Cinco alumnos franceses se integran en los fogones y salas de Valderrobres
Esta llegada ha tenido un buen impacto en los estudiantes del IES MatarrañaEl IES Matarraña, en Valderrobres, vuelve a dar un salto internacional gracias el programa Erasmus+, al recibir a cinco alumnos franceses de una escuela de hostelería parisina. Durante casi un mes, estos estudiantes han comenzado unas prácticas en empresas locales, tras una primera semana de integración en el instituto. Según Dabí Latas Alegre, profesor de Servicios de Restauración y coordinador del programa, el recibimiento ha sido excepcional y ha motivado a los alumnos locales."Los hemos acogido con los brazos abiertos, y ellos han respondido de maravilla. En solo una semana, se han adaptado tanto a nuestras clases como a nuestra forma de vida", afirmó.
La llegada de los estudiantes franceses también ha tenido un impacto positivo en los alumnos del IES Matarraña. Ver el intercambio en acción ha incrementado su interés por participar en próximas movilidades. "Estamos en pleno proceso de selección de alumnos para los intercambios de marzo y mayo, y esta experiencia les motiva mucho más. Ahora tienen ganas de ir a París para reencontrarse con sus nuevos amigos", afirmó Latas. Además, la interacción con los estudiantes extranjeros ha permitido al alumnado local practicar idiomas como el francés e inglés en situaciones reales, algo que valoran tanto estudiantes como profesores.
Inmersión en cocina y sala
Los cinco jóvenes, tres chicas y dos chicos, llegaron al Matarraña con ganas de aprender y vivir nuevas experiencias. Tras una semana asistiendo a clases en el instituto, comenzaron sus prácticas en tres reconocidos establecimientos de la zona: La Fonda de la Plaza, el Hotel Fuente del Miro y el Restaurante Baudilio. "En La Fonda de la Plaza y el Baudilio combinamos alumnos de cocina y sala, mientras que en el Hotel Fuente del Miro tenemos a una chica dedicada exclusivamente a cocina", explicó Latas Alegre, subrayando la importancia de repartirlos en empresas pequeñas para garantizar una experiencia personalizada. La estancia en estas empresas no solo les permite aplicar lo aprendido, sino también descubrir el día a día de la hostelería en un entorno rural, muy distinto al de la bulliciosa París.
El choque cultural ha sido, sin duda, uno de los aspectos más interesantes de la experiencia. Desde el primer día, los estudiantes notaron grandes diferencias entre el sistema educativo español y el francés. "Nos comentaron que en su escuela siempre van con traje, corbata y zapatos negros, mientras que aquí vieron a los alumnos de civil y llamando a los profesores por su nombre. Eso les sorprendió, pero también les pareció muy positivo", compartió el docente.
Otro punto de interés para los franceses ha sido la gastronomía local. Durante las prácticas, están descubriendo el uso “extensivo” del aceite de oliva frente a la mantequilla, un producto muy típico de la cocina francesa, algo que inicialmente no entendían. "Nos decían: ‘¿Por qué usáis aceite para todo?’ Pero cuando vieron los olivos por toda la zona, lo comprendieron. Además, quedaron fascinados al probar la tortilla de patata por primera vez", añadió Latas. Los estudiantes también destacaron la presentación de los platos en España, que describieron como más colorida y creativa que en su país.
Nuevos lazos
Más allá de lo académico, los alumnos franceses han encontrado en Valderrobres un entorno cálido y acogedor. En pocos días, conectaron con sus compañeros españoles, con quienes han compartido salidas y actividades sociales. "El segundo día ya estaban todos en contacto por Instagram y quedando para salir. Algunos incluso fueron a Alcañiz el fin de semana, y hubo quien les invitó a dormir en sus casas", relató el coordinador. Esta interacción refleja uno de los grandes objetivos del programa Erasmus+: fomentar la convivencia y el entendimiento entre jóvenes de diferentes culturas.
La experiencia de estos cinco jóvenes franceses en el Matarraña es un ejemplo de cómo la educación puede superar fronteras y crear lazos duraderos con otros alumnos."La finalidad del Erasmus+ es que los estudiantes conozcan nuevas culturas, amplíen sus horizontes y construyan amistades que trasciendan el aula. Y eso es exactamente lo que estamos viendo aquí", dijo Latas.
Sin embargo, esta experiencia es solo el comienzo. En enero, el IES Matarraña recibirá a un nuevo grupo de estudiantes franceses, mientras que en primavera serán los alumnos españoles quienes viajarán a Francia. "Estos intercambios no solo benefician a los estudiantes, sino también a los profesores, que pueden practicar idiomas y aprender nuevas metodologías", explicó Latas. La dinámica de movilidad internacional se ha convertido en un pilar fundamental para el instituto, fortaleciendo vínculos con otros países y ofreciendo una formación más completa.