La historia de Endesa en Andorra no cesa: 1.725 MW renovables para crear empleo y riqueza
La eléctrica aspira a construir en la zona el mayor parque solar de EuropaLa historia de Endesa en Andorra y comarca no termina con el cierre de la central térmica el pasado 30 de junio. Después de más de 40 años dedicada a la minería del carbón y a la producción de energía termoeléctrica, la compañía tiene previsto abordar en los próximos seis años su inversión más importante –en torno a 1.500 millones de euros– en la zona: el mayor parque solar de Europa, un proyecto industrial potente que generará empleo e ingresos para los municipios en los que se instale.
El primer grupo de la central térmica se conectó al sistema eléctrico nacional el 16 de mayo de 1979 y la planta ha estado operativa hasta el pasado 30 de junio. Atrás quedan 41 años, un mes y 14 días de actividad y 784.473 horas de funcionamiento de sus tres grupos para producir un total de 224,3 teravatios hora (Twh) netos, el equivalente al consumo de electricidad peninsular durante un año. La térmica tuvo ejercicios de más de 7.000 horas de funcionamiento, llegando a generar el 4% de la electricidad nacional y más del 10% de la energía térmica.
Para hacerlo posible, Endesa consumió 142,6 millones de toneladas de carbón, del que el 78% fue nacional. El lignito de Teruel supuso la activación económica y social de una zona que precisó mano de obra que en muchos casos procedió del sur de España. La empresa, que en los años 70 del siglo pasado tomó el testigo de la antigua Empresa Nacional Calvo Sotelo (Encaso), no solo les facilitó un trabajo, sino que habilitó economatos, escuelas e instalaciones deportivas de primer orden, y patrocinó un equipo de fútbol, el Endesa Andorra, que llegó a militar en la Segunda División B.
Mirar hacia el Futur-e
La nostalgia de un modo de vida se apodera de los andorranos al tiempo que Endesa recalca que su andadura en el territorio no ha acabado. En el horizonte se vislumbra el mayor parque solar de Europa, que generará 4.000 empleos en su construcción hasta 2026 y 138 durante la fase de mantenimiento y operación, que se prolongará durante más de 25 años a partir de la conexión.
Desde el principio, todos los parámetros medioambientales tuvieron gran relevancia en la explotación de la térmica, especialmente en lo referente al control de las emisiones y de la calidad del aire en el entorno debido al elevado contenido en azufre y cenizas del lignito local. Ello supuso inversiones de más de 400 millones de euros, con las que la central logró estabilizar las emisiones a la atmósfera en niveles inferiores a una tonelada por megavatio hora producido.
En su constante adaptación, la apuesta por las renovables de Endesa supone una continuidad lógica a los esfuerzos previos por reducir la contaminación.
“En vez de chimeneas, donde están estas instalaciones (las de la central) habrá placas fotovoltaicas” que, con un total de 1.585 megavatios (MW) de potencia instalada supondrán “el mayor proyecto renovable que hay ahora mismo en marcha en Europa”, aseguró el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, durante la última apertura a los medios de comunicación de la Central Térmica Teruel.
A las placas fotovoltaicas se sumarán otros 140 MW de parques eólicos, para un total de 1.725 MW de potencia instalada, además de 160 MW adicionales de almacenamiento en baterías para poder inyectar energía a la red en caso de momentos de carencia de recurso natural. El proyecto, diseñado en tres fases, finalizará en 2026 si la burocracia lo permite.
“Endesa ha puesto encima de la mesa un proyecto de futuro” que sintoniza con “el Green Deal, el desafío verde, el nuevo proyecto para relanzar la economía que ha quedado maltrecha después del Covid”, aseguró Montaner.
“Una de las patas sobre las que se asienta” el proyecto de reactivación europeo “es precisamente la economía verde, la construcción de proyectos renovables, y aquí nos hemos adelantado con el mayor proyecto que ahora mismo hay en Europa”, dijo el responsable.
“Hay un proyecto industrial fuerte. Conocen perfectamente lo que es Endesa por la presencia que hemos tenido aquí durante 40 años y la que vamos a seguir teniendo en la zona, lo que pasa es que cambiamos un tipo de energía fósil que ya no tiene futuro por un tipo de energía renovable que va a permitir seguir generando riqueza en la zona”, defendió Montaner. “Es el inicio de una nueva etapa”, resumió.
El 19 de diciembre de 2018, y tras acogerse al Plan Nacional Transitorio que expiró el 30 de junio sin materializar las importantes inversiones que exigía la Directiva europea de Emisiones Industriales cuya recuperación hubiera sido inviable en las condiciones regulatorias y de mercado actuales y previsibles, Endesa presentó solicitud formal de cierre ante el Ministerio para la Transición Ecológica que éste le aprobó oficialmente el pasado 9 de julio.
En paralelo a la solicitud de cierre, Endesa presentó de forma voluntaria un Plan de Futuro destinado a compensar los efectos del cierre a través de diversas medidas concretas para promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona de la central.
Dicho plan incluye la recolocación de los empleados de Endesa, así como dar total prioridad a la contratación de trabajadores de las empresas auxiliares para el desarrollo de las actividades de cierre y desmantelamiento de la planta, que se prolongarán durante 36 meses y que generarán alrededor de 130 empleos, con picos de 200. Hasta un 80% de los operarios serán de la zona, según las bases de la licitación de los trabajos que están a punto de ser adjudicados.
A los empleados de Endesa se les están ofreciendo recolocaciones, de manera personalizada, en distintos puestos de trabajo de la compañía según sus funciones, siempre teniendo en cuenta la proximidad geográfica a su actual entorno laboral. Además, se estima que el 66% de la plantilla podría ser prejubilada.
Los trabajadores de las empresas contratistas tendrán la oportunidad de realizar cursos de formación tanto para sumarse a esos trabajos como para poder ser contratados en las nuevas instalaciones renovables que la empresa desarrollará en la zona.
La primera fase, que se iniciará en enero de 2021 y finalizará a principios de 2022, contempla la construcción de un parque fotovoltaico de 50 MW (presentado a tramitación administrativa), que se construirá dentro del perímetro de la actual central térmica, y la construcción de un parque eólico, de 49,4 MW de potencia (presentado también a tramitación administrativa), que se instalará en el término municipal de Ejulve.
La segunda fase prevé impulsar 235 megavatios de energía solar fotovoltaica y 54,3 MW de almacenamiento en baterías, y se instalará en gran medida dentro del perímetro de la actual central térmica. Se desarrollará a lo largo de 15 meses, entre marzo de 2022 y junio de 2023.
A expensas del concurso
Para las dos primeras fases, Endesa ya posee punto de conexión, mientras que la tercera fase –de 1.390 megavatios–, depende de la asignación por parte del Ministerio para la Transición Ecológica de la capacidad de evacuación que deja libre la central térmica.
El gabinete de la vicepresidenta cuarta del Gobierno de España, Teresa Ribera, asegura que hay varios inversores interesados en este proceso, si bien considera que el proyecto de Endesa es “muy interesante” y “genera envidia sana en otras zonas de España donde las transiciones no ven anuncios de proyectos de estas dimensiones”, tal como subrayó el 30 de junio en este diario la directora del Instituto de Transición Justa, Laura Martín Murillo. El concurso para adjudicar la potencia de evacuación será convocado después del verano.
En la mencionada tercera y última fase, que se iniciaría en mayo de 2023 y finalizaría a principios de 2026, se construirían 1.300 MW de potencia fotovoltaica, 90 MW de energía eólica y 105 MW de almacenamiento en baterías. La potencia asociada a estas fases se construiría en terrenos de los términos municipales de Andorra, Alcorisa, Alcañiz, Calanda e Híjar.
La construcción de esta nueva potencia facilitará importantes recursos a los municipios mencionados a través de impuestos y tasas, así como elevados ingresos en concepto de alquileres a los propietarios de los terrenos en los que sea ubicada.