El muérdago desafía al frío: los Scouts de Alcañiz brillan con su venta solidaria
Varios grupos de esta asociación también hicieron una recolecta de alimentos no perecederosLos Scouts de Alcañiz se enfrentaron ayer al viento y al al frío con entusiasmo y energía, para llevar a cabo una de sus actividades más esperadas: la tradicional venta de muérdago y la recogida solidaria de alimentos junto a Cruz Roja. La cita, que se celebra cada 23 y 24 de diciembre, ha vuelto a reunir a niños, jóvenes y vecinos de la localidad en un acto tradicional, que da vida a la ciudad en estas fechas tan especiales.
La venta de muérdago, que sirve para recaudar fondos destinados a financiar actividades del grupo scout ha tenido, como en años anteriores, una excelente acogida. Andrea de la Fuente, monitora de los Scouts de Alcañiz destacó el éxito de la jornada. “Aunque hoy ha hecho mucho frío, los niños y niñas lo han dado todo. Ya hemos vendido muchos ramilletes, y hoy esperamos agotar las existencias”, comentó con satisfacción.
Los más pequeños, organizados en grupos, vendieron los ramilletes en la plaza y sus alrededores, mientras que los mayores se distribuyeron en los supermercados de la localidad para recoger alimentos y productos no perecederos en colaboración con Cruz Roja. Según de la Fuente, ambas actividades son ya “una tradición consolidada”, que combina el apoyo a las familias necesitadas con la financiación de iniciativas formativas y recreativas para los jóvenes del grupo.
La magia del muérdago
El muérdago, que históricamente ha simbolizado la buena suerte y la protección, es el protagonista indiscutible de estas fechas. Su uso en Navidad está cargado de significado: colgarlo en las puertas trae prosperidad al hogar, y besarse bajo una rama es augurio de felicidad en el amor. Los Scouts recogen esta planta en los montes cercanos con los permisos adecuados, y posteriormente, junto con familiares y colaboradores, la preparan en ramilletes decorados con lazos. Según Pablo Muñoz, coordinador de los Scouts de Alcañiz, es un proceso que requiere preparación, pero que a la vez ya forma parte de una gran tradición. “Nos reunimos un día antes para recoger el muérdago y dedicar toda la tarde a preparar los ramilletes. Es un trabajo que une a todo el grupo. Los niños se lo pasan genial, desde recoger las ramas hasta venderlas”. Este año, alrededor de 35 niños y niñas se encargaron de la venta en la plaza, mientras que unos 25 jóvenes mayores colaboraron en la recogida de alimentos”, explicó el coordinador.
Los ramilletes, vendidos por precios entre 1 y 5 euros según el tamaño, suelen agotarse rápidamente. “Esperamos recaudar unos 500 o 600 euros este año, como en anteriores ediciones. La gente siempre responde y se solidariza mucho, especialmente porque saben que los fondos se destinan a actividades educativas y de convivencia para los niños y jóvenes del grupo”, señaló Muñoz.
Además, también señaló la importancia de seguir con este tipo de jornadas en la ciudad. “Estas actividades son una forma de contribuir al ambiente navideño de Alcañiz. También organizamos la Cabalgata de Reyes, pero el muérdago y la recogida de alimentos son especialmente importantes porque unen a todo el grupo y a la comunidad en torno a un objetivo solidario”, explicó Muñoz.
La recogida de alimentos, que tiene lugar simultáneamente a la venta de muérdago, también ha tenido una excelente respuesta por parte de los alcañizanos. Los supermercados locales han servido como puntos de encuentro, donde vecinos han donado productos básicos como conservas, legumbres o arroz, que serán entregados a Cruz Roja para el uso de quienes más lo necesiten. “Siempre hay una forma de colaborar”, dijo Muñoz.