Almazora logra su octava victoria en el Concurso Nacional de Tambores y Bombos de Híjar
La cuadrilla del Cristo del Calvario se impone al Nazareno del municipio anfitrión y a AlziraLa Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario de Almazora (Castellón) logró su octavo triunfo en 20 actuaciones en el Concurso Nacional de Tambores y Bombos de Híjar, por delante del Nazareno de la localidad anfitriona, la cuadrilla de Alzira (Valencia) y El Encuentro y La Dolorosa de la capital del Bajo Martín.
El 40% de las veces que han participado, se han llevado el gato al agua. Se dice pronto. Los tamborileros de Almazora lo bordan, fruto de una labor que da comienzo ya con las categorías inferiores, en las que siempre tienen nutrida representación. Este año ganaron en infantiles, por delante del Santo Entierro y La Burrica de Híjar, pero se les atragantaron los juveniles del Santo Entierro de Híjar, que se llevaron el gato al agua. Tercera fue la cuadrilla local de tambores de San Blas.
Participaron en el concurso de este año un total de 18 cuadrillas de mayores, tres juveniles y otras tres infantiles, en la línea de otros años. El tiempo acompañó y el Domingo de Ramos en la localidad, que este año celebra el V Centenario de su Semana Santa, fue una fiesta.
No se la quisieron perder los castellonenses, que participan asiduamente desde que hace 20 años descubrieron que en Híjar “había un concurso muy famoso y muy importante”. De modo que “nos animamos a subir y el primer año nos fue bien, quedamos en quinto lugar, y ya no hemos dejado de asistir hasta hoy”, explicó el presidente de la también llamada asociación Tambores de Pasión, Damián Aguilella.
A las ocho victorias se suman cinco segundos puestos y prácticamente no han bajado nunca de los cinco primeros lugares.
De modo que el aprendiz ha superado al maestro, pues los tamborileros de Castellón descubrieron los tambores de la Ruta a través de sus vecinos de l’Alcora. “Decidimos adquirir nuestros tambores y a partir de ahí entramos en otra dimensión”, más espectacular que los instrumentos de banda y corneta que tocaban en su cofradía.
Los tamborileros ganadores del Concurso Nacional, que alcanzó su LIV edición, destacaron el “hermanamiento” reinante tanto con el Ayuntamiento como con otras cuadrillas. Desde hace unos años, los de Almazora cenan y duermen ya en la localidad para disfrutar de Tamboríxar y del ambiente previo.
Allí les esperan otros tamborileros destacados como los Posesos de la Ruta, un compendio de varios pueblos del consorcio del Bajo Aragón que se juntan a ensayar después del Pilar. “Únicamente ensayamos los domingos y por eso empezamos antes, para poder tener más días”, explicó Aitor Pes.
En sus marchas, los Posesos introducen toques tradicionales de los nueve pueblos, pero también se permiten licencias, con sonidos más modernos e invenciones que van surgiendo para dotar de espectacularidad a la actuación.
“Vamos cogiendo de un lado, de otro, y juntando tradición con algo más moderno, todo mezclado para intentar ganar, que es el objetivo de cada año, aunque si no se puede pues a hacerlo lo mejor posible y a disfrutar tocando”, apuntó Abraham Formento.
Los tamborileros del consorcio subrayan que las escuelas municipales de tambores son las encargadas de que la tradición perdure y las nuevas generaciones adquieran destreza.
Preguntados, medio en broma medio en serio, por si se atreven a dar el salto a la presidencia de la Ruta que deja Segundo Bordonaba, lo ven “complicado” porque no se ven en el cargo, pero “supongo que alguno saldrá, alguna otra fórmula habrá, pero esto no puede desaparecer”, comentó Pes, que ha hecho de su pasión por los tambores y bombos una forma de ganarse la vida con Tambores Andorra.