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La boya flotante  de Cueva Foradada en Oliete ya opera de manera automática La boya flotante  de Cueva Foradada en Oliete ya opera de manera automática
La empresa de construcción de elementos mecánicos en instalaciones de agua lleva a cabo las labores en Oliete

La boya flotante de Cueva Foradada en Oliete ya opera de manera automática

Tras meses de problemas, la captación de agua vuelve a la normalidad
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Después de meses de incertidumbre y restricciones, la boya flotante del embalse de Cueva Foradada, situada en Oliete ya está en pleno funcionamiento. Ayer por la mañana, los trabajos ya habían finalizado y la captación de agua vuelve a realizarse con normalidad, asegurando de esta manera, por fin, un suministro de calidad para los municipios de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín.

El Vicepresidente de la Comarca del Bajo Martín, Adolfo Tesán, confirmó que la toma flotante “ya opera de manera automática” tras los últimos ajustes en los flotadores. “El agua ya se estaba captando, pero en manual. Ahora, con los refuerzos necesarios, el sistema está completamente automatizado”, señaló Tesán, mostrando su satisfacción por la resolución del problema.

Este avance es un alivio para la comarca y para todos sus vecinos, ya que la toma flotante permite extraer el agua desde una zona menos profunda del embalse, lo que permite garantizar una mayor calidad del suministro y evitando la turbidez que se había registrado en los últimos meses. “Hemos trabajado intensamente para que el problema quedara resuelto lo antes posible. Sabemos que ha sido una situación complicada para todos’, dijo Tesán.

El proceso de instalación de la nueva toma flotante ha sido largo y no ha estado exento de dificultades. A pesar de que la obra fue adjudicada en noviembre de 2024, diversos factores han ido retrasando los trabajos. La disponibilidad del equipo de buzos especializados, procedentes de Asturias, fue uno de los principales obstáculos. Sin embargo, en las últimas semanas, los trabajos avanzaron de manera decisiva hasta que, finalmente, han llegado a su culmen.

Durante el proyecto, además de instalar el nuevo tubo de captación de acero inoxidable, se han implicado mejoras adicionales en el sistema de regulación y control del flujo de agua. Entre otros factores, se ha optimizado la apertura de la válvula de vertido y se ha instalado un caudalímetro para supervisar el caudal extraído.

La inversión total del proyecto ha sido de 281.000 euros, financiados inicialmente por la comarca, aunque el coste final será asumido por los municipios de Ariño, Albalate del Arzobispo, Urrea de Gaén, Híjar, Samper de Calanda, Castelnou, Jatiel, La Puebla de Híjar y Oliete, junto con la Mancomunidad Industrial del Bajo Martín.

Origen de la crisis

El origen de la crisis del agua en la comarca se remonta a las riadas de agosto y noviembre de 2024. Las fuertes crecidas anegaron el embalse de Cueva Foradada, aumentando drásticamente la cantidad de materia orgánica en el agua. Como consecuencia, se detectaron niveles elevados de trihalometanos, compuestos que pueden ser perjudiciales para la salud, lo que llevó a las autoridades sanitarias a imponer restricciones en el consumo de agua potable.

A este problema se sumó la avería de la antigua toma flotante, que dejó fuera de servicio el sistema de captación de agua en superficie. Como solución provisional, se optó por extraer el agua desde capas más profundas del embalse, donde la calidad es menor debido a la mayor concentración de sedimentos. Esto provocó problemas de turbidez y afectó tanto al suministro doméstico como a la actividad industrial de la comarca, lo que llevó a los 9 municipios que se abastecen de Cueva Foradada a implementar restricciones, limitando el uso del agua potable solo a las necesidades básicas.

En diciembre de 2024, las autoridades pusieron en marcha un plan de actuaciones urgentes para mejorar la calidad del agua. Se implementaron nuevas técnicas de tratamiento, incluyendo el uso de peróxido de hidrógeno en lugar de cloro, lo que permitió reducir los niveles de trihalometanos y mejorar la potabilidad del agua. Estas medidas permitieron que, a finales de mes, los municipios afectados comenzaran a recuperar la normalidad, aunque aún quedaba pendiente la instalación definitiva de la nueva toma flotante.

Fue a principios del pasado febrero cuando el Instituto Aragonés del Agua (IAA) dio por concluidas las obras de emergencia. Con una inversión de 289.000 euros, los trabajos permitieron la modernización de la potabilizadora y la mejora de las infraestructuras de tratamiento y distribución del agua.

A partir de ahora el problema de la boya ya se encuentra finalizado y opera con normalidad.

Después de meses de incertidumbre y restricciones, la boya flotante del embalse de Cueva Foradada, situada en Oliete ya está en pleno funcionamiento. Ayer por la mañana, los trabajos ya habían finalizado y la captación de agua vuelve a realizarse con normalidad, asegurando de esta manera, por fin, un suministro de calidad para los municipios de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín.

El Vicepresidente de la Comarca del Bajo Martín, Adolfo Tesán, confirmó que la toma flotante “ya opera de manera automática” tras los últimos ajustes en los flotadores. “El agua ya se estaba captando, pero en manual. Ahora, con los refuerzos necesarios, el sistema está completamente automatizado”, señaló Tesán, mostrando su satisfacción por la resolución del problema.

Este avance es un alivio para la comarca y para todos sus vecinos, ya que la toma flotante permite extraer el agua desde una zona menos profunda del embalse, lo que permite garantizar una mayor calidad del suministro y evitando la turbidez que se había registrado en los últimos meses. “Hemos trabajado intensamente para que el problema quedara resuelto lo antes posible. Sabemos que ha sido una situación complicada para todos’, dijo Tesán.

El proceso de instalación de la nueva toma flotante ha sido largo y no ha estado exento de dificultades. A pesar de que la obra fue adjudicada en noviembre de 2024, diversos factores han ido retrasando los trabajos. La disponibilidad del equipo de buzos especializados, procedentes de Asturias, fue uno de los principales obstáculos. Sin embargo, en las últimas semanas, los trabajos avanzaron de manera decisiva hasta que, finalmente, han llegado a su culmen.

Durante el proyecto, además de instalar el nuevo tubo de captación de acero inoxidable, se han implicado mejoras adicionales en el sistema de regulación y control del flujo de agua. Entre otros factores, se ha optimizado la apertura de la válvula de vertido y se ha instalado un caudalímetro para supervisar el caudal extraído.

La inversión total del proyecto ha sido de 281.000 euros, financiados inicialmente por la comarca, aunque el coste final será asumido por los municipios de Ariño, Albalate del Arzobispo, Urrea de Gaén, Híjar, Samper de Calanda, Castelnou, Jatiel, La Puebla de Híjar y Oliete, junto con la Mancomunidad Industrial del Bajo Martín.

Origen de la crisis

El origen de la crisis del agua en la comarca se remonta a las riadas de agosto y noviembre de 2024. Las fuertes crecidas anegaron el embalse de Cueva Foradada, aumentando drásticamente la cantidad de materia orgánica en el agua. Como consecuencia, se detectaron niveles elevados de trihalometanos, compuestos que pueden ser perjudiciales para la salud, lo que llevó a las autoridades sanitarias a imponer restricciones en el consumo de agua potable.

A este problema se sumó la avería de la antigua toma flotante, que dejó fuera de servicio el sistema de captación de agua en superficie. Como solución provisional, se optó por extraer el agua desde capas más profundas del embalse, donde la calidad es menor debido a la mayor concentración de sedimentos. Esto provocó problemas de turbidez y afectó tanto al suministro doméstico como a la actividad industrial de la comarca, lo que llevó a los 9 municipios que se abastecen de Cueva Foradada a implementar restricciones, limitando el uso del agua potable solo a las necesidades básicas.

En diciembre de 2024, las autoridades pusieron en marcha un plan de actuaciones urgentes para mejorar la calidad del agua. Se implementaron nuevas técnicas de tratamiento, incluyendo el uso de peróxido de hidrógeno en lugar de cloro, lo que permitió reducir los niveles de trihalometanos y mejorar la potabilidad del agua. Estas medidas permitieron que, a finales de mes, los municipios afectados comenzaran a recuperar la normalidad, aunque aún quedaba pendiente la instalación definitiva de la nueva toma flotante.

Fue a principios del pasado febrero cuando el Instituto Aragonés del Agua (IAA) dio por concluidas las obras de emergencia. Con una inversión de 289.000 euros, los trabajos permitieron la modernización de la potabilizadora y la mejora de las infraestructuras de tratamiento y distribución del agua.

A partir de ahora el problema de la boya ya se encuentra finalizado y opera con normalidad.