Alcañiz impulsa cursos de dispensación responsable de bebidas alcohólicas

Cualquier establecimiento hostelero que opte a sacar barras a la calle en Alcañiz deberá inscribir a sus camareros en alguno de los cursos de dispensación responsable de bebidas alcohólicas que organiza el Centro de Prevención Comunitaria del consistorio dentro de un amplio programa para evitar sobre todo que los menores beban.

El primer curso de este tipo para bares y establecimientos tuvo lugar el pasado lunes en la sede alcañizana de la Cámara de Comercio de Teruel. A lo largo de 2020, el Ayuntamiento organizará más cursos con el mismo contenido, “ya que va a ser requisito imprescindible que los camareros de los bares (mínimo uno o dos de cada establecimiento) lo hayan cursado para que estos establecimientos puedan optar a poner barras en  eventos que organice o en que participe el Ayuntamiento”, explicó el consistorio en una nota de prensa. 

Cualquier persona o establecimiento interesado puede llamar al CPC (978 870 691) o enviar un correo electrónico a salud@alcaniz.es. El consistorio agradeció, a través de un comunicado de prensa, su presencia a todas las personas y establecimientos que participaron en esta primera acción formativa de un programa impulsado por las Áreas de Igualdad y Salud, y de Comercio y Ferias, que pretende concienciar a toda la sociedad sobre la importancia de ejercer conductas responsables en el consumo y dispensación de alcohol. 

Los tres ejes del programa

El programa se basa en tres ejes: la sensibilización de los sectores comercial y hostelero de Alcañiz sobre el cumplimiento de la normativa sobre la prohibición de venta y dispensación  de bebidas alcohólicas a menores de 18 años; el compromiso activo en cuanto a ese cumplimiento con cartelería visible para los establecimientos que manifiesten la adhesión a las buenas prácticas en este ámbito; y la formación sobre el manejo de situaciones conflictivas concretas generadas por personas que ya han abusado del alcohol. 

Los detalles del programa los presentaron en el Ayuntamiento a finales de la pasada semana las concejalas delegadas de Acción Social y de Comercio y Ferias del consistorio, Ángela Lara e Irene Quintana, respectivamente, los técnicos del Centro de Prevención Comunitaria municipal, Alfredo Soldevilla y Carmen Julve, y la doctora Alicia Rodríguez Martos, asesora de la iniciativa y una de las máximas referentes estatales en investigación, atención y prevención en el abuso del alcohol y otras drogas.

En su presentación, Lara explicó que “para implantar este programa hemos trabajado conjuntamente desde Acción Social, Salud y Comercio del Ayuntamiento, a partir de conversaciones previas con personal y AMPAs de centros escolares que nos trasladaron la problemática”. 

Por su parte, la concejala delegada de Comercio y Ferias desgranó los detalles del programa e indicó que el objetivo principal es “sensibilizar a toda la sociedad sobre la problemática de la dispensación indebida de alcohol”. Quintana añadió que la solución pasa “por que los establecimientos cumplan la normativa y también por dotarles de elementos formativos que permitan a sus profesionales solventar situaciones conflictivas”. 

En la implantación del programa, el Ayuntamiento ha contado con el asesoramiento de Rodríguez Martos, quien explicó que “uno de nuestros últimos trabajos de campo ha demostrado que formar correctamente a los profesionales incide positivamente en fomentar que estos dispensen las bebidas alcohólicas de manera responsable”.  

También valoró positivamente el papel formativo uno de los técnicos municipales a cargo de la iniciativa, Alfredo Soldevilla, quien detalló que “buscamos implicar a toda la sociedad en el cumplimiento de la normativa y también en el acompañamiento del resto de medidas para una dispensación responsable”. 

El programa arrancó el pasado jueves con una charla a cargo de la doctora Rodríguez Martos, quien además presentó su primer libro publicado: Me llaman Mercedes. Es una novela sobre una mujer alcohólica y se tratan  también los elementos diferenciales y de carácter de mayor gravedad y discriminación que sufren las mujeres adictas por cuestiones de discriminación de género, ya que son doblemente víctimas: en cuanto adictas propiamente, y víctimas por otra parte de una sociedad predominantemente machista.