Vecinas afectadas de la ronda de Belchite, en una imagen de archivo del desalojo preventivo
El desescombro del derrumbe que mantiene a 28 desalojados en Alcañiz terminará este martes
Los afectados regresarán a sus casas si los arquitectos no ven más peligro en el edificio afectante
El propietario del inmueble de la plaza del Deán número 20 de Alcañiz, cuya terraza se desprendió el pasado 6 de julio y cayó sobre la parte posterior de dos bloques de pisos de la ronda de Belchite obligando al desalojo preventivo de 28 personas, comenzó el pasado sábado las tareas de desescombro. La limpieza, que se espera termine este martes, permitirá que el despacho de arquitectura Laguéns que lleva la dirección de las actuaciones determine el estado de la cimentación del inmueble causante y, de ser necesario, proyecte las soluciones concretas que permitan que los afectados puedan volver a sus domicilios.
El 4 de agosto –29 días después del suceso que obligó al Ayuntamiento de Alcañiz a precintar de oficio los números 9 y 11 de la ronda de Belchite– el propietario afectante se presentó en el ayuntamiento con voluntad de acometer la limpieza, que se está realizando de urgencia desde el pasado sábado con la previsión de que las tareas puedan concluir este mismo martes.
“Creemos que irá rápido porque no se necesitaba proyecto para estas obras, solo una declaración responsable y un cronograma de los trabajos que se iban a realizar con el apoyo de un arquitecto”, dijo ayer el alcalde, Miguel Ángel Estevan, quien deseó que la zona quede segura cuanto antes para que los vecinos puedan volver a sus casas. Precisamente este martes se cumplen 40 días desde el desalojo forzoso.
Tras los trabajos de limpieza, será un informe técnico del arquitecto el que diga si la cimentación del número 20 de la plaza del Deán está afectada o no.
El alcalde recordó que la mayoría de los vecinos han podido realojarse en segundas residencias o viviendas de familiares, y que solamente hay cinco personas que han sido acomodadas en un establecimiento hostelero de la ciudad con cargo a la partida de emergencias del presupuesto del ayuntamiento.
El arquitecto Juan Laguéns confirmó que la previsión es acabar el desescombro este martes. Aunque el 15 de agosto sea uno de los festivos más importantes del calendario, “no hay descanso para poder limpiar la tierra que se deslizó y la terraza que cedió”.
El objetivo es limpiar bien para posteriormente revisar “la terraza que no se ha caído para ver cómo está y qué hay que hacer”, si bien “probablemente toque derribarla”, vaticinó Laguéns. No obstante, “estamos a la expectativa de lo que surja cuando quitemos todo el escombro”, apostilló.
La hipótesis inicial es que el resto del edificio afectante “está sano”, aunque “tenemos que comprobar que los apoyos de lo que no se ha caído estén bien”, recalcó el técnico con todas las reservas para no dar falsas esperanzas a los desalojados.
Laguéns agradeció la colaboración que han prestado hasta ahora de oficio los técnicos municipales, si bien la incidencia “la tiene que resolver el particular”. A este efecto, el afectante ha asumido la responsabilidad civil de la parte del desescombro y, una vez el arquitecto inspeccione el resto de la casa, pasaría a asumir el coste de una segunda fase.
Si el edificio del Deán no está afectado, los vecinos de la ronda de Belchite podrían volver pronto a sus casas, especialmente el bloque que queda más abajo en la calle, explicó el arquitecto con toda la prudencia porque no sabe todavía en qué estado se encontrará el edificio afectante tras la limpieza.
El 4 de agosto –29 días después del suceso que obligó al Ayuntamiento de Alcañiz a precintar de oficio los números 9 y 11 de la ronda de Belchite– el propietario afectante se presentó en el ayuntamiento con voluntad de acometer la limpieza, que se está realizando de urgencia desde el pasado sábado con la previsión de que las tareas puedan concluir este mismo martes.
“Creemos que irá rápido porque no se necesitaba proyecto para estas obras, solo una declaración responsable y un cronograma de los trabajos que se iban a realizar con el apoyo de un arquitecto”, dijo ayer el alcalde, Miguel Ángel Estevan, quien deseó que la zona quede segura cuanto antes para que los vecinos puedan volver a sus casas. Precisamente este martes se cumplen 40 días desde el desalojo forzoso.
Tras los trabajos de limpieza, será un informe técnico del arquitecto el que diga si la cimentación del número 20 de la plaza del Deán está afectada o no.
El alcalde recordó que la mayoría de los vecinos han podido realojarse en segundas residencias o viviendas de familiares, y que solamente hay cinco personas que han sido acomodadas en un establecimiento hostelero de la ciudad con cargo a la partida de emergencias del presupuesto del ayuntamiento.
Optimismo entre la cautela
El arquitecto Juan Laguéns confirmó que la previsión es acabar el desescombro este martes. Aunque el 15 de agosto sea uno de los festivos más importantes del calendario, “no hay descanso para poder limpiar la tierra que se deslizó y la terraza que cedió”.
El objetivo es limpiar bien para posteriormente revisar “la terraza que no se ha caído para ver cómo está y qué hay que hacer”, si bien “probablemente toque derribarla”, vaticinó Laguéns. No obstante, “estamos a la expectativa de lo que surja cuando quitemos todo el escombro”, apostilló.
La hipótesis inicial es que el resto del edificio afectante “está sano”, aunque “tenemos que comprobar que los apoyos de lo que no se ha caído estén bien”, recalcó el técnico con todas las reservas para no dar falsas esperanzas a los desalojados.
Laguéns agradeció la colaboración que han prestado hasta ahora de oficio los técnicos municipales, si bien la incidencia “la tiene que resolver el particular”. A este efecto, el afectante ha asumido la responsabilidad civil de la parte del desescombro y, una vez el arquitecto inspeccione el resto de la casa, pasaría a asumir el coste de una segunda fase.
Si el edificio del Deán no está afectado, los vecinos de la ronda de Belchite podrían volver pronto a sus casas, especialmente el bloque que queda más abajo en la calle, explicó el arquitecto con toda la prudencia porque no sabe todavía en qué estado se encontrará el edificio afectante tras la limpieza.