La Marcha del Ebro concluye en Tortosa reclamando una mejor gestión de las aguas
En Santolea, vecinos de la zona, protestaron por el último desembalseLa Marcha del Ebro, que ha recorrido distintos escenarios de conflicto con el agua en la cuenca desde el pasado 10 de abril, llegó el domingo a Tortosa después de haber pasado esta semana por la provincia de Teruel y más concretamente por Santolea y Aguaviva. Los nombres de estas dos localidades han estado ligados a conflictos o problemas derivados de la gestión del agua, y este jueves sus vecinos se sumaron a la iniciativa que han impulsado la Red del Agua Pública de Aragón (RAPA), Ecologistas en Acción y la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (Coagret) al participar en una concentración en el pueblo de Santolea.
El coordinador de la Marcha del Ebro y miembro de la Red Pública del Agua José Luis Martínez realizó balance ayer, después de llegar a Tortosa, destino final de este viaje que han realizado en bicicleta un grupo de entre 10 y 15 personas. A modo de conclusión, Martínez señaló que “de lo que nos hemos dado cuenta estos días es de la necesidad de que los afectados se unan, porque solos es muy difícil que puedan defender el territorio”.
La Marcha del Ebro, según Martínez, “ha vuelto a colocar reivindicaciones históricas sobre la mesa y evidenciado que existen conflictos del agua” que todavía siguen latentes. No en vano, el reciente desembalse de Santolea, que ha llenado de lodo el cauce del río Guadalope, ha puesto en alerta a los vecinos de los pueblos del entorno, que se han visto afectados al tener que suspenderse el suministro de agua de boca, como le ocurrió a Aguaviva.
También los antiguos moradores de Santolea, personas ya muy mayores, no dudaron esta semana en sumarse al acto reivindicativo que la Marcha del Ebro había organizado en su pueblo, ahora abandonado. Allí volvieron para recordar cómo fueron expulsados de sus casas durante el franquismo y cómo sus viviendas terminaron dinamitadas para evitar que ninguno de ellos volviera.
Los organizadores de la Marcha destacaron la alta participación “de gente joven” en la concentración celebrada en Santolea. “Es importante que los jóvenes estén motivados a proteger sus ríos y a sus habitantes”, añadió el coordinador de la Marcha.
Por otra parte, Martínez hizo hincapié en que en nuestro país “hay que hacer frente al problema de la mercantilización del agua”, a raiz de los cambios legislativos “realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy, con los que un derecho que la administración concede a los usuarios para regar y para beber se está convirtiendo en una mercancía”. Estos cambios en la normativa de gestión del agua favorecerá a las grandes empresas, añadió el portavoz de la Red Pública del Agua. Según Martínez, “es evidente que la gestión la van a manejar las grandes empresas, por que son las que tienen capacidad”.
Otras de las conclusiones de la Marcha es que “debemos cuidar los ríos y poner coto a los proyectos más contaminantes”. No en vano, Martínez recordó que a su paso por Flix los afectados nos explicaron cómo la industria química, que fue una gran fuente de trabajo para la zona, ahora que está de salida ha dejado una herencia de contaminación muy importante”.
Por último, los ciclistas pasaron también por la localidad de Fabara (Zaragoza), que fue una de las primeras en oponerse en Aragón al Plan de saneamiento y depuración de las aguas basado en la construcción de grandes depuradoras. La localidad del Bajo Aragón Caspe “tuvo una actitud pionera al promover la construcción de una depuradora barata, ecológica y muy sostenible, a diferencia de lo que se había planeado en ese propio plan de saneamiento, con depuradoras carísimas y un sostenimiento difícil de mantener financieramente”, apuntó Martínez.