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Diez trabajadores de las subcontratas de Endesa cumplen sus primeras 24 horas de encierro en Andorra Diez trabajadores de las subcontratas de Endesa cumplen sus primeras 24 horas de encierro en Andorra
Los trabajadores iniciaron su encierro a las cinco de la tarde de este viernes. Cuqui Peguero

Diez trabajadores de las subcontratas de Endesa cumplen sus primeras 24 horas de encierro en Andorra

“Que nadie pueda decir que nos hemos quedado en el sofá”, afirman
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Las movilizaciones en la cuenca minera turolense en protesta por el cierre de la central térmica de Endesa continúan. El viernes  por la tarde, 10 trabajadores -nueve de las subcontratas de la planta de carbón y un autónomo- iniciaron un encierro de 48 horas en el Ayuntamiento de Andorra, una medida con la que quisieron evidenciar que serán ellos los más perjudicados por el parón de la planta en junio de 2020.

Nadie asegura la recolocación ni la prejubilación a ninguno de los 250 trabajadores subcontratados en alguna de la docena de empresas auxiliares que trabajan en la planta de carbón. Quienes sí lo tienen más o menos garantizado son los 153 empleados directos de Endesa, por lo que “los primeros en ser despedidos seremos nosotros”, aseguró Inocencio Lorenz, portavoz de la Plataforma de las subcontratas, que ha promovido este encierro de dos días en la casa consistorial.

Y aunque las expectativas de obtener resultados favorables son pocas, el propio Lorenz declaró que ante el escaso año y medio de trabajo que puede quedar en Andorra para estos empleados “hay que hacer algo”, porque no quieren que “nadie pueda decirnos después que nos hemos quedado en el sofá”.

Varias decenas de personas acompañaron a las cinco de la tarde a los 10 hombres en la plaza del Ayuntamiento. Los 10 accedieron a la casa consistorial a través de un pasillo humano de gente, mientras cargaban con mochilas, sacos de dormir, agua y comida. Dentro de sus petates también un ordenador portátil, una pequeña televisión y algún juego de cartas de guiñote, además de un pincho con wifi porque en el Ayuntamiento no hay conexión inalámbrica.

A mediodía ya habían trasladado hasta la sala que ha cedido el Ayuntamiento de Andorra los colchones y mantas que les servirán de abrigo hasta que el domingo a las cinco de la tarde se de por concluido el encierro. Es el primero que se convoca desde que Endesa confirmara definitivamente a finales del año pasado que la central de Andorra dejará  de quemar carbón después de 38 años de actividad casi ininterrumpida. Pero no será el último en la Comarca de Andorra Sierra de Arcos en el próximo año y medio, tal y como apuntaron los miembros de la Plataforma.

Inocencio Lorenz reconoció que a pesar de “estar por la lucha y de seguir en ella los meses que nos quedan”, la sensación general es de “pesimismo”. Sobre todo porque, “solo tenemos promesas y promesas, pero seguimos todos los días igual y no tenemos nada”. Según este portavoz, “Endesa promete que nos va a recolocar, pero nos cuesta mucho creerlo”. Se miran en un espejo, el de Cubillos de Sil, en Asturias, donde ya han comenzado los Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) de extinción. “Allí ya no tienen carbón y al no haber carga de trabajo están negociando para echarles a la calle. Igual que nosotros, también tenían promesas de recolocación en el desmantelamiento de la planta, pero lo que está pasando es que la gente se va a la calle”, insistió Lorenz, quien añadió que este encierro “podría ser el principio, pero no será el único”. 

Estos empleados barajan otras medidas de presión “conjuntas con los trabajadores de Cubillos del Sil”, que pasarán por realizar alguna acción de protesta en Madrid, “bien ante la sede del ministerio de Transición Ecológica, bien ante la sede de Endesa”, pues es a ambos a quienes culpabilizan de la crisis del sector del carbón nacional en nuestro país.

Miran a Alemania

“Nos gustaría que el Gobierno explique en qué consiste ese famoso Plan para la transición energética, cuando para los trabajadores de las empresas subcontratadas no va a haber ni transición justa ni alternativas de empleo”, declaró Lorenz. También pidió al Gobierno de España que se fije en Alemania y que cunda el ejemplo de cómo ha cerrado ese país la crisis del sector: con un plazo de cierre de las centrales fijado para 2038 (dentro de 19 años) y con un compromiso de financiación de 40.000 millones de euros en trasferencias a las regiones afectadas.

Los trabajadores de las subcontratas representan a más del 60% de los empleados de la central térmica y en ese sentido advierten de que “nosotros seremos los primeros en irnos a la calle, pero después vendrán los bares, las tiendas, los supermercados, los talleres...”.

Andorra apoya

La alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles, mostró su apoyo a los confinados. “Es una acción para visualizar la problemática del territorio y el Ayuntamiento apoya como lo hemos hecho siempre, como recientemente hicimos cuando sufragamos el autobús de quienes se desplazaron a Zaragoza a manifestarse en el mitin de Pedro Sánchez”, dijo. La alcaldesa afirmó que “estamos en la misma lucha, promueva quien promueva”. El Ayuntamiento ofreció a la Plataforma de subcontratas un aula “para que puedan dormir y desde la residencia municipal les llevaremos la comida el sábado y el domingo”, comentó la regidora.

"Que no cierren la central"

“Pedimos al Gobierno y a Endesa que no cierren la central”, reclamó Raúl Aglio, uno de los 10 trabajadores encerrados en el Ayuntamiento de Andorra desde las cinco de la tarde del viernes. 

Esa es la reivindicación de las 250 personas que trabajan en las empresas auxiliares contratadas en la central térmica de Andorra: mantener la actividad de la planta de carbón más allá de 2020, prolongar su funcionamiento “al menos hasta 2025 o 2030, para dar tiempo a la llegada de infraestructuras y alguna empresa”, pidió Aglio. Su exigencia queda mucho más atrás de la fecha final que han conseguido en Alemania (2038) los sindicatos del carbón con una sola negociación con el Gobierno.

Los trabajadores de las subcontratas quieren algo más que promesas del Gobierno. En una reciente visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Zaragoza, éste anunció una transición justa, es decir, más de lo mismo de lo que ha prometido la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y que no se ha traducido en ninguna medida concreta. “Promesas y promesas, pero decidir sobre el terreno nada y nosotros queremos hechos”, resumió Aglio poco antes de iniciar el encierro de 48 horas en la casa consistorial.

Los trabajadores de las subcontratas buscan repercusión, pero reconocen que lo tienen difícil. La experiencia de las últimas convocatorias y movilizaciones ha puesto de manifiesto que a los medios de comunicación del resto del país le interesa poco lo que ocurra en la cuenca minera de Teruel. “Es una pena la escasa repercusión que están teniendo todo”, reconoció Aglio. A pesar de todo,  “seguiremos en la lucha hasta el final”, añadió.