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La sequía merma la cosecha de oliva un 30 por 100, pero se mantiene la producción de aceite La sequía merma la cosecha de oliva un 30 por 100, pero se mantiene la producción de aceite
Un remolque cargado de olivas en una explotación olivarera del Matarraña

La sequía merma la cosecha de oliva un 30 por 100, pero se mantiene la producción de aceite

Los olivareros del Bajo Aragón seguirán recogiendo en febrero, en una campaña que hubiera batido récords de producción si hubiera llovido
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El olivar bajoaragonés hubiera tenido este año una campaña récord de kilos de aceituna de no ser por la sequía, según valoran agricultores y almazareros. La falta de lluvias ha reducido alrededor de un 30% la cosecha de oliva, si bien, en cuanto a aceite, ésta campaña será considerada una de las mejores de los últimos años en producción. Ésto ha sido así, porque aunque la sequía ha dejado pequeñas las olivas, que no han engordado como otras veces y, por tanto, han perdido peso en agua, el rendimiento de aceite por kilo -la concentración-  es mayor.

La calidad se salvará, dicen los almazareros, que temían que la falta de agua que ha padecido el campo en el último año hiciera que el nuevo aceite perdiera cualidades, con mayor acidez y, por tanto, con dificultades para ser calificado como virgen extra, la máxima categoría a la que puede aspirar el oro líquido. 

En relación a la calidad, hay disparidad de criterios. Para José Gabriel Alcober, de la empresa Aceites Alcober e Hijos de Valdeltormo, “será bastante normal y no ha sido mejor por culpa de la sequía”. En definitiva, “un aceite bueno, pero no excelente”, entre otras cosas, “porque la oliva estaba tan madura cuando se ha recogido del árbol, que ahora tenemos un aceite menos frutado, que no es ni es amargo ni picante, pero al que le faltará algo”.

Las razones por las que la campaña ha empezado más tarde de lo habitual también habría que buscarlas en la sed padecida por el campo. El fruto estaba mucho más agarrado a la rama por la sequía, así que la recolección empezó bien avanzado diciembre. Al cosechar más tarde, el fruto ha entrado en las almazaras más maduro y ha dado de sí un aceite “menos frutado de lo que los técnicos consideran una calidad óptima”, apuntó Alcober.

Aún con todo, los almazareros se dan por satisfechos. “Por lo que estamos viendo con los primeros aceites que se están haciendo, la calidad será buena dentro de lo que cabe, mejor de la que esperábamos, porque éste era un año con mucha sequía y podía haber problemas de amargor y picor, y finalmente no los ha habido”, afirmó el gerente de la Cooperativa del Mezquín, que concentra la producción olivarera de pueblos como Belmonte de San José, Torrecilla de Alcañiz, Alcañiz y La Codoñera, principalmente.

Sancho consideró que la reducción en producción rondará el 30% en su área de influencia. “Si hubieran caído entre 30 y 40 litros en el mes de octubre, ahora estaríamos en una cosecha grandiosa”, reconoció, cuando “se ha quedado en una campaña normal tirando a buena en relación a la cantidad”, añadió.

En cualquier caso, a la campaña aún le quedan días por delante, al menos un par de semanas para terminar de recoger la oliva que hay en el árbol y “dos o tres más para la que se ha caído al suelo”, que será poca. Con todo, la mayor parte de la cosecha, a estas alturas, ya está en las almazaras. A partir de ahora, lo que se alargue la recolección “dependerá de la climatología, pero suponemos que hay faena para todo el mes de febrero”, valoró el empresario de Valdeltormo.

Precios y mercado

A pesar de haber sido una buena campaña en producción, los precios han sido “aceptables” para el agricultor, aunque en las últimas semanas han ido a la baja. Hasta la semana pasada, el aceite de oliva virgen extra se cotizaba en origen a 3,60 euros el kilo a granel, pero ya esta semana ha habido dificultades para cerrar ventas a esos precios, que han bajado hasta los 3,50 euros.

Los precios del aceite arrancaron fuertes la campaña en diciembre, con cotizaciones que rondaban los cuatro euros el kilo. Consiguieron mantenerse en torno a esos niveles varias semanas,  a 3,80 y 3,70 euros el kilo, hasta que se estabilizaron en enero a 3,60. 

En cuanto al enlace de la campaña, todo indica que irá, otro año más, ajustado, así que tampoco se prevé que bajen mucho más, a lo sumo “10 o 20 céntimos como máximo”, calculó Alcober.

La bajada de esta semana de las cotizaciones se explicaría porque se abrió el contingente de aceite que vende Túnez a la Unión Europea (UE), que “ofertó a un precio muy bajo y que obligó a los productores griegos a ser más competitivos, y eso nos ha rebotado a nosotros”, añadió.

Augurar la tendencia que seguirá en las semanas siguientes tampoco es fácil. El gerente de la Cooperativa del Mezquín afirmó que “el mercado no lo puede predecir nadie” y “lo que tenemos ahora es que los italianos no vienen a comprar aceite, porque están en otros mercados como Grecia o Túnez”, donde los aceites se venden más baratos. Aún así, Pedro Antonio Sancho reconoció que pese a que el comprador foráneo aún no ha llegado al mercado español, los precios “se están manteniendo a 3,60 euros el kilo, con fluctuaciones de cinco céntimos arriba o abajo”, y esos son buenos precios de venta en origen para el agricultor. 

“Otra cosa es que los italianos no aparezcan pronto en el mercado español, porque si no lo hacen, ésto se puede estropear, porque son los principales compradores de nuestro aceite de oliva”, reconoció el gerente de la cooperativa del Mezquín.

Lo que podría ayudar a salvar este nivel de precios es el enlace con la campaña 2018-2019, que parece que irá ajustado. Eso explicaría por qué a pesar de la falta de demanda, los que tienen el aceite en sus manos no lo venden. Lo reconocía el gerente de la cooperativa del Mezquín, pero también el almazarero de Alcañiz, Vicente Gaibar, que opina que a lo largo del año “el aceite tiene que subir”.

El año pasado, el mercado del aceite de oliva en España llegó a octubre con unas existencias en almazaras de 115.000 toneladas. 

Evolución en 2018

La evolución del mercado del aceite está por ver. Los productores y envasadores no tienen una bola de cristal y, como en todo, hay opiniones dispares. Mientras Alcober apunta a precios que ronden los 3,50 euros el kilo o bajen incluso de ahí, otros como Vicente Gaibar consideran que “el aceite tiene que subir” de aquí a final de año. El empresario alcañizano se basa en que el enlace con la siguiente cosecha será ajustado. Sobrará aceite, pero no un enorme excedente “El mercado nacional se ha estabilizado en 3,5 y 3,60 euros el kilo de aceite, pero ha llegado en algunos sitios a cotizarse a 4,30 o incluso a 4,40 euros, en partidas muy específicas”, justificó. Además, “aceite hay el justo, y no lo estamos vendiendo, y mucho menos en cisternas; nos lo estamos guardando, porque puede subir”. 

En mayo, se dilucidará el camino que toma el precio, cuando con la floración de pistas de cómo irá la producción aceitera de Andalucía en la siguiente cosecha. 

El almazarero de Alcañiz señaló “hay quienes aseguran que el mercado quiere volver a los precios de hace dos o tres años, de 2,5 euros el kilo, pero eso es ruinoso”. A esos precios “solamente son rentables las explotaciones intensivas que se recogen con cosechadora, pero no el olivar tradicional del Bajo Aragón, cuyos costes son muy superiores a los 1,40 euros que dicen que cuesta producir aceite con ese tipo de explotaciones agrícolas”.