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Cretas no descarta solicitar a Bomberos de la Diputación de Teruel que suministren agua de boca Cretas no descarta solicitar a Bomberos de la Diputación de Teruel que suministren agua de boca
Plaza de España de Cretas

Cretas no descarta solicitar a Bomberos de la Diputación de Teruel que suministren agua de boca

Las restricciones vuelven a la cuenca del Algars mientras los pueblos piden soluciones estables
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Máxima preocupación en la cuenca del río Algars, afluente del Matarraña, del que beben tres localidades de esta comarca. Cretas mantiene los cortes siete horas durante la noche y no descarta solicitar el suministro de agua de boca a cargo de los Bomberos de la Diputación Provincial de Teruel, mientras que Arens de Lledó ha restringido el agua de riego para que la captación de boca no se vea minorada. Debido al persistente estiaje, el problema comienza a ser habitual en las semanas de más afluencia estival a los pueblos, cuyos ayuntamientos reclaman una solución estable en forma de balsa lateral de regulación. 

El río Algars carece de infraestructuras de regulación de sus aguas en todo el cauce (80 kilómetros), por lo que la cuenca permanece en situación de desventaja con respecto a los municipios que beben del río Matarraña, que sí cuenta con Valcomuna y La Trapa.

El afluente del Matarraña es muy irregular en sus caudales, alternando periodos de gran capacidad cuando llueve torrencialmente con otros de severo estiaje, con apariencia de bajar seco en numerosos tramos.

En Cretas, localidad que duplica sus casi 600 habitantes en verano y que afronta las fiestas patronales esta misma semana, ya se han secado las dos fuentes de abastecimiento, mientras que la captación desde el cauce del río se obtiene a duras penas.

Con la tubería prácticamente inservible por el bajo nivel del agua, durante unos días Cretas se abasteció del agua sobrante de la localidad vecina de Arnes (Tarragona), que no obstante se ha llenado también de visitantes y está cortando el grifo.

Así las cosas, hace dos semanas el Ayuntamiento decretó cortes de agua diarios desde medianoche hasta las siete de la mañana, con tal de perjudicar lo mínimo posible la actividad hostelera y ganadera del municipio, principales fuentes de ingresos para sus habitantes. Además, pidió un uso responsable a los vecinos para que no malgasten. 

“Cerramos por las noches y así vamos recuperando depósitos”, explicó el alcalde, Fernando Camps. Por la noche se llenan hasta el 70% de su capacidad, mientras que por el día bajan al 40%, aproximadamente. En este momento, el pueblo gasta entre 350.000 y 400.000 litros de agua diarios, cuando en invierno se sitúa en los 200.000 litros.

De momento, la localidad no ha tenido que recurrir al suministro de Bomberos como ocurriera el verano pasado para estas fechas, si bien “voy a intentar comunicarme con la Diputación de Teruel para, por lo menos, tener prevista esta posibilidad”, barajaba el regidor, quien reclamó a las administraciones supralocales una solución estable porque en agosto “estamos siempre igual”, protestó. 

Arens prioriza el agua de boca

Otra localidad que bebe del Algars, Arens de Lledó, está “minorando el agua que entra en la acequia de riego para hacer crecer la zona de captación de agua” de boca y así poder “bombear hacia los depósitos las 24 horas del día”, lo que permite tener los almacenajes a una capacidad entre el 70 y el 80%, explicó el alcalde de esta localidad, Xavi Cortés.

“El día que el río diga “se acabó” se tendrá que restringir del todo el agua para riego y habrá que pedir ayuda a la Diputación de Teruel”, alertó Cortés, quien afirmó que esta solución “está en cartera” y tanto la Comarca del Matarraña como diputados provinciales del territorio ya están avisados.

En este momento, Arens se encuentra inmersa en sus fiestas patronales, lo cual supone pasar de unos 210 habitantes a 450.

El ayuntamiento pide con urgencia la balsa lateral para tener agua de forma estable todo el año, e incluso hace “números” para construir un almacenamiento propio.

Lledó, sin apuros hasta ahora

En Lledó, el tercer municipio turolense de la cuenca del Algars, por el momento no hay restricciones y “trabajando muchísimo conseguimos que se llenen los depósitos” porque “no baja agua por el río”, explicó la alcaldesa, Teresa Crivillé, a quien le preocupa poder ofrecerla a emprendedores que quieran hacer “algún hotel rural o casa de turismo rural”. “El río en invierno lleva muchísima agua”, indicó, por lo que demandó que se hagan “balsas laterales” o incluso “un pantano” porque “el cambio climático ya está aquí”, alertó.

Balsa reguladora

La construcción de una balsa de regulación en el cauce del río Algars es la solución preferida por los municipios afectados por las recurrentes dificultades de abastecimiento de agua de boca en verano. La desesperación con la Administración es tal que los ayuntamientos piensan ya en hacer la guerra por su cuenta e hipotecarse para solucionar el problema a nivel local.

Tras la construcción en la cuenca del río Matarraña de Valcomuna y La Trapa hace más de una década, la balsa lateral de Serrat en el Algars duerme el sueño de los justos pese a la comparecencia reciente de regantes y alcaldes en el Congreso de los Diputados para pedir el almacenamiento de tan solo un hectómetro cúbico en el afluente del Matarraña, que carece de regulación en sus 80 kilómetros de cauce.

El río transcurre por las localidades turolenses de Cretas, Arens, Lledó (Matarraña); Maella, Fabara, Nonaspe (Bajo Aragón-Caspe, Zaragoza), y Arnes, Caseres y Horta de Sant Joan en Tarragona.

La ejecución de la balsa lateral de Serrat se acordó en el Dictamen de La Fresneda de 2006, pero ni su proyecto está aprobado ni cuenta con financiación, algo que se ha llevado periódicamente –sin éxito– a la Comisión Bilateral Aragón-Estado.

Desesperación

Los municipios del Algars se sienten abandonados por la Administración y ayuntamientos como el de Cretas piensan ya en buscar soluciones a medio plazo que les puedan servir de forma individual, como “intentar, con la ayuda del Ayuntamiento de Valderrobres, que nos dejen coger agua de sus tuberías –las tienen a 500 metros– este mes que estamos siempre igual”. Otra opción sería materializar la obra para captar agua “en abundancia” desde un paraje “encima de la localidad de Valderrobres, a varios kilómetros de Cretas”, pero “no es una solución a corto plazo” y es más cara, dijo el alcalde, Fernando Camps. 

“Haría falta un almacenamiento de emergencia, llámale balsas laterales, porque falta por regular el Algars. Es el típico río mediterráneo que, con el cambio climático añadido, o no llega agua o es el gran diluvio”, dijo el alcalde de Arens, Xavi Cortés. Este ayuntamiento se encuentra ya “haciendo números para hacer un almacenamiento” por su cuenta y riesgo porque “si no nos garantizan el suministro de agua, todos los veranos vamos a estar así, y no puede ser”. El pueblo tiene en proyecto unas piscinas y “difícilmente las podremos hacer sin un almacenamiento”.

Pese a que “chocamos con los ecologistas”, la alcaldesa de Lledó, Teresa Crivillé, propuso incluso “la construcción de un pantano” para “gestionar correctamente el agua que nos llega en invierno” porque “se trata de supervivencia; hay que vivir y, si no hay agua, ya pueden hablar de despoblación”. 

“A Lledó vienen a vivir familias que les gusta el pueblo porque es maravilloso, con vistas a los Puertos de Beceite, pero nuestra necesidad urgente hoy por hoy es el agua”, con “el problema añadido de que tenemos un depósito con muy poca capacidad de almacenaje”, expuso.