Calanda llega a un acuerdo para comprar el Convento del Desierto
El Ayuntamiento presupuesta 120.000 euros para su vallado y adquisición por 93.000 eurosEl Ayuntamiento de Calanda ha llegado a un acuerdo para la compra del Convento del Desierto de Calanda, un enorme edificio de estilo barroco, construido en el siglo XVII por la orden religiosa de los Carmelitas Descalzos y que se encuentra en ruinas. Catalogado como Bien del Patrimonio Cultural Aragonés, hace dos décadas pasó a manos de una sociedad empresarial radicada en Caspe (Zaragoza), que la intentó vender años después en varias ocasiones, pero sin lograrlo.
El Ayuntamiento de Calanda ha firmado con la sociedad propietaria del edificio un contrato de compra venta por un importe de 93.000 euros, un "acuerdo bastante aceptable", según valoró el alcalde de Calanda, Alberto Herrero. No en vano, "encargamos una tasación pública que lo valoraba en 145.000 euros, por lo que consideramos que el precio que hemos conseguido es bastante bueno", enfatizó.
En el presupuesto de 2021 del Ayuntamiento de Calanda, el equipo de gobierno ha incluido una partida de 120.000 para sufragar la compra del inmueble y acometer un primer vallado que impedirá el acceso al interior.
La operación se ha suscrito después de 14 meses de negociaciones entre el ayuntamiento y los propietarios, según explicó Alberto Herrero. La venta se realizará libre de cargas y limitaciones, pues "las que tenía la finca -además del edificio monumental hay cinco hectáreas de terreno alrededor- eran imposibles de asumir", enfatizó el primer edil, quien explicó que había una demanda generalizada entre los vecinos para que el consistorio comprara el Convento del Desierto. Ahora, no obstante, la adecuación del inmueble y la puesta en marcha de algún proyecto que le otorgue un uso será un asunto que tendrá que llevarse a cabo a medio y largo plazo.
"Después de la compra, lo más inmediato es vallar el edificio, porque por allí pasa mucha gente que accede al interior, y no hay que olvidar que se encuentra en ruinas y entraña peligro", enfatizó el regidor. En este sentido, comentó que "dentro del edificio hay una zona con un foso de 25 metros de hondo y de 1,20 metros de ancho y si no ha pasado nada es porque Dios no lo ha querido, porque suele pasar bastante gente por allí que, además, se acerca y entra en el interior".
Así las cosas, lo primero será acometer el vallado, y después "nos pondremos a pensar en su consolidación", añadió Herrero.
Grupos inversores
El alcalde explicó que ha invitado a representantes de varios grupos de inversores para que vean el edificio. En total, han pasado cinco empresas distintas. "Se ha pensado en distintos proyectos, desde la creación de una residencia para el mundo de la cultura hasta la conversión del convento en un hotel con encanto, pero de todo ello no hay nada en firme; todo son propuestas y no hay un objetivo definido", aclaró. Además, Herrero enfatizó que "lo más importante era dar el paso de comprar el edificio y es lo que hemos hecho, porque tenemos un acuerdo en firme y un documento legal firmado, y eso es lo que cuenta".
En cualquier caso, el consistorio calandino no excluye la posibilidad de llegar a algún acuerdo para firmar una concesión a 40 años con alguno de los grupos inversores que han visitado el edificio. “Esa también es una de las posibilidades que estamos barajando”, añadió.
Con todo, una vez adquirido y vallado, el equipo de gobierno valorará distintas opciones, sin prisa. “Decir que vamos a acometer un proyecto de manera inmediata, además de ser arriesgado no sería realista", reconoció Herrero.
El Ayuntamiento encargó una memoria valorada “para conocer lo que costaría la consolidación y restauración del inmueble, y la cuantía rondaría los ocho millones de euros", una inversión que es "a todas luces inasumible para el Ayuntamiento de Calanda", aclaró. El proyecto que finalmente se ponga en marcha en el inmueble “tendrá que hacerse a través de financiación externa”, bien sea “de otras administraciones públicas de Aragón o del 1% Cultural" que financia el Gobierno de España, apuntó el alcalde calandino.
Una vez el preacuerdo en la mano, la compra efectiva del inmueble se llevará a cabo en los próximos meses, en cuando la documentación de compraventa y notarial esté lista.
En Calanda
En Calanda el acuerdo ha tenido "una acogida muy positiva", según indicó Herrero. "Mucha gente nos pedía que hiciéramos algo con el edificio, y eso es lo que hemos llevado a cabo. Además, hay muchas visitas allí y existe un riesgo serio, porque el edificio no está en condiciones de recibir visitas y puede ocurrir algún peligro".
Ubicado a siete kilómetros de Calanda, se sitúa al final de la zona conocida como el Desierto, pero rodeado de un pinar. Herrero se mostró satisfecho con la compra. "Estamos muy contentos, porque hemos estado 14 meses negociando y al final se ha cerrado la operación con lo que considero que es un buen acuerdo", añadió el alcalde.
Proyecto anterior
El actor Ferrán Rañé presentó en el año 2003 un proyecto para convertir el Convento del Desierto de Calanda en un centro de creación y debate artístico. El edificio se había puesto a la venta. La propuesta pretendía sustentar aquella idea en torno a la figura y personalidad de Luis Buñuel..
La intención de Rañé, con raíces en Torrevelilla, era transformar el derruido convento, que había sido fundado en 1689 por una delegación de la orden de los Carmelitas Descalzos, en un centro dedicado a las artes escénicas y audiovisuales que al mismo tiempo pudiera tener una función de alojamiento turístico singular.
A la presentación acudieron representantes de organizaciones culturales, empresariales y de la Comarca del Bajo Aragón. Se buscaba que alguna institución pública comprara el edificio, pero todo quedó en nada.
El centro de creación y debate artístico se concebía como un espacio público donde se ofrecieran espectáculos, conciertos y proyecciones y donde al mismo tiempo se impartieran cursos de formación artística para jóvenes. La idea incluía el uso del inmueble como alojamiento cultural y turístico.
Fundado en 1682
El Convento del Desierto de Calanda fue fundado en 1682, alargándose su construcción hasta 1701. Fue reconstruido en varias ocasiones, en 1705 por los desperfectos causados por la Guerra de Sucesión; en 1708 a causa de un incendio y más tarde, en 1809, por los daños sufridos durante la Guerra de la independencia, volviéndose a utilizar como convento a partir de 1814.
Fue llamado del Desierto por su emplazamiento en una zona extensamente deshabitada, y por ser la típica ubicación carmelitana con la que trataba de conseguir la reforma de la iglesia a través de una vida de austeridad, aislamiento y recogimiento. Pudo haber hasta 40 religiosos en este convento, construido en este emplazamiento por el aislamiento y retiro que los frailes buscaban: un lugar apartado de los núcleos de población.