Encargan la ampliación del vaso del vertedero de Alcañiz, que vuelve a estar lleno
La zona que se recrecerá tendrá capacidad para 90.000 metros cúbicos más de basuraEl vaso del vertedero supracomarcal de Alcañiz, situado en la carretera de Caspe (carretera nacional 211) se encuentra de nuevo al límite de su capacidad, después del último recrecimiento, que tuvo lugar dos años atrás. Los residuos de cinco comarcas del Bajo Aragón histórico (tres de la provincia de Teruel y dos de la provincia de Zaragoza) han llenado otra vez en 24 meses casi por completo el espacio disponible, así que el Consorcio de la Agrupación número 7 ha tenido que licitar nuevas obras de ampliación -por un montante de 232.357 euros- por trámite de urgencia.
Los bajos porcentajes de reciclaje que registran los municipios y comarcas que derivan sus residuos a este sumidero, inferiores al 20%, explican la rápida colmatación del espacio disponible. El presidente del Consorcio que gestiona el vertedero, Aitor Clemente, reconoció que “estamos al límite, que el cambio de corporación en la agrupación retrasó los trámites para llevar la licitación” y que por ello “se ha sacado a información pública por el trámite de urgencia para que, en cuanto se adjudique, empiece de manera inmediata la ampliación del vaso”.
Las obras consistirán en un primer acondicionamiento del terreno que queda disponible dentro de las instalaciones, en la formación de sus correspondientes taludes y en su impermeabilización. Asimismo, se tendrá que llevar a cabo un drenaje de la balsa de lixiviados y de las aguas pluviales para evitar que los líquidos de la basura puedan contaminar tierras o acuíferos situados aguas abajo.
La Agrupación consideró preciso acelerar la adjudicación del contrato de obras por razón de interés público, para garantizar la capacidad del vaso en el menor tiempo posible y evitar el incumplimiento de la normativa en materia de residuos.
El Consorcio financia la obra con sus propios recursos.
Autorización para 25 años
El vertedero supracomarcal de Alcañiz tiene una autorización para 25 años, aunque periódicamente su vaso tiene que ampliarse.
El último recrecimiento se llevó a cabo hace dos años, cuando ya hubo que acondicionar, también con poco plazo de tiempo, terreno suficiente para poder seguir derivando basuras al sumidero. Actualmente, según fuentes del Consorcio, queda espacio para continuar echando basura durante cinco o seis meses.
La incertidumbre sobre cómo evolucionará la legislación de residuos en los próximos años hace que las ampliaciones del vaso se ejecuten de manera paulatina, "no sea que realicemos una ampliación muy grande para que después no podamos echar más basura", indicaron. No en vano, a finales de este mismo año, a las localidades de más de 5.000 habitantes que echan basura allí -Alcañiz, Alcorisa y Caspe- se les obligará a que reciclen más del 50% de la basura, lo que implica la separación de la materia orgánica.
Según Aitor Clemente, la ampliación actual tendrá capacidad para 95.000 metros cúbicos de basura más. “El plazo de tiempo que nos dará esta obra hasta la siguiente ampliación es incierto”, aclaró Clemente, ya que “si continuáramos explotando la zona al ritmo actual, tendríamos para unos cuatro años más, pero la lógica nos dice que la tendencia es descendente en acumulación de residuos y que a partir de 2021 se tendría que incrementar la cantidad de basura reciclada”. No en vano, “ha de implantarse en el ámbito del Consorcio la recogida selectiva de la fracción orgánica, lo que significa que al vertedero tienen que ir menos residuos”, añadió el presidente de la Agrupación.
Los municipios de más de 5.000 habitantes tienen que buscar soluciones ya “y el resto de pueblos lo tiene que hacer en un plazo breve”, apostilló Clemente, quien reconoció que las comarcas del Bajo Aragón están trabajando, cada una con un sistema diferente, y hay municipios que ya aplican los suyos propios, aunque es cierto que hay que mejorar”, añadió. Según apuntó, “los vecinos tienen que ser tutorizados para, por ejemplo, hacer una recogida adecuada de la materia orgánica, y debe hacerse un seguimiento, porque vemos que, si no es así, a veces se echan restos que no son los adecuados”.
En cualquier caso, el responsable de la Agrupación número 7 consideró que “el problema nuestro es que cada comarca trabaja con un sistema distinto, y eso complica las cosas.