El Bombo del Turista de Calanda cumple 50 años al frente de la Semana Santa

El icónico bombo gigante que luce en la plaza de España de Calanda cada Viernes Santo cumple 50 años. La personalidad relacionada con el mundo de la cultura que dará el primer mazazo el próximo 7 de abril es el secreto mejor guardado por el ayuntamiento, pero en la retina están las emociones al acariciarlo de ilustres como Imanol Arias, Ana Belén, Veronica Forqué, Paco Rabal, Luis Eduardo Aute, Carlos Saura, Fernando Trueba o Luisa Gavasa, entre muchos otros.

El llamado Bombo del Turista  es aporreado cada año por miles de curiosos que desean experimentar la sensación de un calandino al tocar durante 26 horas seguidas después del momento culmen de la Rompida de la Hora a mediodía del Viernes Santo. Fue estrenado en 1973. Este año, el instrumento es protagonista del cartel de Semana Santa de la localidad bajoaragonesa, titulado Mucho más que un bombo”, con fotografía original de Raquel Palomo y montaje de la Junta Coordinadora. Será custodiado por la Cofradía de Jesús Nazareno, encargada de organizar los actos de Semana Santa en esta ocasión. Como en el cartel de 1989, pintado por Miguel Omedes Manero, donde están representados y unidos el bombo grande y esta hermandad semanasantera.

Cuenta Joel Ibáñez Bondía en el blog del Nazareno que el instrumento –de 2 metros de diámetro por 1,5 metros de fondo de caja, que emplea 56 metros de cuerda y confeccionado con piel de becerro argentino cortesía de un peletero valenciano– se estrenó para la Rompida de 1973 y ese mismo día “se rajó la piel de lado a lado”. Fue restaurado hace unos años, cuando se limpió la piel y se repararon los aros.

Desde el principio pasó a ser icono y pieza fundamental del acto principal de la Semana Santa calandina. “Diez minutos antes sale de los bajos del ayuntamiento y se abre paso entre la multitud hasta su sitio”, añade Ibáñez Bondía, muy cerca de la casa de la familia de Luis Buñuel. Allí rompe la Hora el invitado de honor, acompañado por el alcalde y un miembro de la cofradía organizadora. Cuando el primer edil baja el bastón de mando, la piel se eriza por igual a oriundos y visitantes.

También emocionan, en una ceremonia más íntima, los últimos cinco minutos de toques antes de las 14:00 horas del Sábado Santo. En ese momento, los calandinos redoblan al unísono La Palillera frente a la placa en recuerdo a mosén Vicente Allanegui, compositor de esta marcha y alma de las celebraciones.

El bombo gigante “ha vivido rompidas calurosas, otras pasadas por agua”, se ha codeado con gente de la cultura y ha recibido las firmas de miles de personas. En 2020 y 2021 se quedó solo en la plaza, con un lazo negro en recuerdo de todas las víctimas de la pandemia del covid-19.

“Fue récord Guinness durante 18 años. A día de hoy existen muchos bombos grandes por toda la geografía española, muchos de ellos más grandes, pero ninguno nunca podrá superar algo que tiene nuestro bombo grande: él fue el primero”, apostilla el tamborilero calandino, que desea “otros 50 años más” para él.