Castelnou restaura las viejas escuelas como sala polivalente y de coworking

El Ayuntamiento de Castelnou rehabilitará el edificio de las antiguas escuelas de San Valero para destinarlo a usos sociales como sala de exposiciones, conferencias o incluso un centro de coworking. Ha sacado a licitación la obra por 348.400 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de seis meses, con la intención de que la actuación pueda estar concluida este mismo año.

Así figura en los pliegos que el consistorio ha remitido al perfil del contratante, en los que indica que el edificio, que desde 1998 no cumple la función para la que fue construido, se encuentra “muy deteriorado” y es preciso acometer “una rehabilitación integral” en busca de “nuevos espacios que sean aptos para mejorar la vida de las personas que viven en Castelnou”.

La dirección de obra ya ha sido adjudicada al estudio de arquitectura MaestrArq, mientras que el proyecto de la obra lo firma Marta Clavería. En el documento se explica que el edificio actual, ubicado en la calle Barrio Alto, se divide en dos espacios: las escuelas de niños y de niñas, con accesos separados.
 

La actuación prevé demoler toda la distribución interior, revestimientos y el porche, así como renovar la cubierta.

De modo que quedará una sala diáfana, apta para un local de usos diversos. El antiguo porche será un vestíbulo de entrada con aseos y almacén.

Se mantendrán los muros y se renovarán los revestimientos, con nuevos aislamientos en suelo, paredes y cubierta, así como nueva carpintería e instalaciones de electricidad y climatización.

El proyecto contempla, además, la adecuación del entorno y consolidación del vallado de la parcela y muro de mampostería.

También está previsto incluir elementos de ajardinamiento e instalar un sistema de riego, así como el talado de pinos.

Entre 1957 y 1998

Las escuelas municipales de San Valero estuvieron operativas entre 1957 y 1998, con un periodo intermedio cerradas en el que los alumnos estudiaron en La Puebla de Híjar (1971-1983) y Escatrón (Zaragoza, 1983-1985). Así lo explica el presidente del Centro de Estudios del Bajo Martín (CEBM), José Ángel Guimerá, en un artículo sobre la escuela rural  de Castelnou en el número XIV de la revista Rujiar.

Las escuelas se inauguraron en el curso 1957/58, cuando se plantaron los pinos que hoy las rodean. Los regaban las alumnas, que subían cubos de agua desde el pueblo, detalla Guimerá.

Se reformó hace 4 décadas

Tras una división férrea entre niños y niñas en tiempos de la dictadura, con la reapertura de las escuelas en 1985 los once alumnos y alumnas de entonces se agruparon en la antigua aula de chicas, donde el maestro daba clase en torno a una estufa de leña. El aula de chicos, por su parte, se convirtió en un gimnasio para actividad física.

En aquella época ya se hicieron algunas reformas con motivo de la reapertura, como la sustitución de las ventanas de madera por otras de acero inoxidable, se taparon grietas y se pintó por dentro y por fuera.

“Los patios de recreo, anteriormente separados por una valla de obra, se convirtieron en uno quitando también esta barrera, con lo que finalmente el edificio se adecuaba perfectamente a una escuela mixta de chicos y chicas. Se reformo el despacho del maestro, los aseos y un pequeño cuarto donde dejar los abrigos a la entrada”, explica Guimerá.

Trece años aguantaría el municipio con sus escuelas, hasta que el 1998 llegó el cierre definitivo y las expediciones diarias a La Puebla de Híjar, sede del colegio rural agrupado (CRA) que acoge  también a Samper de Calanda, Urrea de Gaén y Vinaceite.

En la actualidad, los niños de Castelnou se desplazan al colegio Francisco Loscos de Samper de Calanda a diario para estudiar Primaria, y al instituto Pedro Laín Entralgo Híjar para la Secundaria. Tras la iniciativa de repoblación conocida popularmente como Caravana de Niños, Castelnou incrementó el número de escolares y subvencionó la escuela infantil de Samper, explica Guimerá en su artículo.