La cuenca del Matarraña sólo permite regar hortalizas y frutales que estén por recolectar
La situación de “extrema sequía” deja el pantano de Pena al 24% de su capacidadLa Junta Central de Usuarios del Matarraña y Afluentes intensifica las limitaciones de riego “ante la situación de extrema sequía” que padece la cuenca y “el nivel tan bajo de reservas” existente en este momento, por lo que tan solo permite regar hortalizas y árboles frutales que estén por recolectar.
De esta forma, mediante el segundo bando en lo que va de agosto, el día 21 avisó de que “queda prohibido el riego en plantaciones que no tengan fruto; huebras, rastrojos, pastos y alfalfa; almendros, olivos y todo árbol frutal recolectado”.
“Las parcelas que riegan con balsa solo podrán llenar el agua que se precise para riego de fruto”, dice la Junta, que insta a los consistorios a “hacer un uso austero, eficiente y racional del agua tomando las medidas pertinentes acorde a la situación actual”.
La Junta Central de Usuarios del Matarraña y Afluentes entiende que “es el momento de tomar medidas y decisiones” con “el único objetivo de guardar el máximo de recursos pensando en la campaña próxima”.
“En caso de que la situación climatológica cambiase, se anularían las prohibiciones establecidas”, indica el regulador, consciente de que “estas medidas requieren un sacrificio por parte de los usuarios”, si bien recuerda que “el cumplimiento de estas disposiciones redunda en beneficio de todos”.
El presidente del sindicato de riegos, Miguel Zurita, aseguró en declaraciones a este diario que “la situación es cada vez más complicada y los recursos más escasos”, por lo que las medidas han de ser “más drásticas y coherentes a lo que hemos ido diciendo todo el año: si la climatología no cambiaba, había que hacer restricciones más severas”.
De esta forma, y como resumen, solamente se podrán regar “hortalizas y árboles frutales que estén por recolectar”, dijo Zurita.
Segundo bando en 15 días
Las nuevas medidas intensifican las restricciones de agua de riego en la cuenca del Matarraña que el sindicato central ya decretó el 6 de agosto para prohibir la hidratación de huebras, rastrojos y la hierba destinada a pastos.
En aquella ocasión, con el embalse de Pena al 29% de su capacidad con 5,16 hectómetros cúbicos almacenados –ahora está al 23,81% con 4,25 Hm3–, el único que regula la cabecera, la Junta Central de Usuarios y Afluentes del Matarraña hizo público un bando en todos los municipios de la cuenca reclamando al vecindario, que en agosto se multiplica por dos o incluso se triplica en la mayor parte de los pueblos, que hiciera “un uso racional del agua para no agravar la situación”.
El sindicato de regantes también recomendó “reducir la frecuencia de riego en espacios ajardinados, tanto públicos como particulares”.
Por último, el escrito recordaba a los regantes las normas que ya son habituales y que están dirigidas a un uso más racional del agua: azudes, acequias y brazales en perfectas condiciones de limpieza, hierba segada en plantaciones de frutales y el rulo pasado en las plantaciones labradas, y realización de caballones cada 2.000 metros cúbicos.
Zurita instó a los municipios a hacer un uso austero del agua. Además de los riegos, el recurso de Pena va a parar a abastecimiento de ayuntamientos, granjas y sector turístico. Preguntado por si la sequía ya afecta a los cultivos este año, el presidente de usuarios explicó: “No hemos tenido toda el agua que nos hubiera gustado, pues estábamos acostumbrados a regar cada 25 días y lo hemos tenido que estirar prácticamente a 35”.
La situación de sequía está afectando este año de manera intensa a la margen derecha del Ebro, especialmente a las cuencas del Guadalope, Martín y Matarraña. En esta última, las reservas de agua almacenadas en el embalse de Pena han caído en picado en los dos últimos meses.