Feher asegura que contó con cómplices en su huida desde Italia hasta Teruel
Usó tres móviles y “siete u ocho tarjetas”, pero no delatará porque le “pagan”El asesino del líder sindical agrario José Luis Iranzo y de los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, Norbert Feher, usó en su huida desde Italia hasta la provincia de Teruel “siete u ocho tarjetas telefónicas diferentes” insertadas en tres teléfonos móviles para comunicarse con cómplices a los que no va a delatar porque le “pagan para que guarde silencio”.
Así lo aseguró el propio Igor el Ruso durante su declaración ante el juez de Bolonia por videoconferencia el pasado 30 de enero por otros dos asesinatos que cometió en Italia ocho meses del triple crimen de Andorra, según publica el diario digital El Español, que ha tenido acceso a la declaración íntegra.
Contrariamente a lo que opina la Guardia Civil, cuyo atestado de la pieza tecnológica del sumario indica que en el Bajo Aragón “no recibió apoyo o ayuda de terceras personas”, Feher afirma que usó varias líneas de teléfono y da a entender que pudo llegar a la provincia asistido por un vehículo, por lo que no manejaría todos los bultos que se le encontraron con una simple bicicleta.
De esta forma, el Ruso contradice la única línea de investigación que mantiene hasta hoy la Guardia Civil. Lo único que pudo analizar la Policía Judicial fue la tarjeta de una cámara GoPro con la que hacía fotos –algunas a modo de selfi con pistola en mano– y vídeos. Con esto, la Guardia Civil sacó la conclusión de que no fue ayudado por nadie y entró en bicicleta a España.
Igor el Ruso confesó ante el juez de Italia, siempre según este periódico, que ya en el país transalpino mantenía contacto telefónico permanente con quienes le ayudaban, que le suministraron un vehículo para salir del país.
El asesino afirmó que recibía llamadas telefónicas mediante Skype, Facebook y Messenger. Sin embargo, cuando le preguntaron mediante videoconferencia –conectó desde la cárcel de Zuera (Zaragoza) en la que sigue preso– si conocía a unos ciudadanos marroquíes que venden droga en Andalucía se negó en rotundo a delatarles.
Tan solo una semana antes del doble intento de homicidio contra Manuel Marcuello y Manuel Andreu en Albalate del Arzobispo, la Policía Nacional trató de localizar, junto a los Carabinieri italianos, a Feher en la costa malagueña, pero él llevaba tiempo en el Bajo Martín a juzgar por los muchos masicos que había asaltado. No en vano, en su declaración ante la jueza de Alcañiz definió la zona como un “oasis”.
Para hacer “negocios”
El Ruso declaró que viajó a Híjar –en uno de los mapas que se le aprehendió en su detención en Mirambel figuraba una ruta marcada entre Bolonia y la localidad tamborilera– con el objetivo de hacer “negocios” con armas, y que desde Italia trajo seis pistolas. En el momento de su detención llevaba encima dos pistolas suyas y las dos de los agentes asesinados. En un corral de Andorra donde la Guardia Civil sitúa una de sus guaridas se encontró otra pistola deteriorada, pero en el juicio no contestó cuando se le preguntó por ella.
Una vez hubo cometido los asesinatos, y en su eterna huida hacia adelante, reconoció que su intención era llegar “a Valencia” porque allí tiene “muchos amigos”, aunque no les delatará. “Me pagan para que guarde silencio”, se despachó.
Probablemente, en las ocho horas que pasaron entre los asesinatos y su detención pudo deshacerse de todas las pistas que le relacionaban con otras personas.
En su declaración, Feher asegura también que trabajó dos semanas “en negro” en España y evita detallar si el vehículo que alguien le proporcionó tras matar en Italia es el mismo con el que llegó hasta Teruel. Hay testigos que aseguran haberle visto en una furgoneta.