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La familia de uno de los guardias asesinados en Andorra solicita aclarar si el chaleco protegía las zonas vitales La familia de uno de los guardias asesinados en Andorra solicita aclarar si el chaleco protegía las zonas vitales
Dispositivo policial desplegado el 15 de diciembre en la zona de los asesinatos. M. N.

La familia de uno de los guardias asesinados en Andorra solicita aclarar si el chaleco protegía las zonas vitales

Las acusaciones piden ampliar los informes de la autopsia y de criminalística
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La familia de Víctor Jesús Caballero, uno de los dos agentes de la Guardia Civil asesinados a tiros por Norbert Feher el pasado 14 de diciembre en Andorra, ha pedido a la jueza que instruye la causa judicial que ordene una ampliación de los informes de autopsia y del laboratorio de criminalística para conocer si el chaleco antibalas que portaba le hubiera salvado la vida en caso de haber protegido “suficientemente las zonas vitales alcanzadas por los disparos”. 

También solicita que se pida al hospital (en realidad fue el Centro de Salud de Andorra)  donde fue atendido Caballero, la hora exacta a la que llegó y si lo hizo con vida.

Con la práctica de estas diligencias, esta acusación particular quiere saber si se hubiera podido evitar el fallecimiento del agente gaditano con una atención médica más inmediata y especializada en el lugar del tiroteo. También quiere conocer si se practicó el protocolo de reanimación de forma correcta. Cabe recordar que Caballero, junto a Víctor Romero, fue trasladado por sus compañeros en los coches de paisano que formaron parte del operativo policial. 

Dos tallas inferior

Según determina el informe de autopsia completo remitido por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón, dos de los siete disparos que recibió Caballero fueron en la “cara anterior del hemitórax izquierdo” y en la “cara antero-lateral del hemitórax izquierdo”, que se corresponderían con la zona de protección que debería cubrir el chaleco antibalas que, según la autopsia, era dos tallas inferior a la camiseta de paisano que portaba (L frente a XXL).

Su chaleco había sido suministrado por la Guardia Civil, a diferencia del de su compañero Víctor Romero, que era de su propiedad y sí era de su talla. 

Esta descripción aviva las sospechas que tenía la familia de Caballero, así como otras partes personadas en la causa como la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), de que el chaleco pudo no cumplir su función.

Por ello, los allegados del agente han solicitado a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcañiz una ampliación del informe de autopsia que determine el tiempo que pudo tardar en fallecer Caballero a la vista de los disparos recibidos y qué proyectil pudo ser el más determinante para su muerte. 

Por otra parte, al laboratorio de criminalística de la Policía Judicial de la Guardia Civil le piden que aclare si el chaleco antibalas que portaba el gaditano era el adecuado, el nivel de protección que debe tener un chaleco antibalas frente a impactos de armas de fuego y si la protección que portaba el guardia tenía ese nivel  requerido.

Además, esta parte quiere saber qué superficie de zonas vitales debe proteger un chaleco antibalas y si en el caso de Caballero esa superficie estaba suficientemente protegida con este elemento de seguridad. 

Según apunta la autopsia, Caballero fue el peor parado del tiroteo, puesto que su cuerpo presenta siete orificios de entrada de bala en las áreas torácica, abdominal, lumbar, cintura pélvica y muslos. 

Los trayectos de bala, apuntan los forenses, no afectaron a órganos vitales ni grandes vasos, pero sí produjeron hemorragias masivas que desencadenaron un shock hipovolémico (pérdida de gran cantidad de sangre incompatible con la vida).

Esta acusación particular entiende que “las diligencias solicitadas son indispensables para que consten todos los elementos necesarios para la apertura del juicio oral, ya que las practicadas hasta el momento se aprecian como insuficientes para los fines de la instrucción”. 

Evidenciar la “brutalidad”

Las mismas pruebas, aunque dirigidas al cuerpo de Romero y con un objetivo distinto, ha solicitado el abogado de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) que representa a la viuda e hija del agente, Jorge Piedrafita.

Este letrado ha formulado petición de ampliación y complemento de la información facilitada en los informes de la autopsia “con dos objetivos claros: que se acredite sin fisuras que los agentes emboscados no tenían opción a sobrevivir tras la brutalidad del ataque y que la actuación de Feher se hizo con una pericia e intencionalidad para provocarles una muerte segura pese a que llevaran chalecos antibalas”.

A juicio de esta acusación particular, “resulta importante certificar sin ningún margen de duda que Feher actuó con plena conciencia de sus actos, sabía que eran agentes de la Guardia Civil y los emboscó con una pericia y frialdad en la que no cabía ninguna opción de defensa pese a que la actuación de los agentes que participaron en el operativo del día 14 fue correctísima”. 

De esta forma, pretende aclarar “cuestiones controvertidas”, en relación a la fiabilidad de los chalecos, “y que pueda proseguir la instrucción con el objetivo vigilante de construir una acusación firme para que Feher reciba la máxima condena que permita el ordenamiento jurídico”.

A este propósito, respecto a la autopsia solicita que se informe si los disparos implicaron el fallecimiento inmediato de Romero, el tiempo que pudo transcurrir hasta la muerte en caso de quedar malherido y qué disparos pudieron causar más daño.

Al Centro de Salud de Andorra le pide que aclare si Romero llegó con vida y qué actuación sanitario se llevó a cabo.

Por último, y en caso de que la jueza entienda pertinente profundizar en los chalecos, solicita que se informe si la protección de Romero estaba homologada, si la dimensión de las placas varía en función de la talla –y en este caso la diferencia en centímetros que puede existir– y la distancia de los disparos respecto a la zona de protección del chaleco. 

El examen médico y psicológico a Feher será el día 25 en la cárcel de Zuera

El reconocimiento médico a Norbert Feher que autorizó la jueza a petición de la defensa del asesino tendrá lugar el 25 de junio. El examen psicológico y psiquiátrico será realizado por dos médicos forenses y dos psicólogos del Instituto de Medicina Legal de Aragón. 

El examen psicológico se realizará en el centro penitenciario de Zuera (Zaragoza) donde está ingresado el asesino de los agentes Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero y del ganadero José Luis Iranzo.

La jueza pide que asista a los médicos un intérprete de italiano y emplaza a emitir “informe completo sobre el estado mental del señor Feher, enfermedades, patologías o cualquier alteración que pudiera afectar a su capacidad de conocer y decidir, a efectos de determinar la imputabilidad del mismo, en relación a los hechos supuestamente cometidos por el mismo el día 14 de diciembre de 2017”.