Javier Ruiz, arqueólogo codirector de la exhumación de la fosa del cementerio de Alcañiz: “Lo fundamental ahora mismo es tratar de saber quiénes son estas 10 personas”
Afirma que la prioridad son los análisis de ADN de los restos y de las familiasJavier Ruiz ha codirigido, junto con Nacho Piedrafita, la exhumación de los cuerpos de las 10 personas encontradas en una fosa común en el cementerio de Alcañiz. Lleva realizando proyectos de búsqueda de desaparecidos desde el año 2011. La de Alcañiz ha sido la 26ª intervención que ha hecho de la mano de distintas asociaciones memorialistas.
-¿Qué balance hace después de un mes de prospecciones en el cementerio?
-Hacemos de momento un balance parcial, porque nos queda por delante todo el trabajo de investigación en laboratorio, así que no se puede dar por concluido el trabajo. Lo que sabemos es que en el cuadro que hemos estado mirando hay fosas. Y si hemos encontrado una, en algún punto ha de haber más.
-¿Qué trabajo queda por hacer?
-Ahora nos queda por delante investigarlo todo, desde los datos arqueológicos que hemos sacado de la fosa, como los datos físicos y antropológicos de las personas enterradas y compararlo con documentación. Lo fundamental, de todas formas, es poder hacer el análisis de ADN para saber quiénes eran y cotejar las muestras con las familias.
-Para eso necesitan financiación.
-Sí, necesitamos financiación para poder hacer los estudios de ADN de los huesos y poder confrontarlos con las muestras de las familias y saber si es alguna de ellas y ver qué hay realmente en este cuadro.
-¿Hay documentación?
-Sí, pero es muy parcial. Esa documentación hay que confrontarla con otra documentación. Hay que juntar los vales del cementerio con lo que hemos encontrado en el archivo municipal, con la documentación que encontremos en el archivo militar, con la que hay del juzgado de Alcañiz en el archivo de Teruel, con las partidas de defunción del juzgado, etc. Y con todo eso empezaremos a formar el puzzle. Y luego, lo que sale arqueológicamente. De momento, en este último caso, lo que sabemos es que hay una fosa.
-La parcela en la que se ha intervenido tiene unos 400 metros cuadrados. ¿Cuánto han excavado?
-Aproximadamente hemos excavado 50 metros cuadrados, así que queda espacio suficiente para que en algún punto vuelva a haber fosas.
-Habían hecho dos sondeos más, uno de ellos en la entrada del cementerio. ¿Qué han encontrado allí?
-Han salido tres lineas de enterramiento, pero todos los que hemos encontrado, que han sido seis, eran individuales en ataúd, y sin evidencias de muerte violenta. Había varios indicios que nos llevaban allí, con algún testimonio de alguna persona mayor, que decía que por ahí se enterró a parte de los muertos del bombardeo, pero, en principio, no hemos encontrado nada. Hay posibilidades de hacer algún sondeo más, pero la zona no está muy tocada y son lineas de enterramiento que no cortan a las anteriores.
-En cuanto a las 10 personas que fueron asesinadas y enterradas en esa fosa, ¿son los 10 hombres?
-En un principio, en las impresiones previas en campo lo parecen, salvo uno que no estaba claro si era hombre o mujer. Pero la información definitiva la tendremos en cuanto se estudien los restos en laboratorio. Se mirarán distintos indicadores para tener mayor precisión.
-El informe definitivo, ¿para cuándo?
-Aún queda. Ahora tenemos que presentar un informe previo al ministerio de Justicia, que ha financiado la actuación. Para el estudio antropológico y de ADN necesitamos una nueva subvención o varias, porque las subvenciones son reducidas. El dinero que había dado el ministerio era para sondear en campo y por si aparecía una fosa como ésta. Si salía había que exhumar.
-¿Los proyectiles encontrados en la fosa de qué tipo son?
-Finalmente han salido seis, uno claro de Mauser, otro de pistola, aunque está muy deteriorado, un tercero que estaba deshecho y que creemos que será imposible de identificar, porque salió a trocitos. Hay tres más que no sabemos a qué tipo de arma pertenecen. Se los pasaremos al restaurador para que los consolide y pueda decirnos de qué calibre eran las balas. Parecen proyectiles de 9 milímetros, y eso puede ser de pistola, pero hay que mirarlo, como todo lo que ha salido. Si se confirma, tendremos que ver qué pistolas usaban el calibre 9 milímetros. En cualquier caso, había pistolas de 9 milímetros que eran reglamentarias y las podían usar unos u otros.
-¿De cuántos familiares tienen muestras de sangre?
-Tenemos identificadas a unas 30 familias. La última semana vinieron varias personas de Alcorisa, aunque algunos pueden estar en el cementerio de Alcañiz y otros no. De todas formas, hay 30 familias cuyos antepasados sí parece que tienen que estar aquí. También hemos ido a tomar una muestra esta semana en Monroyo.
-El Gobierno de Aragón no ha sacado este año subvenciones para proyectos de exhumación, aunque dice que lo hará en 2020.
-Por lo que nos han dicho, el año que viene hay intención de sacar una subvención de 200.000 euros para este tipo de proyectos. Pero el problema de esas subvenciones es que tienen un tope de 10.000 euros, y eso da escasamente para hacer el ADN de los 10 esqueletos, el de los familiares no. Así que, si eso no cambia, tendremos que buscar otra ayuda, y en Teruel es complicado conseguir otra subvención, si no es del ministerio de Justicia como ha sido este caso.
-¿Qué tiene esta fosa distinta de otras?
-Que es la primera vez que en una fosa encontramos cal. Es uno de los mantras que se repite en la guerra civil. Se dice que echaban cal sobre los cuerpos para quitar pruebas y que se descompusieran antes, pero hasta ahora, en todas las intervenciones en las que he estado, nunca había encontrado cal. Aparte, en esta fosa los cuerpos estaban totalmente arrojados. A veces están así y otras bien colocados, porque dependía de quién los enterraba. Aquí están de cualquier manera. En otros sitios, por ejemplo, no en ciudades grandes, donde había enterradores, sino en los pueblos pequeños, cuando mataban a un grupo en los alrededores del pueblo, avisaban a las autoridades o al que fuera de Falange y mandaban al día siguiente a recoger y enterrar los cuerpos a gente que había sido militante de algún partido de izquierdas o de algún sindicato. A los que mandaban enterrar les metían el miedo en el cuerpo, porque cualquier otro día podían ser ellos. Cuando eran estas personas las que enterraban, lo normal es encontrar los cuerpos bien colocados, con dignidad.
-Este no es el caso.
-No. En esta fosa han aparecido boca abajo, de medio lado, boca arriba, montados unos sobre otros, cruzados en la fosa. En definitiva, directamente arrojados en la zanja.
-¿Los fusilarían delante de la zanja?
-Se supone que en la tapia del cementerio, y luego los entraron y los arrojaron dentro de la fosa. Dentro de los cementerios no se solía fusilar. Lo normal era hacerlo en algún punto cercano.
-Si consiguen una nueva subvención, ¿a qué se destinará?
-Lo fundamental ahora es tratar de identificar quiénes son en base a todos los estudios que nos quedan por realizar. También se intentará conseguir financiación para continuar abriendo fosas. En cualquier caso, antes de intentar recuperar más cuerpos hay que identificar a éstos. No tiene sentido tener 50 cuerpos sin saber quiénes son. Hay que hacer las cosas con sentido común y paso a paso. Lo primero es conseguir ayudas para hacer el ADN y estudiarlos y, si hay posibilidad de abrir más, también, pero lo importante es identificarlos, porque también nos aportará nuevos datos. Si estas 10 personas son de alguna de las sacas de 1940, que no sabemos dónde están situadas dentro del cementerio, podremos saber que los de ese año andan por aquí.
-No hay ninguna saca’ registrada de 10 personas.
-No, pero podemos ir averiguándolo juntando piezas. Con documentación de distintos archivos sabremos si en alguna de las sacas falta alguien. A veces hay que recorrer media España para juntar piezas, pero solo así podríamos intentar recomponer el puzzle. Hay que consultar los registros civiles, el archivo municipal, el provincial, que está en Teruel, y luego el del tribunal militar que está en Zaragoza. Solemos consultar los archivos parroquiales, aunque ahí hasta ahora no hemos encontrado nada. En otros casos hemos hallado documentación en el archivo militar de Ávila, porque se trata de casos juzgados.
-Falta saber que estas 10 personas tuvieran juicio.
-La mayor parte lo tuvieron. Hay alguno que no, pero esos suelen ser de 1938, de los primeros días, a los que cogen y los matan. Pero después la maquinaria represiva actuó así, con juicios, aunque fueran una farsa.
-Si inician un nuevo sondeo, ¿dónde será dentro de esta explanada de 400 metros cuadrados?
-En cualquier punto que no hayamos excavado. Visto lo visto, cualquier zona que esté sin sondear, porque cualquier cadáver sin ataúd es susceptible de pertenecer a una fosa. Es cuestión de buscar. Si no lo haces, no los encuentras. Es cuestión de usar metodología arqueológica, que es la mejor para estas cosas. Aunque documentalmente vas a ciegas, los sondeos se plantean en transversal, porque así coges muchas filas y tienes más posibilidades. De hecho, ahora sabemos que en septiembre encontramos una fosa, lo que pasa es que estaba vaciada.
-¿Y no se dieron cuenta de que podía serlo?
-Apareció una primera linea de enterramiento y una segunda en la que había mucha cal, pero no había nada, restos sueltos y tierra removida. Con la cal que tenía, había los mismos pegotes de cal que hemos encontrado en la fosa de 10 personas, ahora sabemos que aquello era una fosa. En algún momento han sacado a las personas que había, o al menos del punto que pillamos habían sacado los restos. O hay o había una fosa.
-¿Esa sería una posibilidad de prospección nueva en una tercera fase?
-Sí. Habría que ampliar para ver si esta completamente vaciada o si solo lo está parcialmente. Habría que seguir la linea de enterramiento.
-¿Esta fosa puede ser de 1936, es decir, de personas de derechas?
-Sí, puede ser. De hecho, en el archivo municipal había muchas solicitudes para abrir fosas y llevarse a los familiares a un nicho. Hay un documento del Gobierno civil en el que ordena que en verano no se abran fosas por motivos higiénicos. Si sabían donde estaban, debían abrir muchas y llevárselos a algún panteón, a algún nicho, etc.