Calanda cierra la compra del convento del Desierto por 93.000 euros

El Ayuntamiento de Calanda ha comprado por 93.000 euros este mes de abril el Convento del Desierto, un enorme edificio de estilo barroco, construido en el siglo XVII por la orden religiosa de los Carmelitas Descalzos y que se encuentra en ruinas. Un hotel o un centro cultural, o ambas cosas a la vez. Esos son los proyectos en los que podría reconvertirse el inmueble abandonado a medio y largo plazo si finalmente salen adelante los proyectos que baraja el Ayuntamiento calandino.

Catalogado como Bien del Patrimonio Cultural Aragonés, hace dos décadas que el inmueble pasó a manos de una sociedad empresarial radicada en Caspe (Zaragoza), que la intentó vender sin conseguirlo años después. Ahora llega a manos de una institución pública.

“Lo primero que vamos a hacer va a ser la limpieza profunda del convento, vamos a vallarlo, según las indicaciones que nos exija el departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón y, a partir de ahí, veremos cuáles de todas las ideas que llevamos en mente es viable”, afirmó el alcalde, Alberto Herrero. “La idea es hacer un proyecto que sea viable, y, hasta ahora, las personas especializadas que hemos traído a Calanda para que lo vean nos han comentado que tiene posibilidades”, enfatizó.

Entre las ideas propuestas se baraja la adecuación del convento como un hotel o un centro cultural, “o ambas cosas a la vez, ya que existe un proyecto de hace muchos años, del actor Ferrán Rañé, que quedó en nada”, añadió Herrero. El Ayuntamiento, según dijo, “hablará con él” para estudiar todas las posibilidades. En cualquier caso, el consistorio no piensa en una explotación directa de las instalaciones, sino más bien en “una cesión del edificio durante unos años a una empresa que lo explote”. No obstante, “está por ver” la fórmula definitiva, porque queda mucho recorrido por delante.

Respecto a la adquisición del convento, Herrero manifestó que “comprar patrimonio municipal es importante y necesario para Calanda, porque los ayuntamientos tenemos la responsabilidad de cuidar el patrimonio y de defender su valor”. Además, manifestó que “era un sentir general en la sociedad calandina que el convento del Desierto fuera del Ayuntamiento, puesto que muchísimos vecinos pensaban que un edificio como éste tenía que ser de Calanda y no de una empresa privada”.

Una vez el Ayuntamiento tiene las escrituras en las manos, “lo primero que vamos a hacer es limpiarlo, y sólo ahí tenemos muchísimo trabajo, porque dentro han crecido hasta árboles”. Después “se vallará de la mano del departamento de Patrimonio”.