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La polilla de boj crece de manera exponencial en el Matarraña y se expande tímidamente al Maestrazgo La polilla de boj crece de manera exponencial en el Matarraña y se expande tímidamente al Maestrazgo
Defoliaciones completas en arbustos de boj junto al río. Servicio de Medio Ambiente

La polilla de boj crece de manera exponencial en el Matarraña y se expande tímidamente al Maestrazgo

Llegó al entorno en 2021 y, tras capturar 1.800 mariposas con trampeo ese año, el crecimiento ha sido muy alto y en 2024 se han atrapado 25.000
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Cruz Aguilar

La polilla de boj (Cydalima perspectalis) es una plaga que afecta a estos arbustos y se detectó en el año 2021 en el Matarraña. Desde entonces su crecimiento ha sido exponencial, al pasar de 1.800 mariposas capturadas en 17 trampas entonces a 25.000 en este año 2024. Irrumpió en el Maestrazgo en el año 2023, pero su expansión no progresa a consecuencia de la climatología, pese a las grandes masas de boj que hay en varias de las poblaciones.

El jefe de Sanidad Vegetal en el Servicio Provincial de Medio Ambiente de Teruel, Felipe Rosado, indica que “las condiciones de altas temperaturas asociadas a sequedad ambiental van en contra suya, al igual que los inviernos fríos”, más típicos del Maestrazgo, mientras que “las temperaturas suaves y con algo de humedad ha favorecido el desarrollo” en los entornos de los ríos de la comarca del Matarraña

Se trata de un insecto lepidóptero, de la familia Crambidae, de origen asiático (nativo de China, Japón y Corea) y que se detectó por primera vez en Alemania en 2007. Se localizó en las cercanías de un centro de importación de productos y planta procedentes de China, por lo que posiblemente fuera esa su vía de entrada, relata Rosado. Tras extenderse por otros países, llegó a España, concretamente a Galicia y Cantabria, en el año 2013.
 

Nivel de daños intensivos en los arbustos más cercanos a los cauces de ríos y arroyos. Servicio Provincial de Medio Ambiente

En Teruel se descubrieron las primeras orugas en 2021 en Peñarroya de Tastavins, a través de uno de los agentes de protección de la naturaleza, que las localizó en el mes de marzo, concreta el jefe de Sanidad Vegetal. Recuerda que habían previsto la instalación de una serie de trampas para constatar su presencia en el Matarraña, porque conocían que desde la zona de Olot, en Girona, se había expandido hacia el suroeste, pero “la constatación fue anterior a la instalación de esta red de seguimiento”, reconoce.

A partir de ese momento se instaló una red de trampas en cuatro términos municipales, Cretas, Beceite, Valderrobres y Peñarroya de Tastavins. En ese mismo año, en las 17 trampas instaladas se capturaron 1.800 mariposas, mientras que, al año siguiente, el número de ejemplares se elevó a 2.600. Sin embargo, como matiza Felipe Rosado, “ese nivel de población no provocaba daños o, al menos, no se apreciaban de manera evidente”, dice, para añadir que la mayor parte de las capturas, en torno al 80% se realizaron por debajo de los 1.000 metros de altitud. El crecimiento de la plaga fue exponencial en el año 2023, cuando cayeron en las trampas 11.900 mariposas, un tercio de ellas ya por encima de los 1.000 metros, lo que significa, como apunta Felipe Rosado, que ya había colonizado en altura y que “se multiplicó por casi seis” en doce meses. De ese 2023 a este año se ha doblado hasta llegar a las 25.000 capturas, pero el ritmo de crecimiento ha bajado.

Las trampas polilleras emplean una feromona de atracción sexual, de forma que atraen a los machos, y se colocan en diferentes altitudes y exposiciones para analizar tanto el nivel de población como la línea de expansión.

Resultados

A raíz de esas capturas masivas en el Matarraña, se decidió colocar trampeos en el Maestrazgo, puesto que “se conocía que en la zona de Castellón también había fuertes incidencias”. En ese 2022 las diez trampas colocadas arrojaron un resultado rotundo, ya que no hubo ninguna captura: “Pensamos que en esa zona al ser tan alta y más continental, con temperaturas más frías, la Cydalima perspectalis no encontraba condiciones idóneas para su instalación. Sin embargo, los resultados del trampeo en 2023 echaron por tierra esas primeras conclusiones, al capturar un total de 300 mariposas.
 

Un APN comprueba una trampa en Cretas. Servicio Provincial de Medio Ambiente

El bajo nivel muestra, según detalla el jefe de Sanidad Vegetal, que es una zona menos propicia, algo que se confirmó este año 2024, cuando se registró presencia en los tres términos municipales pero al mismo nivel, lo que muestra que “no progresa”. Además, se ha ampliado la red de trampeo a La Cañada de Benatanduz y Fortanete, que tienen grandes masas de bosques de boj.

Temperaturas y mucha humedad son los requisitos de esta especie subtropical, motivos que han hecho que donde más ha proliferado sea en la cornisa cantábrica. En el Mediterráneo sólo está presente en aquellos enclaves húmedos, por eso en el Matarraña está en las franjas de vegetación paralelas a los ríos Ulldemó y Matarraña. Los daños en esa zona turolense, concreta Felipe Rosado, son muy visibles porque están junto a los senderos turísticos, pero las defoliaciones no son demasiado graves y tampoco se ha expandido mucho más allá de las zonas alejadas de los ríos.
 

Detalle de una de las hojas parasitadas por la polilla de boj. Servicio Provincial de Medio Ambiente

La mariposa tiene capacidad para volar hasta dos kilómetros y una envergadura de entre 5 y 6 centímetros. Está próxima, detalla Rosado, a las polillas nocturnas y tiene fototaxia, se siente atraída por los focos de luz, lo que hace pensar que ha podido viajar transportada por vehículos de forma accidental.

En su ciclo biológico, los daños los produce la oruga, muy voraz y que defolia las hojas perennes del boj. En la planta, la defoliación coincide con el periodo de crecimiento del arbusto, que queda desprotegido al quedar sin hojas para la función fotosintética.

“El boj tiene una capacidad muy buena de rebrote, pero esta combinación de defoliación total del arbusto en combinación con una climatología adversa de sequía y repetidas defoliaciones, pueden llegar a matar la planta”, argumenta el responsable de Sanidad Vegetal. Asegura que lo normal es que la planta rebrote, pero el ataque de Cydalima perspectalis le resta crecimiento y desarrollo, aunque “sólo en casos muy extremos pueden tener mortalidades”.