas del entorno, que trabajarán a lo largo de ocho semanas de forma continua. “Si hubiera que suspender por el mal tiempo, se prolongaría el tiempo necesario”, aclaró Martínez.

Triplica superficie

La nueva plantación triplica en extensión a las desarrolladas durante los dos últimos años por el proyecto Clima Rural. Nuestros montes no se olvidan, que con el apoyo de la Fundación Plant for the Planet y la implicación de tres grupos Leader reforestó 40 hectáreas en municipios donde el incendio Aliaga-Ejulve de 2009 arrasó 7.200 hectáreas.

La Caixa, Titanlux, Reckitt Beckinser y Eurofred plantaron 20 hectáreas en Ejulve que se sumaron a otras 20 en este término municipal, en Montoro de Mezquita y en Aliaga, esta vez financiadas con fondos de los grupos de acción local Adibama, Agujama y Ofycumi. Tras este primer empujón, el proyecto está donde quería y las empresas ya han cogido el testigo.

En este momento hay 20.000 plantas en crecimiento y este año se van a instalar 72.000 más. En el entorno de las torres de telecomunicaciones de Majalinos se plantarán un total de 115 hectáreas, por otras 2 en La Zoma y 3 en Aliaga.

Además, se realizará un mantenimiento de las 40 hectáreas reforestadas años atrás, por lo que “entre reforestación nueva y reposición de marras podemos andar este año por las 160 hectáreas”, apostilló Martínez. Han fallado entre el 15 y el 20% de las primeras plantas, un balance satisfactorio para la consultoría forestal que lleva los trabajos. 

Las 72.000 plantas de este año se reparten entre frondosas (quejigos, encinas, azarollos, latoneros, majuelos o chopos) y coníferas (pino laricio y silvestre).

En definitiva, una “masa mixta” enfocada no solo a que haya “una mayor biodiversidad sino pensando en el futuro”, explicó Martínez en referencia a las afecciones del cambio climático. Además, “si viene una catástrofe como un incendio, queremos especies con diferente respuesta: unas rebrotadoras de cepa, otras emergentes por semilla”.

“Revulsivo para el territorio”

Entre los responsables de la plantación de este año está el alcalde de La Zoma, Aitor Lozano, quien aseguró que las actuaciones de reforestación “son un revulsivo para el territorio”, también “económico porque todo el personal que se ha contratado es de los pueblos más cercanos a Ejulve”.

“Si el cambio climático no se vuelve demasiado extremo, la mayoría de las plantas llegarán a buen puerto; de hecho, en las actuaciones anteriores suele haber un 15% de marras, y nos comprometemos a reponer durante tres años todos esos fallos. En cuatro años suponemos que el cien por cien habrá arraigado y en un futuro crearán un bosque”, destacó Lozano, quien aprovechó para recordar que el proyecto Plantando Agua que desarrolla Coca-Cola en el entorno de La Zoma también ha contribuido a reforestar 80 hectáreas que ya están dando sus frutos “después de mucho esfuerzo”. 

“En esta zona la gente quiere que el bosque vuelva a convertirse en algo tras el incendio. Es la colaboración de los ayuntamientos la que abre las puertas y hace que las empresas se interesen por venir aquí, a la España vaciada”, explicó Enrique Enciso, cofundador de Sylvestris junto al propio Martínez.

“Tal y como está la cosa, estos 2 meses de trabajo son la salvación para muchos”

Una de las patas importantes que tiene el proyecto de reforestación de Majalinos es la contratación de mano de obra local durante varias semanas al año. De esta forma, este final de otoño hay 30 trabajadores del entorno, algunos en situación de vulnerabilidad, que recibirán unos ingresos en función del convenio forestal.

“No somos una ONG, pero sí una empresa social y por nuestra política de compromiso social damos prioridad a ciertos perfiles que están una situación más desfavorecida”, destacó Martínez. En este sentido, amplió, “sólo el hecho de vivir en zonas escasamente pobladas ya es una situación de desfavorecimiento, pues tienen menos oportunidades a la hora de colocarse laboralmente que en las ciudades”.

“Ahora de cara al invierno, que podamos hacer estos dos meses y además en nuestro pueblo y con la gente de alrededor, es la salvación para muchos; tal y como está la cosa, sin esto estaríamos fastidiados”, manifestó Stanislav Cuatrecasas, vecino de Ejulve que acaba de perder su trabajo en el hotel de Estercuel tras las últimas restricciones aprobadas por el Gobierno de Aragón en materia de hostelería.

El ejulvino puso en valor que hace dos años la cuadrilla era tan solo de ocho personas y “ahora ya somos 30”.

“Después del incendio da alegría ver cómo se va replantando otra vez todo. Esperemos que brote todo bien para arriba y volvamos a tener un monte como el de antes, y que tanto para el pueblo como para el territorio haga pie”, concluyó Cuatrecasas.

La reforestación también ha sido una vía de ingresos para Trinidad Espallargas, ceramista afincada en Alcorisa. “Con el poco trabajo que se mueve ahora al estar paradas todas las asociaciones porque no se puede hacer ninguna reunión ni celebración, y la gente además gasta poco porque tiene que estar mirando su economía, me surgió este trabajo y lo he aprovechado”.

La alcorisana, que reconoce estar “la más de a gusto trabajando en el monte”, ya había plantado pinos 25 años atrás en la zona, “pero esta empresa trabaja mucho mejor”, aseguró. “Nos agarramos al trabajo, pero este es agradable de agarrarse”, aseguró, pues las condiciones no son malas.