Hemeroteca: Cuando los reyes de España inauguraron la térmica de Andorra, ahora con fecha de cierre, en una visita histórica
El primer grupo de la central se acopló a la red en 1979 aunque el acto inaugural fue en 1981, tras una inversión de 50.000 millones de pesetasComenzó a funcionar hace cuarenta años para sustituir a las obsoletas centrales de Aliaga y Escatrón. Había una gran demanda de energía eléctrica en España debido a la crisis del petróleo, y las cuencas mineras turolenses eran una reserva estratégica para el país. El primero de los tres grupos que la componían se conectó a la red en 1979 pero la inauguración oficial de la central térmica de Andorra no llegó hasta 1981, de la mano de los reyes de España. Cuarenta años después recordamos cómo fue la apertura de la última central térmica de Aragón que tiene ya sus días contados.
El nombre real es Central Térmica Teruel, y así se inauguró oficialmente el 18 de noviembre de 1981, de la mano de los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía, en una visita histórica, decían entonces, porque hacía casi cien años que unos reyes no visitaban la provincia. Quizá por eso, la inauguración de la térmica era el titular secundario en la edición de este periódico, ya DIARIO DE TERUEL, que destacaba sobre todo la visita real . La central llevaba funcionando desde 1979, después de haber invertido en su construcción, leíamos, 50.000 millones de pesetas.
El anuncio de la inauguración se publicaba en la edición del 17 de noviembre de 1981 con una fotografía en portada a toda página de los reyes, en la que se destacaba que era su primera visita a Teruel y abajo podíamos leer que visitarían Andorra, donde serían recibidos en el Ayuntamiento por la corporación y ediles otros quince municipios de la zona. Pedían en aquellas páginas un recibimiento caluroso: ‘Los turolenses, ante un acontecimiento histórico de esta envergadura, saldremos a recibirles, como merecen’. Y recogía también el bando del alcalde de Andorra, Isidro Guía, que decía: “La presencia de todos ante los Reyes, será la mejor expresión de apoyo para que quien con su decidida actuación como jefe del Estado defiende las libertades y el sistema democrático de los españoles”.
Y es que hay que recordar que habían pasado pocos meses desde el fallido golpe de Estado de Fernando Tejero por lo que el ‘¡Bienvenidos majestades!’ con el que el periódico titulaba la portada del 18 de noviembre de aquel año era toda una declaración de fidelidad de una provincia ‘aunque no mayoritariamente monárquica’ decía el texto ‘ha sido siempre respetuosa a la Corona y fiel a los monarcas que la han encarnado a través de la historia’.
La visita de los Reyes comenzó en Alcañiz donde inauguraron el ‘Asilo de Ancianos’ de la Congregación de Hermanas de los Ancianos Desamparados. Después viajaron a Andorra a inaugurar la térmica, de la que la información detallaba que ‘en 1980 produjo el 5,5 por ciento de la energía nacional y su consumo fue de 3.878.383 toneladas métricas de carbón’. Detallaba entonces que ya el 30 por ciento del carbón era importado ‘para compensar el alto contenido de azufre que tienen los lignitos de la zona, y el 70 por cien restante lignitos de las explotaciones de Endesa y otras empresas mineras limítrofes’. Poco más se contaba en aquella edición de la central en una información que detallaba con profusión los regalos entregados así como la lista de autoridades presentes.
La información se ilustraba en portada con una foto de archivo del rey en la que podía verse también al pastor de Andorra, y en aquel número encontrábamos también la información en la que se hacían eco de la visita real a Zaragoza.
Habría que esperar hasta la edición del día siguiente, la del 19 de noviembre, para encontrar mayor despliegue informativo y gráfico de aquella visita de los reyes al Bajo Aragón y también a la capital de la provincia.
Leíamos en aquellas páginas las palabras del rey en Andorra: “Si un día la central térmica de Escatrón representó un gran paso para la explotación de los recursos energéticos nacionales, hoy la nueva central culmina una obra de enormes proporciones”. Continuaba su discurso diciendo, según leemos: “Andorra se convierte en un pueblo solidario que va a ayudar a vivir y a prosperar a otras zonas, no solo limítrofes, sino también lejanas. Yo espero que esta generosidad vuestra revierta también en la potenciación de vuestros propios recursos. Porque sería injusto que Aragón, que vuestras tierras mineras y agrícolas, vieran pasar ahora ante ellas la energía que fabrican sin que puedan usarla en la medida que necesitan para su propia vida”.
1979: “Endesa da garantías de que no habrá contaminación”
La puesta en marcha de la central fue un hito para la zona pero, tal y como leemos en los periódicos que recogen aquellos inicios, la llegada de la planta no estuvo exenta de cierta polémica, por la preocupación que había sobre los riesgos de contaminación. Así, en la edición del 13 de diciembre de 1979 el titular a toda página en portada llamaba a la tranquilidad: ‘Endesa da garantías de que no habrá contaminación’ decía como conclusión de una ‘importante reunión’ entre el entonces presidente de la Diputación de Teruel, Román Alcalá, y directivos de la empresa.
‘Desde hace tiempo, el Bajo Aragón teme la contaminación que puede producir la central’, leíamos en aquella noticia y ‘para garantizar que esta no se produzca’ trabajaban tanto la empresa como la Diputación.
En aquel tiempo, decía la noticia, el segundo de los tres grupos que componían la central estaba a punto de ponerse en marcha y la Diputación pedía a la compañía que ‘hasta que lleguen los carbones de importación, funcione con la potencia muy limitada para que si las condiciones atmosféricas pudieran ser peligrosas, existen garantías de que no se va a producir ningún daño’.
Endesa se comprometía a estar “en los límites permitidos por la Ley, tanto en inmisiones como en emisiones’. Recogía la crónica de aquella reunión que en la reunión estuvo como ‘mediador’ entre la compañía y la Diputación de Teruel el catedrático de electrotecnia de la Universidad de Barcelona, Juan Muñoz, que destacaba la necesidad de que Endesa utilizase carbón de importación o gas: “Podemos pasar a ser el foco de contaminación de anhídrido sulfuroso más alto de Europa si no se ponen unas restricciones”, y añadía la gravedad que suponía para Teruel “porque prácticamente podría acabarse con la comarca dl Bajo Aragón en un periodo de cinco, seis, siete años”. Añadía que “hay que compaginar los intereses de la agricultura con los intereses de la producción nacional de electricidad”.
‘Mil millones de pérdidas’
‘Mil millones de pesetas -así, como suena- pierde anualmente Endesa en las minas de Andorra’ decía aquella información y citaba las palabras del presidente de Endesa, Pedro López Giménez: “Tenemos una plantilla de 2.000 personas en las minas; tenemos una producción baja para esa plantilla; tenemos unas fuertes inversiones y se pierden mil millones. Son unas minas difíciles, pero es una reserva de combustible que este país tiene que utilizar”.