La reciente detención de un vecino de Calahorra (La Rioja) por la posesión de almendra de origen ilícito ha sacado a la luz la dispar regulación que existe entre comunidades autónomas en relación a la venta de productos robados en el campo. La Rioja se ha convertido en una especie de paraíso para quienes se dedican a la sustracción de almendra, tal y como puso de manifiesto la Guardia Civil tras la denominada ‘Operación marcona’, que se saldó esta semana con la detención de este vecino de Calahorra en el momento en el que iba a vender 1.000 kilos de almendra robada a un almacenista.
Según la Benemérita, La Rioja Baja en un punto de referencia para la venta de almendra sustraída en provincias como Teruel, Álava, Burgos, Guipúzcoa, La Rioja, Santander, Soria, Tarragona, Valencia, Vizcaya y Zaragoza. Que esto es así “ha sido constatado por agentes del Servicio de Seguridad Ciudadana durante los procesos de identificación que llevan a cabo”, informó la Guardia Civil. Los agentes del cuerpo han constatado la presencia e identidad de numerosos delincuentes en esa comunidad que, sin tener ningún tipo vinculación agraria y teniendo domicilios en otras provincias, trasportan en el interior de sus vehículos o remolques almendras de dudosa procedencia que venden en La Rioja Baja.