La CHE construye varias rampas para corzos en el Canal Calanda-Alcañiz
El organismo de cuenca se compromete a hacer intervenciones cada añoLa Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) acaba de construir varias ramas en el Canal Calanda Alcañiz para facilitar que los animales que caen al interior puedan salir por su propio pie y no mueran ahogados. La medida se ha llevado a cabo tras las denuncias públicas realizadas por las sociedades de cazadores de Alcañiz y Calanda que, a través de imágenes y videos grabados por los cazadores y divulgadas en redes sociales, han realizado en los últimos meses una campaña de sensibilización social.
El organismo de cuenca ha financiado la obra con el presupuesto de mantenimiento anual asignado a esta obra, según confirmaron fuentes de la CHE, que cifraron la actuación en unos 15.000 euros.
Los salideros se han ejecutado junto a las dos piezas de derivación de agua que tiene el Canal Calanda a lo largo de su recorrido y después de mantener sendas reuniones con Agentes de Protección de la Naturaleza (APNs) del Gobierno de Aragón y de las sociedades de cazadores de Alcañiz y Calanda, que llevan meses denunciando que tanto este canal de agua como el alimentador de La Estanca son "una trampa" para decenas de animales, principalmente corzos, que acuden a abrevar.
Fuentes del departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón calculan que alrededor de 60 animales caen al agua en un año en esas dos zonas, un número que, en cualquier caso, es aproximativo. No en vano, no hay ningún conteo oficial realizado. Además, hay animales que han salido con ayuda de cazadores o agricultores de la zona y no figuran en los registros que puedan tener APNs o sociedades de cazadores.
Dos puntos kilométricos
Las rampas de salida y los rebajes en la pared de hormigón del canal se han colocado en los puntos kilométricos 18,122 y 10,500, según informaron fuentes del organismo de cuenca, desde donde señalaron que los trabajos se dieron por acabados el pasado 19 de marzo. Igualmente, está prevista la colocación de otras rampas de madera móviles. La primera de estas estructuras tenía que haberse instalado a finales de marzo, pero la declaración del estado de alarma ha dejado pendiente su colocación.
La CHE ha intervenido tanto en el Canal Calanda Alcañiz como en el alimentador de La Estanca, que conecta con el embalse de Calanda. En este último hay ocho abrevaderos de agua. Ya estaban construidos, según la CHE, pero ahora están funcionando como si de una rampa de salida se tratara. Para que esto pueda ser así, los técnicos del organismo de cuenca han colocado unas biondas de madera para que realicen esa función de salidero.
Fuentes del departamento de Medio Ambiente explicaron que los rebajes en la pared ya han empezado a ejercer su función. Recientemente, un corzo cayó al agua, se le fue empujando canal abajo hasta que terminó junto a una de las rampas y consiguió salir del agua por sí mismo.
En julio del año pasado, los cazadores de Calanda enviaron una carta a la Confederación denunciando que los dos canales de agua de esa zona eran una ratonera para jabalíes y corzos, que acuden a la instalación a beber atraídos por el agua que queda dentro tras la suelta diaria que se realiza desde el embalse de Calanda. Al intentar escapar, se ven incapaces de saltar la pared y terminan engullidos por el caudal, que aumenta cada día a primera hora de la mañana. Los cazadores remitieron una carta el año pasado dirigida tanto al departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón como a la Confederación Hidrográfica. En ésta, detallaban que entre el 19 de enero y el 18 de mayo habían sacado, vivos o muertos, a cuatro jabalís y a 16 corzos, y denunciaban la falta de seguridad que rodea el canal, que no está vallado.
Aunque la carta dirigida a las dos administraciones se envió el año pasado, los cazadores ya advirtieron entonces de que esta situación venía ocurriendo desde que el canal se construyó. En cualquier caso, los ahogamientos de animales en esta zona se han incrementado debido a la alta expansión que ha adquirido el corzo en los últimos años. Este es un animal que hace 10 años no estaba presente en tierras tan bajas del Bajo Aragón. Sin embargo, es muy habitual ahora verlo en este entorno.