Alcorisa recupera la Fiesta de la Villa cuatro años después con éxito de público

La Fiesta de la Villa de Alcorisa brilló durante el fin de semana gracias a las ganas que tenían  vecinos y visitantes de disfrutar del evento después de cuatro años sin hacerlo. La localidad bajoaragonesa regresó por 48 horas a 1605, pleno Siglo de Oro, para recordar que el 9 de noviembre de aquel año el municipio se emancipó de Alcañiz y logró jurisdicción propia. Un completo programa de actos con recreación de la firma del acuerdo, una boda multitudinaria, mercado, tribunales de la Santa Inquisición, tabernas y conciertos dejaron el mejor sabor de boca.

El casco antiguo de Alcorisa lució como en las mejores ocasiones gracias al trabajo de la asociación que organiza la fiesta, que adornó con enramadas, pendones, guirnaldas y banderas fachadas y calles. Además, con la complicidad de algunas familias, se dispusieron media docena de tabernas para mayor ambientación, lo que unido al trabajo de la hostelería permitió disfrutar de una gran oferta gastronómica.

El acto principal volvió a ser el momento en que los emisarios reales de Felipe III hicieron aparición en la plaza de los Arcos para conceder al municipio el título de Fiel y Muy Ilustre Villa, lo que la hacía independiente de la de Alcañiz. El notario dio fe de los acuerdos. Se fijaron los límites municipales y se procedió al nombramiento del Justicia.

Los característicos danzantes de esta fiesta bailaron al son de la música de los dulzaineros para celebrar la nueva libertad, vestidos de trajes de época como el resto de los vecinos.

“Se empezó celebrando los 400 años en 2005 y fue tal la acogida que en la siguiente celebración hicimos dos fines de semana”, recordó el presidente de la Asociación Cultural Fiesta de la Villa, Joaquín Peralta. La fiesta es bienal. “En los documentos pone que Alcorisa celebró nueve días de fiesta entonces. Se hicieron enramadas, cosa que aún mantenemos”, dijo el organizador, que consideró que la edición 2023 ha sido la que “más público” ha acumulado. “Por las calles del casco era imposible pasar. Ha sido algo continuo, y en la cena popular del sábado la plaza se quedó pequeña”, valoró.

Y es que “las fiestas de calle tienen una gran acogida, no en Alcorisa sino en cualquier pueblo de la comarca y de la provincia”, más si respeta el tiempo como en esta ocasión, más allá de alguna racha de viento molesta.

La Boda del Siglo de Oro

Como novedad, este año se celebró la Boda del Siglo de Oro en la iglesia de San Sebastián, un acto en el que los protagonistas fueron una pareja que en realidad se casó precisamente este año. Después del casamiento hubo más bailes y un gran vino en la plaza para celebrarlo. “Le podemos dar una vuelta más para potenciar esta boda, pero la gente ha quedado contenta de la estructura”.
 

Otro de los actos que no defraudan es la aparición en escena de la temida Santa Inquisición, con caza de brujas incluida. También se incluyó en el programa la tradicional llega por las calles para la preparación de una gran cesta que fue sorteada en la plaza el sábado por la tarde.

El Centro de Estudios Locales de Alcorisa (Cela) guió una visita teatralizada a la iglesia Santa María la Mayor y su simbólica torre, a la que pudieron acceder por primera vez muchos alcorisanos.

También hubo pleno infantil en el ayuntamiento, en el que los escolares transmitieron sus inquietudes al alcalde, Miguel Iranzo, y al resto de la corporación. Los niños se volcaron con la fiesta representando el domingo por la tarde el Romance del ciego, dances y juegos tradicionales.

Un concurso de tapas motivó a hosteleros y tabernas, y la música hizo acto de presencia el viernes con Rumba Sound y Tarraco Surfers, que pusieron el punto de contraste al Siglo de Oro. El sábado sacaron a bailar al personal los gaiteros y Orquesta Palancia, además del celebrado grupo Bandurrock. La fiesta acabó el domingo por la tarde con versiones de música tradicional a cargo de La Chanera. Un gran Mercado del Siglo de Oro con alimentos y artesanía dio colorido al festejo.