El avance de las obras de estabilización del cerro permite la reapertura del Corcho de Alcañiz desde este miércoles por la tarde
Estaba cortado al tráfico desde el 31 de agostoEl Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha autorizado la apertura de la travesía de la carretera nacional 232 en el tramo conocido popularmente como Subida del Corcho. El acceso rodado del trazado comprendido entre el Muro de Santiago y la Ronda Teruel se reabrirá esta tarde, después de ocho meses con el tráfico interrumpido como consecuencia de las obras de estabilización del cerro de Pui Pinos.
El Ayuntamiento de Alcañiz informó de que la travesía volverá a ser transitable en los dos sentidos de circulación a partir de las siete de esta tarde y sin ninguna restricción. Los trabajos de consolidación del cabezo seguirán durante todo este verano, aunque no son óbice ya para la circulación. Eso sí, la continuidad de las obras supondrá que en este tramo carretero habrá un incremento del tráfico pesado, lo que no quita que en determinados momentos se de paso a planes de tráfico concretos para la evacuación de vehículos, con cortes puntuales de uno de los sentidos de la marcha. En cualquier caso, desde el Ayuntamiento de Alcañiz señalaron que estos cortes serán informados “con la suficiente antelación”.
La reapertura al tráfico rodado de la ‘Subida al Corcho se produce después de que en las últimas semanas se hayan producido nuevos avances en las obras de consolidación y estabilización del cerro de Pui Pinos. Tal y como informó el Ayuntamiento de Alcañiz semanas atrás, se han colocado 37 pilotes de compactación, algunos de los cuáles llegan hasta los 14 metros de profundidad para sujetar la estructura de algunos muros situados en la vertiente del cabezo que el 17 de abril de 2018 sufrió un desprendimiento de tierras y rocas que supuso el inicio de unas obras de saneamiento que todavía siguen hoy.
El Ayuntamiento de Alcañiz ha gastado ya en estos trabajos -primero de emergencia y después de consolidación- alrededor de cinco millones de euros y se estima que la continuidad de las obras supondrán un dispendio adicional. En estas últimas semanas se ha intervenido en el entorno de la muralla del Cuartelillo, donde se están llevando a cabo labores de recalce para reforzar el asentamiento de los pilares.
La estabilización del cerro concluirá a la vuelta de este próximo verano, momento en el que se habrán inyectado otros 90 micropilotes de sujeción con hormigón.
Travesía y enlace
La reapertura del Corcho supone la recuperación de la transitabilidad de una de las principales arterias de comunicación de la capital del Bajo Aragón que no solo hace de travesía de la N-232 sino que, además, conecta el casco histórico con los ensanches entre avenida Aragón, ronda de Caspe y la estación de autobuses.
Hay que recordar que la Ronda de Teruel quedó cortada el pasado mes de agosto después de una tormenta que sacó a la luz nuevas grietas en el entorno del cabezo que tuvieron que ser saneadas. Las primeras labores se centraron en la demolición de material del propio cerro, aquellas partes que quedaron más dañadas tras la tormenta. En concreto, se trató de una limpieza y desescombro que permitió dibujar espacios diáfanos paralelos a Muro de Santiago con los que se pudo abrir un vial de trabajo para desescombrar e instalar esos 37 primeros pilotes de refuerzo, así como otras infraestructuras anexas de mejora con las que el Ayuntamiento espera que se minimicen los riesgos a futuro.
Puntualmente, se ha llevado a cabo el traslado de material de desescombro y de encofrado, de ahí la necesidad de cortar el vial, lo que ha permitido acelerar las labores de emergencia para afrontar su fase definitiva una vez el Corcho quede abierto.
87 pantallas
Después de la limpieza, se ha inyectado una importante cantidad de hormigón y se han compactado los puntos más inestables del cerro. Así, a partir de ahora lo que queda es levantar hasta 87 pantallas que abrazarán por completo el costado sur del cabezo. Precisamente en estos días, según fuentes municipales, se está procediendo al vallado del entorno de la calle Alta de Luna para empezar a acometer estas labores, que conviven, además, con el recalce hormigonado de la base de los pilares de la muralla del Cuartelillo. Estos pilares están sostenidos sobre arenisca y también están sometidos a riesgo de derrumbe por el mal estado de esta tierra.