Entre los diez fusilados de la fosa de Alcañiz hay hombres jóvenes y mayores

Los arqueólogos que han encontrado una fosa común de fusilados en la parte de la guerra civil del cementerio de Alcañiz terminaron el jueves por la mañana de exhumar el último de los 10 cuerpos que han sido detectados en la zanja, entre los que hay, según los arqueólogos, tanto personas jóvenes como mayores.

El último cuerpo en ser retirado se corresponde con el primer cuerpo que se tiró a la zanja. Desde que comenzó la extracción de los restos óseos este lunes -una vez registrados, excavados y clasificados en cajas- el equipo de trabajo que dirigen los arqueólogos Javier Ruiz y Jorge Piedrafita han documentado los huesos, los cráneos, los efectos personales y otros restos que han aparecido entre los huesos. Entre otros, se han conservado cuatro balas, una de un fusil Mauser, otra de una pistola y dos más desconocidas que se tendrán qué investigar para conocer a qué tipo de arma corresponden.

Si consiguen saber a qué tipo de arma corresponden estas dos y cuál es su calibre, estos proyectiles podrían aportar algo más de información y claridad a lo que se sabe hasta ahora y que es más bien poco: que hay 10 personas fusiladas, que fueron enterradas con cal y lanzadas al agujero, que no se sabe quiénes son ni en qué año fueron asesinados. 

De hecho, ni siquiera se ha conseguido de momento identificar la linea de enterramiento del cementerio en la que están, porque la documentación que hay en el cementerio de la época es escasa.

Los fusiles mauser, según explicó Javier Ruiz, “fueron reglamentarios del ejército en la guerra civil, también lo usó la Guardia Civil y los Guardias de Asalto de la República, estaba en los dos bandos y como se quedaron unidades a uno y otro lado no es una pista que permita identificar si los fusilados aquí son de un lado o de otro”. En cuanto a la bala de la pistola “hay que ver el calibre y asegurarse de qué es”, añadió. Cuando se tenga esta información se tendrán más pistas para determinar el momento del asesinato de estas 10 personas, aunque también será una información relativa que se tendrá que tener en cuenta con prudencia. No en vano, el arqueólogo explicó que “hubo armas importadas por la República que no tuvo el ejército franquista, pero si esas armas terminaron cayendo en poder del otro bando, seguramente las usaron”. En este sentido, sería “un indicio, pero habrá que juntarlos todos y ver”. Con todo, lo determinante serán los estudios antropológicos y de ADN que se han de realizar si hay financiación. De momento, el equipo de trabajo ha hecho análisis de sangre a miembros de al menos 25 familias que han acudido al cementerio de Alcañiz en las últimas semanas informando de que tienen antepasados que fueron fusilados aquí.

Según Ruiz, “si coinciden los ADNs de estas familias con los de los fusilados o algunos de ellos sabremos de qué año son”.

En cuanto a los restos, han aparecido completos. Todos los asesinados menos uno recibieron el tiro de gracia en la cabeza, típico en los fusilamientos. El único cráneo en el que no aparece este indicio de ejecución se corresponde con un cuerpo que tiene el fémur “reventado por un tiro, así que suponemos que esta persona debió morir desangrada”.

Los 10 cuerpos son de hombres, “salvo uno en el que no está del todo claro, así que tendremos que mirarlo en laboratorio para cerciorarnos mejor. 

Una moneda

Entre los efectos personales, hay botones, hebillas o restos de cinturón y zapatos conservados, así como una moneda que se llevará a restaurar. Ruiz apuntó que “seguramente se trata de una perra gorda o una perra chica, una moneda que estuvo en funcionamiento desde aproximadamente 1880 hasta 1940, momento en el que quedaron anuladas, aunque sabemos que siguieron circulando”. Podría ser un indicio más, pero tampoco definitivo, ya que “fueron monedas que perduraron mucho en el tiempo y estuvieron muy desgastadas”.

El equipo de trabajo parará tras la exhumación del último cuerpo y retomará la excavación de las otras dos zanjas abiertas en el cementerio a partir del lunes.