Ejulve y Ariño quedarán unidos por el PR-TE 93, una senda de 50 kilómetros

La Comarca Andorra-Sierra de Arcos trabaja para que los 50 kilómetros de cauce del río Escuriza, que nace en Gargallo y desemboca en el río Martín a la altura de Ariño, constituyan una importante senda fluvial que fomente el turismo deportivo y de naturaleza en la zona. Por el momento, el llamado PR-TE 93 está acondicionado entre Ejulve y el Monasterio del Olivar, con 26 kilómetros lineales y algunas variantes que lo enriquecen.

Además de destacar por su belleza natural, la senda tiene una importancia antropológica porque recupera un camino histórico de comunicación entre Ejulve, Gargallo y Crivillén, y de estas localidades con el Monasterio del Olivar. El único convento masculino de Aragón es, todavía hoy, punto de referencia de las romerías a las que por Pentecostés acuden vecinos de estos y otros municipios de la zona como Obón, Alcaine, Cañizar del Olivar, La Zoma, La Mata de los Olmos, Alloza e incluso de Lécera (Zaragoza).

En una primera fase, se señalizaron 12,5 kilómetros entre Ejulve y Gargallo a través de la Federación Aragonesa de Montañismo. Gracias al Fite 2019, se extendieron 14 kilómetros más para llegar hasta la casa de los frailes mercedarios, pasando por Crivillén y siguiendo el curso del Escuriza hasta el cruce con su afluente, el Estercuel.

Calderas y Ruta de la Tortuga

Puntos de gran interés del sendero son la fuente de la Tosquilla, en Ejulve; el nacimiento del Escuriza y las Calderas de Gargallo, una curiosa formación geológica; los molinos harineros de Gargallo (el alto y el bajo); el encuentro de los ríos Escuriza y Estercuel en La Codoñera (Estercuel), uno de los pinares más extensos y mejor conservados de la comarca en los que antaño funcionaba una resinera de la que todavía se conserva su chimenea; el molino harinero del Tromagal en Estercuel y las curiosas formaciones de conglomerados de donde procede el nombre; o la rica vegetación de ribera que acompaña a los andarines durante todo el recorrido, especialmente bello en otoño. Además, un bucle hacia el final del sendero permite subir al Moncoscol, un alto desde el que se divisa una magnífica panorámica del pinar de La Codoñera.

A la altura de Las Calderas, el sendero ofrece también una variante de un par de kilómetros en formato de senda paleontológica de 10 hitos hacia la Ruta de la Tortuga de Gargallo, hasta llegar a la mina La Pintada donde en 1957 el minero José Hernández Mellado encontró un fósil de caparazón de tortuga con una antigüedad de 110 millones de años. Hoy, la localidad le rinde homenaje al hallazgo con una exposición en el centro social y también con este paseo.

“Rocas mágicas”

Durante este año, la Comarca apostará por seguir dotando de atractivos al sendero de largo recorrido. Es el caso del paraje del nacimiento del Escuriza, que el Ayuntamiento de Gargallo ya ha señalizado, junto a los túneles del “ferrocarril fantasma” que nunca existió entre Alcañiz y Teruel. “Lo que vamos a hacer es complementar esa señalización. Faltan marcas de pintura y pondremos un panel interpretativo, mesas y bancos”, dijo la técnica de Cultura y Turismo comarcal, María Ángeles Tomás.

Por otra parte, la comarca quiere poner en valor las rocas areniscas que tiene la zona, “tipo Ciudad Encantada” de Cuenca, abriendo una pequeña variante del sendero “que sea especial para hacer con niños y familias”. Podría llamarse “la senda de las rocas mágicas”, sugirió la técnica de Turismo y Cultura, María Ángeles Tomás.

Con todo, quedaría “una zona para practicar senderismo muy potente, pues se podrán hacer un montón de bucles por el pinar de rodeno tan chulo que hay. De Gargallo puedes subir a la muela del Campillo a observar las vistas, llegar hasta el túnel del ferrocarril, que es muy largo y espectacular, y continuar por el PR-TE 93”, propuso la presidenta de la comarca, Marta Sancho.

En dos años podría estar

La Comarca Andorra-Sierra de Arcos quiere empezar a redactar también los proyectos para unir el tramo que va desde La Codoñera hasta la cola del embalse del Escuriza, un trazado de alrededor de 6 kilómetros que unirá ambos parajes de bella factura natural surcados por el agua.

Desde la cola, el sendero conectará con las nuevas pasarelas de la presa del Congosto a través de una nueva senda de 2 kilómetros de longitud, aún por hacer.

Por último, llegará la fase más compleja, que es unir aguas abajo de la presa hasta la desembocadura del Escuriza en el río Martín, término de Ariño. “Ese es el objetivo final a largo plazo, pero dependerá de cómo nos encontremos esa zona cuando la exploremos”, dijo Sancho, que confió en que el Plan de Dinamización Turística en Destino vigente sea el revulsivo que permita hacer actuaciones ambiciosas como esta, en la que se han invertido ya del orden de 150.000 euros.