Hallados cinco túmulos más junto a la necrópolis del yacimiento de San Pedro de Oliete
Primeros descubrimientos tras una semana y media de excavaciones por parte del Museo de TeruelEl equipo de arqueólogos que trabaja desde principios del mes de julio en el yacimiento de San Pedro de Oliete ha localizado e identificado sin género de dudas otros cinco túmulos en la necrópolis encontrada durante la campaña de 2019, en la que ya fueron identificadas 15 sepulturas. A esas se le añaden en los primeros días de prospección estas cinco, a las que con toda probabilidad se le añadirán algunas más en las tres semanas que quedan de trabajo arqueológico.
Es el tercer año consecutivo que el Museo de Teruel realiza campañas de verano en el yacimiento ibero de San Pedro de Oliete, con unas características muy especiales, ya que no sólo destaca por sus dimensiones -más de 6,5 hectáreas- sino por la conservación de sus estructuras defensivas, prácticamente únicas en la Península Ibérica. Las prospecciones del año pasado no sólo descubrieron la necrópolis y las 15 primeras tumbas, sino un horno en el que este año no se incidirá, porque el tiempo dedicado a esta excavación -un mes- es limitado y el presupuesto también.
Hasta el 30 de este mes, tres arqueólogos y dos auxiliares se centrarán en la zona de la necrópolis y en la parte este del poblado. El objetivo del proyecto de este año es ampliar la zona de la necrópolis y otras en donde todavía no se ha excavado para "abrir catas y comprobar la extensión del yacimiento", explicó la arqueóloga Sara Azuara.
Hay muchas ganas en el equipo de trabajo por ver qué depara esta campaña, sobre todo después de los túmulos localizados el año pasado "en muy buen estado". En la primera semana y media han documentado al menos cinco de forma clara, han sido "localizados en planta, y ahora queda profundizar en la excavación", apuntó la codirectora de este proyecto.
Los túmulos que se han encontrado en San Pedro de Oliete son, según las primeras hipótesis, de la misma época, aunque no todos presentan las mismas características. "Por la cerámica que ha aparecido parecen que son de la misma etapa, de la Edad del Hierro, aunque conviven diferentes características, hay algunos que son cuadrangulares y otros de planta oval". Este año, tres de los cinco identificados son circulares y uno cuadrangular, mientras que el quinto está pendiente de definición. "Unos tienen vista central en la que se depositaban las cerámicas junto con los restos óseos, pero también los hay que no tienen vista y algunos que la tiene excéntrica, es decir, en un lateral", detalló la experta.
Las dimensiones o distinta morfología de cada sepultura podrían obedecer al distinto estatus social de la persona que fue enterrada allí.
Y si la necrópolis podría ser de la Edad del Hierro y del siglo V antes de Cristo, según las estimaciones de los expertos, las estructuras defensivas son de época ibérica, de los siglos III al I antes de Cristo. La datación ya se estableció el año pasado.
Excelente conservación
Sara Azuara destacó la excelente conservación de este yacimiento. "En la primera campaña ya nos dimos cuenta de que se conserva muy buena estratigrafía, que el yacimiento no está muy alterado y los restos que se están encontrando se conservan bien".
Como consecuencia de la pandemia por coronavirus, la campaña no se ha podido ofrecer a estudiantes de arqueología, porque no se podían garantizar las condiciones de seguridad y distanciamiento social, así que el equipo es muy reducido, tres directores y dos auxiliares que se centran en la necrópolis y en la ladera este, en donde a principios de mes se realizó una pequeña cata, después de que se observara una alineación de piedras, lo que indicaría la existencia de un muro y la presencia de algunas estructuras. "Se ha realizado esta cata aquí porque es una de las zonas en la que se han visto o acumulaciones de cerámicas o alineaciones de piedras", explicó la arqueóloga, quien en 2018 estuvo realizando junto con sus compañeros una exploración superficial del terreno, delimitando el área que podía alcanzar el yacimiento y viendo dónde sería más interesante realizar los futuros trabajos de prospección.
En aquella delimitación superficial se comprobó que Cabezo de San Pedro de Oliete tiene al menos 6,5 hectáreas de superficie y que además del aparato defensivo tan espectacular cuenta con una zona exterior en la que el año pasado apareció el horno alfarero, una estructura en la que se profundizará en próximas campañas. "Ni hay personal ni presupuesto suficiente para abarcar más, e incluso la necrópolis no podrá excavarse toda", dijo.
Por su parte, el director del Parque Cultural del Río Martín, Pepe Royo, hizo hincapié en la importancia que tiene este yacimiento para ellos. "Desde el parque tenemos la intención de continuar con las investigaciones en este asentamiento que consideramos único por su estructura defensiva y por lo que se está descubriendo en toda el área ibérica", apuntó Royo, quien matizó que "esta excavación se ha podido llevar a cabo gracias a la colaboración que mantienen el Museo de Teruel y el Parque Cultural del Bajo Martín, con el que ha colaborado a su vez la comarca de Andorra sierra de arcos y el Ayuntamiento de Oliete".
También Jaime Vicente, director del Museo de Teruel, enfatizó que el proyecto que promueve el Museo cuenta "con un compromiso total por parte del Parque Cultural del Río Martín y de su director, Pepe Royo, y también del Ayuntamiento de Oliete, que se ha implicado absolutamente". Y esto es "básico, porque el Ayuntamiento asume la instalación de casetas de obra, de los aseos, facilita tareas, nos proporciona ayuda de la brigada municipal y se ha implicado muchísimo", agradeció.