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Empiezan los trabajos previos en el sondeo de agua subterránea en Los Fontanales Empiezan los trabajos previos en el sondeo de agua subterránea en Los Fontanales
Teresa Carceller, a la izquierda, y el presidente de la CHE, Carlos Arrazola, entre otros, junto al pozo Masía Nueva 2

Empiezan los trabajos previos en el sondeo de agua subterránea en Los Fontanales

La CHE efectúa un videoregistro del pozo Masía Nueva 2 para comprobar el estado en que está
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Este lunes arrancaron en el término municipal de La Ginebrosa los trabajos preparatorios del estudio sondeo que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) quiere realizar en uno de los pozos que conectan con el manantial de Los Fontanales, desde donde se quieren derivar caudales al embalse de Calanda, que en este momento se encuentra al 22% de su capacidad.

Esta medida está contemplada en el Plan Especial de Sequía de la cuenca del Guadalope, que ha sido declarada en situación de emergencia por escasez de agua, y persigue aportar al embalse de Calanda aguas subterráneas procedentes del acuífero. En este momento, el embalse de Calanda apenas cuenta para el resto de la temporada estival y de riegos con 12 hectómetros cúbicos de agua almacenada.

Lo que se efectuó ayer por la mañana fue un videoregistro del pozo Masía Nueva 2, propiedad de Endesa y de 406 metros de profundidad. Mediante una cámara de televisión, los técnicos del organismo de cuenca grabaron el estado en que se encuentra el pozo por dentro con el fin de “diagnosticar si en estos 17 años que han transcurrido desde su construcción y en que no se ha utilizado ha envejecido o no”, según puso de manifiesto Teresa Carceller, jefa del Área de de Planes y Estudios de la Oficina de Planificación de la CHE.

Aunque la longitud del pozo es de 406 metros, a partir de los 285 metros en adelante está sin entubar, según Carceller. Las calizas que hay a continuación de esa distancia “están muy fracturadas y karstificadas, y eso es precisamente lo que aporta buenas características hidrogeológicas al pozo”, es decir, no solo tiene un mejor caudal que los otros dos pozos que hay en la zona y que conectan con el acuífero, sino que además puede tener un descenso de agua menos acuciado a medida que se efectúe la extracción. Por tanto, el Masía Nueva 2 es el que parece tener mejores condiciones para probar la medida de emergencia que figura en el Plan Especial de Sequías. Es “el más productivo y el que menos afecciones puede generar”, tal y como manifestó Carceller.

El estudio sondeo se iniciará a mediados de agosto, en cuanto se adjudique el contrato de extracción, cuyo plazo de licitación ya ha terminado. En este sentido, la responsable del Área de Planes y Estudios de la Oficina de Planificación de la CHE manifestó que la prueba que se llevará a cabo tiene como objetivo determinar “la viabilidad técnica, económica y ambiental de esta medida de uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas”. La prueba consistirá en extraer agua del acuífero de Los Fontanales durante 21 días (día y noche), de manera que en ese periodo de tiempo se observará el comportamiento del río y del manantial. A priori la extracción será de 250 o 300 litros por segundo de agua.
 

Esquema de los puntos de control y de extracción que baraja la CHE

Puntos de control

El organismo de cuenca ha establecido distintos puntos de control: un primero aguas abajo de la presa de Santolea, en el río Guadalope; un segundo punto de control aguas abajo del lugar en el río en el que se vierta el caudal extraído de agua subterránea y un tercero antes de llegar a los manantiales de Los Fontanales, que drenan de manera natural al río y aportan aguas al embalse de Calanda.

La cota del agua en este momento se encuentra a una profundidad de 53 metros, aunque desde que se tienen datos registrados (desde 1992), esa cota ha variado. En este momento se encuentra en “mínimos históricos”, coincidiendo con el periodo de sequía actual, según informó la técnico del organismo de cuenca.

Este estudio se efectúa en plena sequía, esto es, “en el peor escenario posible”, apuntó Carceller, esto es, en el momento en el que mejor se pueden comprobar cuál es la afección que tiene la extracción sobre el manantial. De esta manera, “durante los 21 días en que se bombearán 250 litros por segundo llegará un momento en que parte de ese caudal extraído procederá del río” y ese es el dato que se quiere obtener: cuántos días se tardará en llegar al nivel del río.

Durante los 21 días que duren las pruebas se espera extraer medio hectómetro cúbico de agua. Lo que no está claro es si después del ensayo se dará continuidad a la detracción de caudales del acuífero. Antes de tomar esa decisión “habrá que realizar una valoración técnica y ambiental de la viabilidad de la medida, de manera que con los datos obtenidos en el estudio sacaremos unas conclusiones en relación a cómo se ve afectado el río y en ese sentido se realizarán propuestas para los usuarios del embalse”, añadió la jefa del Área de Estudios y Planes.

Abastecimientos

En relación a la posibilidad de que haya abastecimientos de agua de boca que se vean afectados por la medida, la responsable del organismo de cuenca apuntó que se va a “andar con cautela”. No en vano, reconoció que se ha reunido ya con los alcaldes de los ayuntamientos de la zona que captan el agua de boca en el acuífero. (La Cañada de Verich, La Ginebrosa y Aguaviva se abastecen de aguas subterráneas de esta zona, aunque tienen las captaciones en la margen derecha del Guadalope, mientras que el pozo de Masía Nueva 2 se encuentra en la margen izquierda). En relación a ello, Carceller apuntó que “en un momento dado, este ensayo bombeo conectará su nivel con el río, y como tenemos puntos de control podremos verlo y parar el sondeo antes de afectar a la otra margen”, añadió. En cualquier caso, los técnicos del organismo de cuenca han habilitado un cuarto punto de control entre Aguaviva y La Ginebrosa, en un sondeo que hizo la Diputación de Teruel para buscar una captación para Aguaviva en la margen derecha. Allí se introducirá un sensor de control que aportará datos de los niveles del agua. “De esta forma nos aseguraremos de que no hay afección”, añadió Carceller.

Medida de emergencia

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Carlos Arrazola, visitó ayer por la mañana la zona para conocer cómo se llevaba a cabo este primer estudio preliminar del pozo. Acompañado por el presidente de la Junta Central de Usuarios del Guadalope, José Fernando Murría, Arrazola destacó la importancia de la experimentación para obtener resultados que puedan aplicarse, en este caso, para paliar las afecciones de la sequía en esta zona, así como la colaboración entre administraciones, cuya agilidad permitiría poner a prueba el proyecto durante esta campaña de riego.

Por su parte, José Fernando Murria, estimó que los regantes podrán llegar a final de la campaña de riegos, en septiembre, con el volumen de agua embalsada disponible, aunque es cierto que el embalse de Calanda quedará con muy poca reserva. El presidente del Sindicato de regantes se mostró sorprendido de la colaboración entre administraciones que ha habido en este caso, por la rapidez con la que se han otorgado todas las autorizaciones. Según Murria, la cuenca está “muy agotada” y aplicando las restricciones que se iniciaron en abril y que han hecho que “nos conformemos con hacer el melocotón más pequeño del habitual, aunque será más dulce”. Según Murria, desde 2007 no había una sequía tan intensa como la que está sufriendo la cuenca del Guadalope.

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