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La Comarca de Andorra-Sierra de Arcos exige menos fotos y que lleguen las infraestructuras prometidas La Comarca de Andorra-Sierra de Arcos exige menos fotos y que lleguen las infraestructuras prometidas
magen de archivo de las instalaciones de la central térmica de Andorra. Aragónhoy

La Comarca de Andorra-Sierra de Arcos exige menos fotos y que lleguen las infraestructuras prometidas

El territorio quiere que se detalle el proceso de transición justa de la misma forma que se concretó el calendario para la clausura de la minería
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“Hemos tenido 20 o 30 años para hacer la reconversión pero, si queremos, en seis meses se aplica”, aseveró el presidente de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Antonio Donoso, quien reclamó que de una vez por todas llegue la Elevación de Aguas del Ebro y el cargadero ferroviario prometidos por la Administración a los polígonos industriales de la cabecera comarcal.

Donoso exigió al Ministerio para la Transición Ecológica que, de la misma forma que “hemos sido capaces de notificar la fecha y la hora del cierre del carbón y planificar para el 2030 las energías renovables, seamos capaces de detallar el plan de choque para damnificar” a las comarcas mineras “por los daños colaterales que vamos a causar”.

El territorio no quiere gestionar los 250 millones de euros que el nuevo plan Miner 2019-2027 destina para infraestructuras y proyectos empresariales, sino “proyectos y planes” de quienes “pueden cambiar las leyes”, muchos de ellos prometidos repetidamente como la manida Elevación de Aguas del Ebro, fundamental para el desarrollo industrial y agropecuario de cinco municipios de la zona y cuya segunda fase duerme en un cajón. 

El presidente comarcal culpó de esta situación a los gobiernos de Aragón y de España de varios colores políticos, pero también a sí mismo “porque no he sido capaz de convencer a los que están por encima de mí de todas estas necesidades”.

Pese a que el cierre es inminente, Donoso alberga aún la esperanza de que el Gobierno de España declare el complejo minero-eléctrico turolense como zona estratégica hasta 2030 mientras se buscan alternativas. “El mix energético no puede depender de empresas privadas y a nivel nacional tienes que tener una reserva en caso de deficiencia de suministro. Si las renovables no llegan a cubrir la demanda, se te fastidia una nuclear y el gas ya se sabe cómo está, un país como España tiene que tener su propio suministro eléctrico”, aseguró. Y el carbón nacional es el único recurso estable.

En este sentido, “nuestra zona es la mejor porque con lo pequeños que somos producimos el 60% del lignito a nivel nacional”.

“La última oportunidad”

Para el presidente de la Asociación Empresarial de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín, Roberto Miguel, el cierre de la térmica tiene que suponer “la última oportunidad” para la reindustrialización porque “esto se está acabando”.

Cerrará la central y los trabajadores serán prejubilados o recolocados, pero quedarán expuestos los que Miguel definió como “los grandes olvidados”, que son las contratas y sus trabajadores y “quienes vivimos del sector minero-eléctrico, que somos todos”.

Por ello, pidió que a los actores del territorio “no sólo nos utilicen para la foto y para la reunión, ni nos prometan como nos prometió Lambán el cargadero ferroviario, la Elevación y los 2 millones del Fite”.

“Ya está bien de reuniones. Queremos hechos y que los fondos Miner vayan para las zonas  que están realmente afectadas” por el cierre del carbón, reclamó Miguel.

Todo el tejido empresarial de Andorra, y con él sus trabajadores, se verá afectado por el cierre. Desde las contratas de la central –a algunos operarios de empresas auxiliares ya les han dicho que el lunes no vayan a trabajar– y las minas hasta las panaderías.

“A ver quién acomete ahora una reforma”, dijo el empresario, que precisamente tenia previsto dar un cambio su tienda. Los gremios de la construcción sufrirán, así como “la compraventa de viviendas” o “el ocio y la hostelería” porque “ la gente guardará por lo que pueda pasar”. 

“A partir de ahora se van a notar las consecuencias. La gente se ha dado cuenta de que la amenaza de cierre no era un órdago de Endesa y se va a producir un frenazo del consumo”

“Nos iremos apagando a no ser que realmente el plan que nos proponga la Administración pública sea capaz de sostenernos”, concluyó Miguel.