La restauración del muro del Hejal de la Sinagoga de Híjar comenzará en agosto
Patrimonio adjudica a Albarium la conservación y valorización de los restos judíos del siglo XVLa empresa Albarium SL será la encargada de acometer la restauración de los revestimientos del muro del Hejal de la Sinagoga de Híjar que, a partir de agosto y hasta noviembre, pondrá en valor los restos conservados de época judía de este templo, considerado el cuarto en importancia en la península ibérica y uno de los 16 con mayor valor histórico de toda Europa.
El presupuesto de licitación ascendía a 76.593,07 euros, IVA incluido, y esta empresa zaragozana asume la actuación por 65.870,04 euros. Además, se compromete a realizar varias mejoras, como cuatro revisiones de mantenimiento con periodicidad anual mientras la recuperación esté en garantía, y elaborar un vídeo y un póster informativos de la intervención. Por todo ello, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha considerado que se trata de la mejor oferta calidad-precio de todas las recibidas.
La iglesia de San Antonio Abad, antigua sinagoga de Híjar, fue declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, en marzo de 2018. Un año antes, las obras de restauración interior del edificio llevadas a cabo por Suelo y Vivienda de Aragón con financiación del FITE constató la existencia de grisallas renacentistas y parte de un retablo pintado en el muro testero de la iglesia. Esto motivó que, en 2018, se realizara un estudio de catas murales que afloraron decoraciones subyacentes.
Se desmontó el retablo mayor dedicado a San Antón y se localizó un vano enmarcado por una decoración en yeso que se ha identificado como la embocadura del Hejal (o arón ha –kodesh), que era el armario donde se guardaban los rollos de la Torá, los textos sagrados judíos.
Además, en el eje superior del Hejal se encuentra un óculo también tallado en yeso y una serie de motivos decorativos pintados en desigual estado de conservación, pertenecientes a distintas épocas del edificio, dos siendo aún sinagoga y tres teniendo ya culto cristiano.
Un templo de gran relevancia
A pesar de que actualmente se barajan diversas hipótesis sobre su configuración como sinagoga y la posición de los diversos elementos de tradición hebrea hallados (el propio Hejal, la tribuna para la lectura de los textos sagrados –llamada Bimáh–, los asientos, la zona reservada para las mujeres y niños, el patio de entrada), lo que está claro es que el edificio cumplió esta función en su origen (posiblemente el siglo XIV), reformándose profundamente como sinagoga en 1410 y manteniendo este uso hasta la expulsión de los judíos de España en 1492 por orden de los Reyes Católicos.
En cualquier caso, los restos conservados de época judía son excepcionales, según los numerosos expertos que los han estudiado, y sirven para seguir avanzando en el conocimiento de la cultura hebrea no solo en Aragón, sino en toda España.
Recuperación de acabados
En agosto de 2023, tras la finalización de la segunda fase de intervención de restauración del edificio y con el objeto de abordar la recuperación de los interesantes revestimientos murales aparecidos en este paramento, Patrimonio encargó la redacción del proyecto para la restauración de los revestimientos precisamente a la empresa de restauración Albarium SL, de la que se encargó en concreto Encarna Ripollés Adelantado.
La intervención consistirá en la recuperación de los acabados originales del siglo XV del paramento sur, que alberga estos singulares restos para garantizar su conservación y contemplación a largo plazo. Se procederá a la limpieza y consolidación de enlucidos, revocos y labores de yeso, así como de policromías.
El estado de conservación del muro del Hejal es deficiente, aunque las grietas que le afectan están consolidadas. Por ello el muro no debería presentar más alteraciones que las producidas por las sales procedentes de los cementos de reparación aplicados. A través de las catas realizadas se ha observado que las pinturas originales presentan un aceptable estado de conservación.
El plazo de ejecución previsto es de cuatro meses, con un equipo formado por cuatro conservadores-restauradores. Tras la firma del contrato a finales de julio, está previsto que las actuaciones comiencen en agosto y puedan terminar, en noviembre. Los trabajos incluyen documentación, así como estudios de materiales y pruebas cuyos resultados se plasmarán en una memoria final.
Un edificio singular
El inmueble presenta una nave única de planta rectangular dividida en cuatro tramos por tres grandes arcos fajones ligeramente apuntados que sostienen una techumbre de madera a dos aguas. Su cabecera es recta y en ella se conservan interesantes restos de pinturas murales de diversas épocas (siglos XV al XVIII), así como decoración tallada en yeso del siglo XV.
En su parte alta todavía conserva un óculo cegado, que actualmente comunica con una vivienda adosada. Su fábrica actual es de tapial, adobe y ladrillo, enfoscado tanto al exterior como al interior y rematado por una cubierta de teja cerámica reformada a lo largo de los siglos.
La sinagoga de Híjar está considerada entre las 16 más importantes de toda Europa por su valor patrimonial y la cuarta de España, tras otras más imponentes como Toledo y Córdoba.
Testimonios de su historia
Los distintos trabajos de investigación que en la última década ha acogido la Sinagoga de Híjar concluyen lo excepcional de la decoración, tanto pictórica (que incluye, por lo menos, una inscripción hebrea y la representación de una Menoráh o candelabro de siete brazos) como tallada de la sinagoga del siglo XV, además de la pintura en grisalla del retablo de san Antón del siglo XVI y la posterior decoración barroca de los siglos XVII y XVIII.
El edificio, una vez finalizadas las intervenciones arquitectónicas llevadas a cabo por Suelo y Vivienda de Aragón entre 2017 y 2021, tenía pendiente una intervención meditada y rigurosa en sus revestimientos murales interiores que permitiera la recuperación de los excepcionales motivos de tradición judía conservados, pero también la convivencia de estos con aquellos otros motivos de tradición cristiana que forman parte también de su historia material y que, al fin y al cabo, constituyen el testimonio de sus sucesivos usos y etapas constructivas.
Fue a partir de 1517 –25 años después de la expulsión de los judíos por orden de los Reyes Católicos–, a instancias del duque Luis Fernández de Híjar, cuando se empezó a utilizar para el culto cristiano. Hasta 1524, por los monjes franciscanos y a partir de 1543 como iglesia de san Antón, añadiéndose algunos elementos necesarios para su nueva función como el coro o la sacristía, cegándose algunas ventanas y abriéndose otras nuevas y renovando toda la decoración interior del templo, de manera que los vestigios hebreos quedaron ocultos, explica Encarna Ripollés en el proyecto.
Con el paso del tiempo, especialmente en los siglos XVII y XVIII, se colocaron diversos altares y retablos barrocos que enriquecieron la decoración mural renacentista. En la guerra civil el edificio sufrió daños y la desaparición de la mayor parte de sus bienes, siendo destinado un tiempo a escuela. En los años 40 volvió a consagrarse y en 1951 se instaló un nuevo retablo mayor, hoy desmontado y almacenado.