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José Luis Mateo, alcañizano curado de Covid tras 42 días ingresado: “Todos tendrían que visitar un hospital para concienciarse; es duro y nadie está libre” José Luis Mateo, alcañizano curado de Covid tras 42 días ingresado: “Todos tendrían que visitar un hospital para concienciarse; es duro y nadie está libre”
José Luis Mateo posa en su calle, con su hija y nietos en el balcón. M. N.

José Luis Mateo, alcañizano curado de Covid tras 42 días ingresado: “Todos tendrían que visitar un hospital para concienciarse; es duro y nadie está libre”

Pide respeto al Covid porque “no es una broma”, pero se ha sentido “mimado” por los sanitarios
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José Luis Mateo es uno de los 2.790 infectados de coronavirus que hasta ayer habían sido dados de alta en Aragón. Ha permanecido 42 días ingresado en el Hospital Provincial de Zaragoza, 21 de ellos en la UCI. A su regreso a Alcañiz fue recibido con aplausos. Con 64 años, ya jubilado, su única expectativa es seguir disfrutando de la vida y de su familia, y continuar practicando deporte. 

-¿Cuánto tiempo ha estado ingresado?

-El lunes me trajo mi hija después de mes y medio. Ingresé en Alcañiz el 24 de marzo y el día siguiente me llevaron para Zaragoza, directo a la UCI del Hospital Provincial. Allí estuve hasta el 15 de abril, cuando me pasaron a planta. El martes, por fin, una de mis hijas vino a buscarme, porque para volver no te ponen ambulancia.

-¿Qué tal se encuentra?

-Me despertaron tres o cuatro días antes de pasar a planta. Te quedas sin fuerzas, sin musculatura, sin nada de nada. No tenía narices ni de coger una cuchara, ni de agarrar el mando de la televisión. Me tenían que mover con una grúa. Ha sido muy duro, pero con el trabajo de los sanitarios y mi esfuerzo personal en rehabilitación he conseguido andar un poquito y valerme por mí mismo.

-¿Qué tiene que mejorar?

-Sobre todo la musculación, porque te quedas sin nada. Estás como si te hubieran dejado solo la piel. En las últimas semanas he ganado algo de peso y aún así he perdido seis kilos y medio. Si me traen a casa sin el ejercicio que pude hacer en el hospital ni por casualidad me podría valer. Pedí estar dos días más en rehabilitación porque la parte derecha del brazo, por la postura boca abajo en la que te tienen para aliviar la respiración, es la que más sufre. En cuanto a los pulmones, están bastante mejor y me hicieron una radiografía antes de venir. Hago unos ejercicios específicos y voy llamando al médico de cabecera porque todavía no se puede ir.

-Usted es deportista, habrá ayudado en la recuperación.

-Mi recuperación ha sido formidable, según los médicos porque el cuerpo tiene memoria. Antes de esto caminaba en marchas senderistas e iba hacer deporte al polideportivo dos días por semana. No fumo y no bebo, por lo que todo influye.

-¿Cuál ha sido el peor rato que ha pasado?

-Cuando tomé consciencia de lo que me había pasado. Era como un muñeco de trapo que tiras sobre una cuna y no se cantea. Yo no podía mover los pies ni las manos. Me tenían que dar de comer, subirme las sábanas… todo. Mientras no te enteras de nada va pasando la cosa, pero después me llegaron noticias de personas muy apreciadas que habían fallecido por esto y lo sentí mucho. El lado positivo es que el personal sanitario se vuelca mucho, te miman. Estoy muy contento con el trato de todos en el Provincial. En planta ya dejaron entrar a mi hija, que me tenía que dar de comer. El caldo me lo bebía con una pajita, fíjate como estaba. La gente tendría que pasar un ratito por el hospital y ver lo que hay para concienciarse, porque nadie está libre de que el virus le pille como me ha pillado a mí.

-En su pueblo, Ejulve, le dieron por muerto. ¡Menudo susto!

-Mis hijas lo han debido de pasar muy mal, y ese día más. Hubo una confusión importante en Facebook. Llamaron al hospital rápidamente porque no les habían avisado de mi supuesto fallecimiento y les dijeron que no les podían atender más porque estaban saturados, pero que estaba vivo. Psicológicamente están un poquito tocadas y ahora se siguen preocupando, y eso que me ven bien.

-Llegó a casa con pancartas de bienvenida y el barrio aplaudiendo. ¿Qué sintió?

-Mucha emoción, porque no te lo esperas. No hay palabras. Llevé tantas sorpresas y emociones ese día… Primero con el médico, al que estuve agradeciendo lo bien que se portaron conmigo, y después subí a la UCI y las 30 enfermeras me despidieron aplaudiéndome. Se preocupan mucho por los pacientes. Y luego las instalaciones. Allí tenía una habitación de 22 metros cuadrados y un baño muy grande. Me duchaban allí en silla de ruedas, era como un hotel de cinco estrellas. A ver si hacen el hospital nuevo de Alcañiz porque de verdad que se necesita. Aquí no tenemos ni UCI y eso salva vidas.

-¿Se sintió reconfortado en la UCI cuando no podía estar con familiares?

-A mí me han tratado como si fuera un familiar, solo tengo palabras de agradecimiento. Desgraciadamente no me acuerdo de cuando estuve en el hospital de Alcañiz porque tenía mucha fiebre, pero cuando se pueda iré también a darles las gracias, y a quienes me llevaron a la UCI porque me han salvado. Si no, estaría muerto.

-¿Va saliendo a la calle?

-Salí el martes ya, nada más llegar, y llegué hasta media subida de la ronda de Caspe. La cabeza va más rápida que el cuerpo y este me ha dicho que tengo que ir despacio. Me faltan proteínas, así que he ido también a comprar morcillas y ternera. 

-¿Cree que hay demasiada gente en la calle en la fase inicial de la desescalada?

-Por lo que he visto, la gente no se está apelotonando mucho. En general se guardan las distancias. Yo estoy tranquilo porque, por lo que me han dicho, no puedo transmitir el virus y estoy inmune hasta no se sabe cuándo.

-¿Quiere trasladar algún consejo a los demás?

-Que se cuide todo el mundo, que esto no es una broma. Que guarden las distancias y que al mínimo síntoma llamen al médico porque salvarte puede ser cuestión de horas.

-¿Tiene algún reto en mente?

-Me gusta andar y tengo una furgoneta con la que me voy por ahí. Con el buen tiempo algún día ya me hubiera ido a la playa en condiciones normales, pero ahora no puedo. De momento, mi única meta es vivir y recuperarme lo mejor que pueda.