

El Melocotón de Calanda, temeroso de futuras heladas y pendiente del pronóstico del tiempo
Los agricultores encaran una cosecha incierta tras una floración “dividida” por la meteorologíaLa floración del melocotonero, usualmente típica entre los meses de marzo y abril, ha dejado este fin de semana una bonita estampa en el Bajo Aragón. El momento exacto en el que el color de la flor destaca con claridad depende, en parte, de la variedad y, aunque en esta ocasión se ha adelantado con respecto a los últimos años, la experiencia de visitar los campos de melocotón se convirtió ayer en una actividad ya consolidada en Calanda.
Organizada por Turismo de Calanda, en ella un grupo de visitantes de diferentes puntos del país pudo conocer el proceso de producción del melocotón, a la vez que apreciar la belleza de este momento natural tan característico del inicio de la primavera a la perfección. “Con estas lluvias está todo muy verde, muy limpio de polvo. Las flores están preciosas y también las tonalidades, es por eso que lo hemos disfrutado muchísimo”, dijo Laura Martínez, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Calanda.
Sin embargo, si bien la jornada ha sido un éxito turístico, el sector agrícola observa con cautela la evolución de la próxima campaña de esta fruta. Las lluvias de las últimas semanas han asegurado el riego, pero a su vez también han generado un fenómeno un tanto inusual: una floración dividida en dos fases. “Las condiciones climáticas han hecho que algunas flores abran antes y otras más tarde, lo que puede afectar al cuajado del fruto”, explicó Joaquín Palomo, concejal de Agricultura del Ayuntamiento y agricultor.
Además, la humedad acumulada ha favorecido la aparición de hongos como la Monilia, una amenaza que los agricultores vigilan de cerca. “Es un problema que puede afectar al desarrollo de los árboles, aunque ahora mismo lo que más nos preocupa son las bajas temperaturas”, adviertió Palomo. Aún queda un mes clave por delante, y cualquier helada tardía podría complicar la producción; desde el sector están pendientes de la evolución de la meteorología para las próximas semanas mientras atraviesan un mes de marzo que está siendo especialmente frío y lluvioso en todo el país.
Una previsión incierta
Así que las previsiones para la cosecha de este año están todavía llenas de dudas. La acumulación de agua en los pantanos contrasta con la situación de 2024, cuando la sequía redujo el tamaño de los frutos. “El año pasado tuvimos un problema con la falta de agua, pero este año el riesgo está en el frío y el pedrisco”, explicó Antonio Cerdán, gerente de la cooperativa La Calandina.
Según Cerdán, hasta que no pase la fase crítica de este final de invierno, hasta que no se vea el efecto de posibles heladas tardías, no se podrá hacer una estimación real de la producción que pueda haber en esta temporada. “Todavía es pronto para saber cuántas flores han sido fecundadas. Si el clima acompaña, podríamos tener una buena cosecha, pero si vienen temperaturas extremas, la situación podría cambiar rápidamente”, advierte.

Cabe recordar que en 2024, contra todo pronóstico, la Denominación de Origen Protegida (DOP) Melocotón de Calanda logró una producción superior a los 4 millones de kilos de fruto certificado. En ese momento los agricultores “no esperaban” una buena campaña, según explicó Palomo al echar la vista atrás. Pero, finalmente, los datos del año pasado fueron muy positivos, pues “no hubo ninguna desgracia natural”. Eso esperan que suceda las próximas semanas.
Las cooperativas necesitaron en 2024 alrededor de 2.500 personas trabajando en la recolección y almacenamiento, una cifra que superó a la del año 2023. Sin embargo, el tamaño de los melocotones fue menor debido a las restricciones de riego por la sequía en la cuenca del Guadalope. Este año, aunque se cree que el agua no será un problema, la incertidumbre entre los productores sigue presente, está en el clima.
Temporal
Para el inicio de la próxima semana se espera una continuación del tiempo invernal, con temperaturas bajas y precipitaciones que podrían incluir nevadas en cotas bajas como ha sido el caso de este fin de semana en algunas localidades de la Comarca de Andorra como Ejulve y Crivillén.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los termómetros podrían marcar hasta -2 grados mañana, aunque a partir del miércoles el frío acaba y sería posible ver máximas de hasta 22 grados el próximo viernes. Vaivén típico de la primavera que los agricultores esperan que no esconda alguna helada traidora de última hora.
El apunte
Tras la caminata de visita hubo degustación de productos locales, y los asistentes pudieron encontrar, entre otras comidas, la típica empanada de bacalao y patata: una alternativa a la carne durante la Cuaresma. Sin embargo, algunas leyendas de la Edad Media hablan de este alimento como la única alternativa al hambre para los pescadores durante Semana Santa.