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La Fiscalía abre diligencias por los lodos que han colapsado 30 kilómetros del río Guadalope La Fiscalía abre diligencias por los lodos que han colapsado 30 kilómetros del río Guadalope
El río Guadalope aguas abajo de la presa, con barro de la orilla, cubriendo los cantos rodados. AEMS Ríos con vida

La Fiscalía abre diligencias por los lodos que han colapsado 30 kilómetros del río Guadalope

La ataguía que debía recoger los limos procedentes del vaso está llena y no da abasto
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El lecho del río Guadalope se encuentra cubierto de lodo 30 kilómetros aguas abajo de la presa de Santolea como consecuencia de la maniobra de desembalsado que ha llevado a cabo la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para que puedan ejecutarse las obras de construcción de la nueva presa del cañón (en mitad del pantano). Según ha confirmado este periódico, la Fiscalía de Medio Ambiente de Teruel ha abierto diligencias a instancias del Seprona de la Guardia Civil, que ha iniciado una investigación para determinar las responsabilidades por unos hechos que la asociación ecologista AEMS Ríos con Vida ya ha tildado de “desastre”.

Todo apunta a que ha habido o bien una falta de previsión por parte de la promotora de la obra, la empresa pública Acuaes -al demostrarse insuficientes las medidas correctoras establecidas para la recogida de los fangos del embalse durante la maniobra de vaciado- o bien que no se han adoptado todas las medidas que están contempladas en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). 

La balsa construida para la recepción de los lodos está completamente colapsada y ha provocado que los limos finos del pantano se hayan desplazado aguas abajo taponando el lecho del río, donde viven cientos de especies de animales invertebrados que sirven de alimento a los peces y forman su comunidad biótica.

Fue la organización ecologista AEMS Ríos con vida la que denunció los hechos y los puso en conocimiento de la Guardia Civil hace varias semanas. Esta asociación ha sido la responsable, desde 2012, de un proyecto de restauración de frezaderos de trucha en la zona ahora afectada por el desembalsado de Santolea, iniciativa por la que recibieron el Premio Maestrazgo Natural 2018, otorgado en la VIII edición de Premios Maestrazgo Europa en reconocimiento a su labor en defensa de los ríos y de la protección de la biodiversidad. 

La afección medioambiental ocupa, según la organización ecologista, “alrededor de 30 kilómetros de cauce”, en un tramo comprendido entre la presa de Santolea y la cola del embalse de Calanda, que está actuando de depósito final de los lodos finos.

La maniobra de vaciado del embalse se topó con vicisitudes desde el mes de octubre pasado como consecuencia del periodo de gota fría que rellenó el vaso  cuando ya había comenzado la maniobra. Las lluvias retrasaron el vaciado varias semanas más de lo previsto.

La DIA de la obra de recrecimiento señala que como medida de precaución para la protección del río aguas abajo de la presa debería construirse una ataguía temporal, pero no matiza de qué tamaño. Además, el documento también apunta a “la programación del vaciado del embalse, con elección adecuada de la fecha y de la velocidad de vaciado, y con sueltas preliminares de agua para impedir sinergias entre la carga de sólidos en suspensión movilizada desde el embalse y la suspendida desde el cauce del río”. Junto a esto se deberían establecer, según la DIA, medidas como “la decantación de las aguas salientes del vaciado, usándose la ataguía para la deposición de finos, previamente acondicionados”. 

Algo no se hizo bien

Los hechos demuestran que o bien no eran medidas suficientes o algo no se ha hecho correctamente, porque la afección medioambiental es visible desde la superficie. Según AEMS,  “el lodo ha cubierto por completo las gravas y cantos del río, asfixiando o expulsando toda vida acuática, incluyendo invertebrados y peces, y convirtiendo el cauce del Guadalope en una triste pista de barro. La organización ecologista arremete contra la CHE y la empresa pública Acuaes, por haber dado el visto bueno a una “DIA más que dudosa”. 

El secretario general de AEMS, César Rodríguez, consideró que “una obra prevista y en la que se han establecido medidas para minimizar los efectos sobre el medio ambiente no puede provocar un desastre como éste, porque los lodos han cubierto por completo cantos y gravas, entre las que habitan cientos de invertebrados que sirven de alimento a los peces”.

En su opinión, este es un “asunto complejo”, y apuntó a que ”posiblemente ha habido imprevisión en la DIA, bien porque no se valoró de manera adecuada la cantidad de lodos que saldrían del vaso (el embalse tiene 90 años) o bien porque no se ha sabido organizar un desagüe más ordenado o incluso porque no se han tomado las medidas adecuadas. Lo que está claro es que no se puede hacer esto. La directiva marco del agua impide el deterioro adicional de las masas de agua”, lamentó Rodríguez.

Chema Blasco, responsable en Aragón de AEMS Ríos con Vida, fue la persona que comunicó lo que estaba sucediendo “a la Guardia Civil y al Gobierno de Aragón”. Según detalló, “empezaron a verse los efectos del vaciado en Navidad, y ya entonces enviamos imágenes de lo que estaba pasando. La balsa de decantación que habían construido estaba llena y los lodos se han sedimentado en todo el lecho, en la orilla, en los pozos, han colmado los fondos y provocado un efecto desastroso sobre los seres vivos acuáticos que viven bajo las piedras, que no han podido escapar del desastre”. Según el experto, la DIA “es generalista y poco profunda” y la ataguía “insuficiente para absorber las toneladas de lodos que han salido del embalse”.

La CHE colabora con Seprona

Desde el organismo de cuenca informaron de que “se está analizando la situación junto a Acuaes, que es la promotora de la obra” y que depende del ministerio para la Transición Ecológica. Estas mismas fuentes confirmaron que están “colaborando” con el Seprona de la Guardia Civil, desde donde se ha solicitado información de la obra. 

En cuanto al Gobierno de Aragón, el director del servicio provincial de Medio Ambiente, Pedro Polo, puntualizó que la competencia en materia de aguas “es de la CHE” y que “en la DIA de la obra figura que debe de haber un plan de control” de la maniobra de vaciado, que corresponde al organismo de cuenca. El departamento de Medio Ambiente, según Polo, intervendrá “en todo aquello que se refiera al hábitat de pesca y otras especies”. Reconoció que “recibimos un aviso por parte de la Fiscalía en relación a que se están investigando los hechos”, lo que ha llevado al Ejecutivo aragonés a “encargar unos informes técnicos a la sección de caza y biodiversidad para ver en qué situación se encuentra el entorno y observar el estado en el que se encuentra el hábitat”. A partir de este documento, según Polo, “y según la evaluación que realicemos, se propondrán medidas a corto plazo”.

Frezaderos destruidos

Desde 2012, AEMS Ríos con vida ha llevado a cabo actuaciones en el río Guadalope para restaurar los frezaderos de trucha, una actividad que consiste en la remoción física de los lugares identificados donde esta especie pone sus huevos. En la zona afectada se llevaron a cabo estas medidas entre 2012 y 2015, pero “varias de las zonas acondicionadas han sido totalmente destruidas por el tremendo aluvión de lodo producido por el desembalse”, explicó el responsable en Aragón de la asociación, Chema Blasco, quien valoró que “las poblaciones de trucha común se encontraban en un claro proceso de recuperación tras haber mejorado mucho las condiciones del ecosistema”. En su opinión, “todo este trabajo se ha ido al traste y todas las zonas acondicionadas han sido arrasadas”. El suyo era un  proyecto de voluntariado ambiental que supuso el nacimiento de un grupo de voluntarios concienciados, entre los que se encontraban pescadores y amantes de la naturaleza. Según Blasco, el daño es “irreparable en el río” y también “en la moral e ilusión de los voluntarios”.