Alcorisa se convierte por unos días en el epicentro de la geología provincial

Las II Jornadas Geológicas de divulgación y defensa del patrimonio geológico turolense han comenzado con fuerza en Alcorisa, con un programa que incluye curiosas y novedosas exposiciones y actividades que se extenderán hasta el sábado. 

Esta edición continúa con su idea inicial de divulgar el patrimonio geológico de la provincia, ponerlo en valor y defenderlo ante las amenazas y el olvido, pero además pretende ser un homenaje a los últimos profesores de Geología del Campus Universitario de Teruel, aquellos que formaron a profesionales de esta ciencia a finales de 1970 y que a día de hoy han alcanzado una gran proyección. 

El martes se presentó la asociación recientemente creada Amigos del Patrimonio Geológico de Teruel, que nace con la intención de ser un paliativo del desconocimiento del patrimonio geológico por parte de los habitantes de la provincia. “Consideramos necesaria esta asociación para divulgar el patrimonio geológico, paleontológico y minero que tenemos en Teruel. Queremos ayudar a descubrir el valor de lo cotidiano, que muchas veces es desconocido e infravalorado e incluso destruido”, apuntó Moisés Fanlo, secretario de la entidad. 

Precisamente se eligió el inicio de esta edición de las jornadas para presentar la asociación porque pretende colaborar, organizar y coordinar las diversas actividades, conferencias y exposiciones que se realizan durante ellas además de ampliarlas para futuras ocasiones. Desde Amigos del Patrimonio Geológico de Teruel explicaron también la simbología de su logo, en la que aparece un mapa de la provincia con tres sectores en diferentes colores que representas las eras geológicas del paleozoico, Mesozoico y Cenozoico. 

Combinaciones

Los actos preliminares de las Jornadas geológicas también contaron con la presentación del libro Memoria de las raíces, de Jesús Calvo Betés, quien narra sus vivencias cotidianas como joven masovero en el Maestrazgo turolense. A través de esta obra se pretende mostrar las masías y su vida en ellas como parte del patrimonio rural. Mediante la descripción de paisajes, las piedras y el relato del hallazgo de los primeros fósiles, el autor ejulvino muestra que la geología está muy presente en la vida cotidiana y que puede combinar muy bien con las letras. 

“Es necesario regresar al saber, porque se está perdiendo y hay que conservarlo. Las masadas tenían vida y cultura propia. Son muestra del trabajo bien hecho, ya que los masoveros eran artesanos que lo sabían hacer todo y eran autosuficientes en muchos aspectos”, apuntó Juan Manuel Calvo, quien se encargó de presentar al autor del libro.

Por su parte, Jesús Calvo quiso destacar que no se trata de un libro técnico, pero habla del amor por la tierra. 

En él relata sus vivencias en la masía durante sus años de escuela, la matanza, las vacaciones, los viajes, y cómo redescubrió la naturaleza tras volver de estudiar de Zaragoza. Tras rememorar varias anécdotas que evocaron muchos recuerdos a la mayoría de asistentes Calvo respondió las preguntas de los curiosos y firmó su libro a todos aquellos que se acercaron.