Jornadas científicas del CEAR: ventajas fiscales y otras prebendas repoblaron Alcañiz en el siglo XII
El gerente de la Ruta de los Iberos subraya la intensa despoblación mil años anterior a la reconquistaPrebendas y privilegios permitieron repoblar Alcañiz el Viejo y lo que hoy se conoce como Bajo Aragón a mediados del siglo XII, cuando los cristianos reconquistaron la ciudad y se adueñaron de una alcazaba que probablemente transformaron en castillo.
Ventajas fiscales, indultos, tierras gratis y la consideración de baja nobleza animaron a quienes colaboraron en la reconquista a quedarse en Alcañiz, lo que ayudó a recuperar unos registros de población que desde el siglo II después de Cristo cayeron en picado. Así lo puso de manifiesto en el cierre de las III Jornadas científicas del Centro de Estudios de Arte del Renacimiento (CEAR) el gerente de la Ruta de los Íberos en el Bajo Aragón, José Antonio Benavente, que en su conferencia dio una pincelada general sobre la evolución del poblamiento en el territorio desde 2.000 años antes de la fundación del castillo calatravo.
En pleno debate sobre la despoblación, Benavente puso de manifiesto que entre el siglo II y la reconquista cristiana “hubo una importante fase de despoblación durante varios siglos”. En plena romanización el territorio empezó a ser abandonado debido a “cambios en los sistemas económicos”, que primaban los latifundios de cereal y los complejos sistemas de regadíos que los romanos implementaban en el entorno más próximo del Ebro para avanzar en las exportaciones agrícolas. Contribuyó también la proliferación de “vías de comunicación” como “el propio cauce del Ebro y la vía romana de Zaragoza a Tarragona”, que propiciaron “un desplazamiento de la población”.
Tras la emigración quedaron villas romanas importantes en Calanda, Urrea de Gaén o Alcañiz, “pero son asentamientos en los que la densidad de población no tiene nada que ver con la que había en época ibérica o en la primera Era del Hierro”, subrayó el arqueólogo.
De hecho, “en torno al año 100 a. C. en el entorno de Alcañiz tenemos varios pueblos de varios cientos de personas –Tiro de Cañón o Cabezo del Moro, entre otros– similares en población a los actuales Valmuel o Puigmoreno, y uno muy grande que es El Palao”, dijo Benavente.
Mientras en época ibérica, en torno al siglo I a.C., “tenemos la sensación de que hay una producción agrícola muy importante relacionada con el olivo”, en el siglo 8 d.C. “está totalmente superada por las explotaciones de Andalucía”, lo que “posiblemente pudo incidir en ese proceso de despoblación”.
Estas hipótesis se elaboran con respecto al estudio de materiales aparecidos en los más de 200 yacimientos arqueológicos que se han descubierto en las últimas décadas en el entorno de Alcañiz, que es “el municipio con más yacimientos de Aragón” porque “es grande, tiene dos ríos, las Saladas y la Estanca” pero, además, cuenta con un implicado Taller de Arqueología y una “tradición de investigación”, puso en valor Benavente.
“Vemos cómo la concentración de este tipo de hallazgos, según su época de ocupación, cambia mucho. En unas encontramos mucho material y en otras hay que buscarlo con lupa”, dijo. En época visigoda apenas hay vestigios en la Redehuerta alcañizana y en la acequia del Bajo Martín.
La población no se recupera en Alcañiz hasta bien entrado el siglo XII, con la reconquista y la Carta de Población de Ramón Berenguer en 1157. A través de documento, “la despoblación se resuelve con unas ventajas, poniendo todo muy fácil. Tomando como modelo la Carta de Población de Zaragoza, se les da tierra gratis, les perdonan cualquier problema con la justicia que tuvieran y les consideraban baja nobleza”, concluyó Benavente.
Con esta charla concluyeron las III Jornadas del CEAR –adscrito al Centro de Estudios Turolenses desde 2016–, que durante el lunes y el martes estuvieron dedicadas al castillo calatravo.
El lunes, la directora del CEAR, Carmen Morte, habló sobre el sepulcro del virrey Juan de Lanuza, realizado entre 1535 y 1537 por el escultor Damián Forment, que se conserva en el castillo de Alcañiz.