La comunidad biótica del río Guadalope, los invertebrados que habitan bajo las piedras y cantos rodados y los peces que se alimentan de éstos no son los únicos afectados por el vaciado -a todas luces desacertado- del embalse de Santolea, que ha cubierto de lodo alrededor de 30 kilómetros de lecho del Guadalope aguas abajo de la presa. También los vecinos de Aguaviva se han visto perjudicados por un desembalsado de agua que ha arrastrado aguas abajo de la presa ingentes cantidades de lodo que la pequeña ataguía construida para pararlos ha sido incapaz de gestionar. Los vecinos ya no beben agua de boca del Guadalope porque el vaciado de Santolea ha cubierto de barro la captación desde la que se abastece el municipio .