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Continúa la búsqueda del atracador que robó en Bon Área de Alcañiz Continúa la búsqueda del atracador que robó en Bon Área de Alcañiz
Un establecimiento con la persiana bajada por seguridad, el viernes por la tarde

Continúa la búsqueda del atracador que robó en Bon Área de Alcañiz

La Guardia Civil confirma que el otro detenido ya ha sido puesto en libertad
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Sin novedades del atracador que este viernes robó a punta de cuchillo en el supermercado Bon Area de la avenida Aragón de Alcañiz. Pese a la intensa búsqueda que se inició esa misma tarde de este individuo que en torno a las 16.30h amenazó con un cuchillo a la dependienta del establecimiento y se llevó la recaudación de la caja, la Guardia Civil continúa buscándole sin que hasta ahora las pesquisas hayan dado ningún resultado.

Fuentes del instituto armado informaron este sábado de que “se sigue trabajando” en la localización de este hombre al que, al parecer, tendrían identificado. Sin embargo, al cierre de esta edición ni habría sido localizado ni tampoco detenido por las fuerzas de seguridad.

El que sí fue arrestado por la Guardia Civil, pero puesto en libertad a las pocas horas, fue el segundo hombre que protagonizó distintos hurtos en establecimientos comerciales y bares de Alcañiz, coincidiendo la misma tarde del viernes y a la misma hora a la que se produjo el atraco en el Bon Área. Hurtos que, además, efectuó en la misma zona comercial y en la misma calle que el atracador, lo que dio pie a mucha confusión, a que cundiera la alarma entre los comerciantes y viandantes y a que la Guardia Civil recomendara a los establecimientos que cerraran las puertas hasta que la situación hubiera vuelto a la normalidad.

Este hombre fue puesto en libertad horas después de ser identificado y localizado, según confirmaron fuentes policiales. También la titular del bar La Cabaña, situado en la avenida Aragón, explicó este sábado que “unos clientes lo vieron pasar por la calle el mismo viernes por la noche”.

Este hombre, que al parecer podía tener las facultades mentales alteradas, se llevó de la caja registradora del bar algo más de 300 euros de la recaudación del día, tal y como detalló la responsable del establecimiento. Tras jugar con la máquina tragaperras, al quedarse solo por estar la persona que atendía en la cocina preparándole un bocadillo que le había encargado, accedió al interior de la barra, abrió la caja donde estaba el dinero y salió huyendo del local. Ayer sábado, tras ver las imágenes que le enseñó la Guardia Civil, la hostelera confirmó que “era la misma persona que había entrado en la tienda de deporte Atleet”, aunque en ese establecimiento comercial portaba una camiseta de color amarillo, según se ve en las cámaras de seguridad, mientras que en La Cabaña “ya se habría cambiado de ropa, porque llevaba una camisa de color “azulón o gris”, comentó.

Hotel Guadalope

Presumiblemente, el cambio de ropa lo realizó en el Hotel Guadalope, situado en la plaza de España, donde accedió a través de la puerta de servicio de la plaza del Mercado, por la que entran los clientes del alojamiento, al estar el bar cerrado por vacaciones. Supuestamente, en la tercera planta, el ladrón se quitó la camiseta amarilla que llevaba puesta y con la que le grabaron las cámaras de seguridad de la tienda de deportes y se vistió con la camisa que un cliente se había dejado abandonada en el Hotel. Al mismo tiempo, aprovechó para llevarse la cartera del propietario del Hotel, aunque se la devolvió por la noche, una vez fue detenido por agentes de la Guardia Civil, tal y como confirmó el responsable del establecimiento, quien dijo que no tenía previsto interponer denuncia por los hechos.

Además de estos robos, se produjo otro en el Bar Garlahe, minutos antes de que el establecimiento cerrara. En este caso, el ladrón siguió el mismo modus operandi que en el bar La Cabaña; el ladrón se tomó una consumición y cuando vio que la camarera se iba a la cocina y quedaba la barra del bar vacía, entró dentro, abrió la caja y salió huyendo.

Supuestamente, este mismo hombre es el mismo que entró en la oficina de Halcón Viajes, en la calle Alejandre, de donde fue expulsado por la responsable, que conocía, gracias a los avisos que había recibido a través de mensajería instantánea, la oleada de hurtos que se estaban produciendo en bares y comercios.