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La Guardia Civil sospecha que Feher estaba en el Bajo Aragón en noviembre La Guardia Civil sospecha que Feher estaba en el Bajo Aragón en noviembre
Varias personas esperan la salida del serbio Norbert Feher en Alcañiz tras declarar en el juzgado el domingo. EFE/Antonio Garcia

La Guardia Civil sospecha que Feher estaba en el Bajo Aragón en noviembre

Le vinculan a los robos en masías que empezaron a registrarse en esa fecha
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La Guardia Civil de Alcañiz sospecha que Igor El Ruso llevaba desde noviembre en el Bajo Aragón, por los robos que comenzaron a registrarse en pequeñas masías y casas de campo agrícolas del término municipal de Albalate del Arzobispo. Eran robos de poca monta, de comida y seguidos.

Los dispositivos intervenidos a Norbert Feher permitirán reconstruir los pasos que dio este individuo para llegar hasta allí. También los que realizó desde que la tarde del día 5 disparó contra dos vecinos de Albalate en un masico a tres kilómetros del pueblo hasta que asesinó a los dos guardias civiles de la Compañía de Alcañiz y al ganadero de Andorra José Luis Iranzo. También determinarán el camino que emprendió al huir hasta Cantavieja.

Desde que su rastro se perdió en la noche del 5 de diciembre tras herir de gravedad a Manuel Marcuello y Manuel Andreu, Norbert Feher volvió a robar en una casa agrícola situada a cinco kilómetros de donde disparó a los dos albalatinos. El fugitivo, que se sabía iba armado, continuaba rondando la zona. 

Lo siguiente fueron los restos de comida encontrados la mañana del fatídico día 14 en el Mas del Saso por los Iranzo. Padre e hijo avisaron a la patrulla ROCA, que permaneció en alerta durante todo el día, y que, ya por la tarde, se topó con el fugitivo cerca de la partida de El Ventorrillo, cuando huía con el vehículo robado a José Luis Iranzo, al que le había descerrajado dos tiros en la puerta de la masía. Experto en el uso de armas de fuego, hirió gravemente a los dos agentes y se llevó sus pistolas reglamentarias, acabando la huida en Cantavieja, donde fue detenido por una patrulla de la Guardia Civil que, gracias a cámaras infrarrojas, lo localizó adormilado en una zona de monte, a pocos metros de la carretera. 

Fuentes policiales reconocieron que el fugitivo se movía solo al anochecer, siguiendo el mismo modus operandi que en Italia le permitió escapar de un cerco policial en el que participaban 1.000 agentes. Ni agricultores ni cazadores vieron en Albalate o Andorra nada sospechoso en los días posteriores al primer ataque, y esto cuadraría con la falta de resultados que obtuvo el helicóptero de la Guardia Civil en las dos salidas que realizó desde el día 5.