El Cachirulo de Alcorisa cumple 40 años de amistad incondicional con la jota
Esta Semana Cultural no habrá festival folclórico por San Sebastián, pero sí misa baturraEl pasado domingo se cumplieron 40 años desde que una cuadrilla de folclóricos fundara la Asociación Cultural Cachirulo Amigos de la Jota de Alcorisa en el bar Las Tres Erres, velando así por la promoción de la jota en la localidad con rondallas, festivales y la escuela de canto, baile y cuerda. Este año, por San Sebastián no habrá visita de otros Cachirulos amigos y la celebración quedará en una sencilla pero emotiva misa baturra.
El domingo, el Facebook del Ayuntamiento de Alcorisa publicaba un vídeo conmemorativo a base de fotografías de todos estos años. Era una humilde forma de celebrar una efeméride redonda que llena de orgullo a los 350 socios que forman parte de este colectivo cultural.
Todo empezó “entre una cuadrilla de amigos en el bar Las Tres Erres” que dijeron que “había que hacer un Cachirulo”, explica el presidente actual Bienvenido Librado. De allí salió la primera junta directiva, comandada por Pepe Gras, director de la oficina de Correos. Acompañaban Antonio Pérez, Araceli Sauras e Isabel López, y pronto se unieron las hermanas Enriqueta y Ana Mari García.
“El año siguiente se hizo la primera fiesta aniversario, con una comida en los salones de la iglesia. Ya se hicieron los trajes y en mi casa hicimos el estandarte”, rememoró Enriqueta. A aquella celebración acudieron autoridades y personalidades del Cachirulo de Zaragoza. Con el Cachirulo recién fundado comenzó la escuela de jota, con Juan Cortés como profesor de guitarra y Paco Camín de baile. “Después formamos una rondalla y se apuntaron una barbaridad de personas”, recordó la jotera.
Por las diferentes fiestas de Alcorisa fueron desfilando importantes cantadores, como Isidro Claver y su maestro José Iranzo. La mítica jotera local Bienvenida Argensola también se dejaba ver por allí. Pero Enriqueta destaca por encima de todo el carácter popular de los festivales, en los que aún hoy pueden participar aficionados. Pedro Gracia, Joaquín Buj, Rafael Omedas, Vicente el Panollo, María Pilar Azuara y Pascuala Guillén dejaron muy buenos ratos.
La asociación tiene material fotográfico y documental para organizar una exposición potente que este año no tendrá lugar “por la pandemia”, pero “para el día de San Sebastián haremos una misa baturra”, que será de lo poco que se pueda salvar este año de una Semana Cultural al uso.
Festival para comenzar el año
El patrón de Alcorisa es muy celebrado, por lo que, en situación de normalidad sanitaria, “el primer domingo de la Semana Cultural hacemos una concentración en el centro cultural Valero Lecha, donde se almuerza y se toma café. A las 12 salimos a hacer misa baturra en procesión con las reales mozas y después hay una pequeña ronda hasta el lugar donde se va a comer”, explicó Librado. Por la tarde hay festival de jota en la Sala Alcor donde “canta todo el que quiere, no hace falta ni que sean profesionales”, ratificó el presidente.
En la fiesta participan multitud de Cachirulos amigos, como el de Alcañiz, Calanda, Samper de Calanda, Andorra, Albalate del Arzobispo, Escatrón, Albalate de Cinca, Reus, Valencia o Puerto de Sagunto, entre otros. La pandemia ha obligado a paralizar los encuentros, que se retomarán con gran alegría cuando acabe esta situación anómala.
“Llegar a 40 años está muy bien. Agradecemos a los que han confiado como socios y a todos los que nos han seguido”, manifestó Librado.
El máximo representante actual de la asociación recordó que el pasado 5 de julio estaba previsto hacer el encuentro anual de la Federación de Cachirulos en Cañizar del Olivar, pero hubo que suspenderlo también. Se trata de que pequeños pueblos tengan acceso a la cultura y el folclore. Ya se ha hecho en Pitarque y en Jarque de la Val, entre otros.
La asociación alcorisana también realiza viajes culturales. “Hicimos uno para conocer el monasterio de Sijena y nos gustó mucho”, recordó Librado.
La escuela de canto, baile y cuerda cuenta normalmente con 130 personas, aunque “con esto de la pandemia solo vienen 12 o 14. Laura Satué, Jesús Buisán y Juanma, de Calanda, son los que la llevan”. Desde marzo se han suspendido las clases de baile.
“Mi mujer –Ana Carmen Añón– era maestra de baile, por lo que me puse a bailar, nos hicimos socios y ya llevo 20 años”, explicó José Antonio Bernuz, actual secretario del Cachirulo, que explicó que en la última junta general se aprobó que todo el que quisiera fuera socio, y no solo uno por familia.
Más implicación
Junto a su hermana Ana Mari, Enriqueta –suegra de Bernuz– ha sido un símbolo del Cachirulo durante todos estos años. “Está muy bien haber llegado hasta aquí, pero como en todas las cosas hay que implicarse un poquito más; nos gusta que se hagan actividades, pero que las hagan otros”, incentivó. Pero “afición sigue habiendo, hay gente que sabe cantar mucho”, valoró.
“Yo no he ido a ninguna escuela, pero he rondado casi toda la provincia de Teruel con la jota. Cuando empezábamos estábamos casadas y con hijos, pero dejábamos a al familia para ir a actuar a las fiestas”, destacó.
La más importante era la de San Sebastián, pero Enriqueta tiene también especial cariño al acto de las fiestas de septiembre en el que, “a la salida de misa mayor, se hace una ronda para cantarle a los abuelos que cumplen 84 años”.
La afición de Enriqueta por las jotas la han heredado su hija y su sobrina, María Elena Nuez. “Mi hija ha estado por lo menos 30 años enseñando a bailar, y la hija de mi hermana está en el grupo tocando la guitarra”, apostilló. En la actualidad, el grupo de jota y la escuela son independientes, aunque “hay colaboración”, subrayó la mítica jotera, que desea que la situación sanitaria se normalice para celebrar el 40 aniversario como se merece: por todo lo alto.