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La brigada municipal de Alcañiz tenía que excavar la grieta de Pui Pinos, pero la actuación no se llevó a cabo La brigada municipal de Alcañiz tenía que excavar la grieta de Pui Pinos, pero la actuación no se llevó a cabo
La grieta en el cerro de Pui Pinos en diciembre de 2016

La brigada municipal de Alcañiz tenía que excavar la grieta de Pui Pinos, pero la actuación no se llevó a cabo

Esta obra hubiera permitido comprobar la afección en la tubería general que estaba soterrada
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La decisión del Consejo Consultivo de Aragón de desestimar la resolución del Ayuntamiento de Alcañiz en la que se eximía de responsabilidades en relación al deslizamiento del cerro de Pui Pinos y achacaba los hechos a una mala gestión de la empresa Sifu (encargada del mantenimiento de los jardines) ha puesto en evidencia las dificultades para determinar quien tuvo la culpa del suceso. Y es que los informes presentados al expediente siembran bastantes dudas. El que presentó la anterior adjudicataria del mantenimiento de jardines, Atadi Empleo S.L.U, aporta dos datos controvertidos: uno de ellos que la brigada municipal tenía que excavar la grieta aparecida en el cerro cuatro meses antes del desprendimiento con el fin de comprobar sus causas, pero este trabajo nunca llegó a realizarse. Otro dato significativo es que el sistema de riego, que estaba abierto el día del suceso, no sólo lo manipulaba la empresa encargada del mantenimiento de los jardines (en el momento del desprendimiento Sifu), sino que “ocasionalmente” también lo hacían los operarios de la brigada municipal.

Estos dos datos, entre otros, explicarían en parte por qué el Consejo Consultivo de Aragón concluyó en su dictamen del pasado mes de septiembre que “en la tramitación del procedimiento y en la documentación del expediente no ha quedado suficientemente acreditado que la empresa contratista Sifu S.L. sea la responsable de los daños causados a los reclamantes” (los vecinos que quedaron sin vivienda y los que tuvieron que ser desalojados varios meses de sus domicilios). Además, en este dictamen se apunta a que “podrían concurrir otras causas generadoras de los daños en el deslizamiento parcial de la ladera oeste”.

Los informes presentados por Atadi Empleo SLU se centran en la subzona 19 del cerro, el mismo lugar de donde arrancó el desprendimiento de rocas el 18 de abril de 2017 y el mismo en el que apareció el 12 de diciembre de 2016 una grieta cuyo origen fue achacado a la existencia de un pino inclinado que estaría presionando el terreno. 

El área con más presión

La subzona 19 del cabezo era la que tenía más presión de agua del cerro, “porque la arqueta de riego número 4 era la más baja de todo el sistema”, según la documentación aportada por Atadi, lo que obligaba a los operarios de la empresa de mantenimiento “a disponer de electroválvulas dotadas de un regulador de presión”. Es por ello que la tubería de riego  siempre estaba en carga en esta zona, y sin  que la bomba estuviera en funcionamiento, el agua alcanzaba ya una presión de tres bares, tal y como consta en la documentación. Atadi explica que incluso en invierno cerraban las llaves de paso anterior y posterior -situadas en la caseta de riegos- que correspondían a la bomba de esta subzona, “puesto que en caso de avería de las electroválvulas o de los enlaces y conexiones de este sector se producía la salida continua de caudal aún estando la bomba parada”.

Igualmente, la anterior empresa contratista ratifica en otro de los informes aportados al expediente otro dato relevante que también fue mencionado por la técnico de Medio Ambiente en el suyo: que a la caseta de riegos desde la que se controlaba el sistema del cabezo podían acceder otras personas. La técnico municipal indicó que permanecía abierta, mientras que Atadi Empleo señala que “en ocasiones, la brigada municipal también hacía  uso del sistema de riego conectando mangueras para limpiar, entre otras, las instalaciones del anfiteatro del cerro, situado junto a la caseta de bombeo”.

La grieta

Nunca ha llegado a aclararse qué relación hubo entre el deslizamiento de abril de 2018 y la grieta que apareció en diciembre de 2016 en la subzona 19 del cabezo. Según Atadi, el movimiento del terreno que causó la grieta no afectó al sistema de riego superficial, si bien la empresa nunca  pudo determinar si la tubería general soterrada estaba dañada. 

La brigada, según Atadi, iba a realizar una excavación de la zona de la grieta el día 14 de diciembre de 2016 para acceder a la tubería general. Sin embargo, ese mismo día se les “avisó” de que “iban a posponer los trabajos, porque inicialmente se tenía que cortar un pino para evitar daños en caso de que éste cayera durante los movimientos de tierra”. Los operarios de la empresa contratista de los jardines quedaron “a la espera de que nos dieran aviso”, pero éste  nunca llegó, porque el 31 de enero de 2017 finalizó el contrato de Atadi y se inició la gestión de Sifu sin que ninguna excavación se hubiera llevado a cabo ni se convocara a los operarios para que supervisaran la tubería soterrada.

Del expediente es significativo lo que detalla la técnico de Medio Ambiente en su informe cuando afirma que el cinco de mayo de 2017 solicitó a quien en diciembre de 2016 era el encargado general accidental de la brigada un informe por escrito de los trabajos realizados en el cerro  junto con el nombre de quien se los había ordenado y supervisado. Según la técnico, esta información debía presentarse a la Comisión de Medio Ambiente el 8 de mayo, y ese mismo día el encargado se presentó “con signos de nerviosismo (temblor de manos y voz)” y le comunicó que no haría el informe y sólo hablaría con el Alcalde presente”.

Atadi no admitió que un pino pudiera dañar la tubería

Por otra parte, Atadi no estableció en ninguno de sus informes presentados al expediente administrativo por los hechos relación directa entre la grieta aparecida en el cerro de Pui Pinos, la arqueta de riego y el deslizamiento que se produjo cuatro meses después, tal y como interpretó erróneamente este periódico en una información publicada en diciembre.

Es en la propuesta de resolución del Ayuntamiento de Alcañiz y no en el informe de Atadi Empleo donde se apunta la posibilidad de que “las raíces (del pino) pudieron producir movimientos en el empalme de la tubería general con las derivaciones que se encontraban en esa zona, pues en la base del pino había una arqueta de riego” que podría haber resultado afectada.

La empresa no llegó a supervisar la tubería general que se encontraba bajo la arqueta, porque para ello se tendrían que haber realizado las obras de excavación que iba a realizar la Brigada municipal el 14 de diciembre de 2016 y que no se llegaron a ejecutar. 

La empresa responsable del mantenimiento de los jardines fue informada el mismo día 14 de que se “iban a posponer los trabajos, porque había que cortar un pino”, tal y como había ordenado la arquitecta municipal, que también solicitó como medida de prevención la eliminación de cipreses y mobiliario urbano en el lugar donde apareció la grieta, la eliminación de tierras en la cabeza del talud y el encintado de la zona de paseo para evitar el paso de peatones. Asimismo, la misma técnico ordenó la comprobación de que los sistemas de riego no estaban dañados y que estaban las llaves de paso cortadas, tareas que efectuó Atadi. 

El gerente de Atadi, Ramón Royo, explicó que los trabajadores encargados del mantenimiento del parque del cerro “comprobaron que la tubería   superficial de riego no había sido afectada por el movimiento del terreno”. Igualmente, reconoció que para comprobar el estado de la tubería general, que está a más profundidad, era necesaria una excavación, “que no nos correspondía a nosotros por contrato, así que la Brigada municipal nos comunicó que se encargarían ellos, pero nunca más supimos de esa obra porque el 31 de enero de 2017 terminó nuestro contrato”.