Alcañiz conmemora el 85 aniversario de uno de los bombardeos más cruentos de la guerra civil
A las 16:09 horas del 3 de marzo de 1938, 160 bombas fascistas mataron a centenares de civiles
A las 16:09 horas del 3 de marzo de 1938, sin previo aviso, 14 aviones Saboya de la Aviación Legionaria italiana que apoyaba al bando de Franco bombardearon indiscriminadamente la ciudad de Alcañiz, matando a centenares de personas en uno de los capítulos más crueles de la guerra civil española junto a Guernica, Barcelona o Málaga. Este viernes, 85 años después, el Ayuntamiento de Alcañiz, la Diputación de Teruel, asociaciones memorialistas y vecinos en general conmemoraron aquel hecho con el foco puesto en Ucrania. Los errores históricos siguen repitiéndose y las víctimas sufriendo.
La conmemoración consistió en un sencillo acto en la plaza Tres de Marzo con el que se homenajeó a las víctimas de aquella matanza cruel que, según explicó el concejal delegado de Cultura, Jorge Abril, confirmó a la aviación como elemento decisivo en un enfrentamiento bélico, convirtiendo a la retaguardia en frente de guerra “y a la población civil en blanco para el enemigo”, con el “único fin de provocar muerte, destrucción y terror”.
En el Día de la Memoria Democrática de Aragón, que precisamente se celebra el 3 de marzo por ser la efeméride del bombardeo de Alcañiz, hubo actuaciones de la Escuela de Música y Danza municipal para conmemorar el momento en que, sobre la capital del Bajo Aragón, cayeron 10 toneladas de explosivos en tan solo dos minutos. Fueron bombas de 50 y 100 kilos que los aliados fascistas de Franco dejaron caer donde más gente podía haber a esa hora: el Cuartelillo, la Glorieta y el Campo de Instrucción de Capuchinos. Según el historiador local José María Maldonado, sólo hubo una masacre más intensa en tan corto periodo de tiempo: el 18 de marzo de 1938 en Barcelona.
Los actos se completaron con la apertura y visita (hasta el 31 de marzo) en el Liceo y la Biblioteca de la exposición Republicanos españoles víctimas del nazismo, cedida por la Asociación Amical de Mauthausen y otros campos, que muestra el largo alcance de la persecución, la esclavitud y la deportación de los españoles que huyeron a Francia desde España tras la victoria del bando golpista. Fueron maltratados por el país galo y víctimas del ejército alemán. Tras la liberación de los campos nazis en primavera de 1945 continuaron proscritos en España por el régimen dictatorial que les había empujado al exilio en 1939.
El alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, subrayó en su discurso que el 3 de marzo no es solo “un día muy importante en Alcañiz, sino también en Aragón”, pues el bombardeo fue “uno de los más cruentos de la guerra civil española” en el que fallecieron “centenares de personas”.
Urquizu, que tuvo un recuerdo para las víctimas de Ucrania, destacó que la memoria en Alcañiz forma parte de la “identidad” de la población. “En días como hoy –por el viernes– los alcañizanos se pueden ver reflejados en lo que es su historia, en lo que han sido sus antepasados y creo que es una forma de reafirmarnos en quiénes somos y de dónde venimos, y creo que también es extensible a Aragón”, insistió.
Además, homenajeó con sus palabras a Julián Gil Cerdán, el alcalde de Alcañiz cuando estalló la guerra que “murió en el exilio” porque “tuvo que salir de la ciudad en tiempos en los que significarse, aún hoy lo es, era complicado”. Por ello, instó a “poner en valor a las personas que son capaces de comprometerse con las causas, de pelear por aquello en lo que creen y dar la cara en el momento más difícil, como seguramente haría Julián en los malos momentos”, concluyó.
La diputada delegada de Desarrollo Territorial de la Diputación de Teruel, María Ariño, instó a “no volver a cometer errores” del pasado en forma de guerras, y explicó que la institución provincial ha incorporado una partida nueva esta legislatura para la recuperación de la Memoria Democrática. Con ella se ha ayudado a exhumar cuerpos en Villel con la colaboración de la Asociación Pozos de Caudé.
“Tenemos que ser valientes, la historia que escriben los vencederos no se asemeja a la realidad y debemos ser claros en el mensaje”, destacó Ariño. Por último, instó a “trabajar conjuntamente con todos los ayuntamientos para recuperar la Memoria Democrática de esta provincia”.
Por su parte, Abril insistió en que el ataque de la aviación fascista italiana, “lejos de conseguir objetivos militares inmediatos, tuvo como misión amedrentar a la población” mediante “160 bombas” que causaron “innumerables muertos”.
El concejal dijo que, en el 85 aniversario de la matanza, el objetivo es “enlazar el homenaje con los principios y valores que emanan de la Ley de Memoria Democrática de Aragón y, en particular, el derecho a la verdad y el deber de recordar”.
Asimismo, “nuestra ciudad tiene la firme voluntad de trabajar en red con otras localidades que sufrieron similares bombardeos” en “iniciativas de investigación y memoria”, declaró.
Por otro lado, “nos hermanamos con aquellas localidades ucranianas que en este primer año de guerra siguen sufriendo los bombardeos y las represiones contra su población civil por parte de la aviación y artillería rusa”, añadió Abril. “Nuestro corazón y espíritu están con ellos”, indicó. Por último, tuvo un recuerdo para 'la Julia', “una de las víctimas del bombardeo de Alcañiz fallecida recientemente; su sonrisa y vitalidad nos acompañarán siempre”.
Por su parte, Maldonado hizo de anfitrión de la exposición y desveló que en los campos de exterminio nazis hubo más de 10.000 españoles y mil aragoneses, la mayoría republicanos deportados desde Francia, adonde huyeron tras la ocupación en Cataluña del bando nacional.
La conmemoración consistió en un sencillo acto en la plaza Tres de Marzo con el que se homenajeó a las víctimas de aquella matanza cruel que, según explicó el concejal delegado de Cultura, Jorge Abril, confirmó a la aviación como elemento decisivo en un enfrentamiento bélico, convirtiendo a la retaguardia en frente de guerra “y a la población civil en blanco para el enemigo”, con el “único fin de provocar muerte, destrucción y terror”.
En el Día de la Memoria Democrática de Aragón, que precisamente se celebra el 3 de marzo por ser la efeméride del bombardeo de Alcañiz, hubo actuaciones de la Escuela de Música y Danza municipal para conmemorar el momento en que, sobre la capital del Bajo Aragón, cayeron 10 toneladas de explosivos en tan solo dos minutos. Fueron bombas de 50 y 100 kilos que los aliados fascistas de Franco dejaron caer donde más gente podía haber a esa hora: el Cuartelillo, la Glorieta y el Campo de Instrucción de Capuchinos. Según el historiador local José María Maldonado, sólo hubo una masacre más intensa en tan corto periodo de tiempo: el 18 de marzo de 1938 en Barcelona.
Los actos se completaron con la apertura y visita (hasta el 31 de marzo) en el Liceo y la Biblioteca de la exposición Republicanos españoles víctimas del nazismo, cedida por la Asociación Amical de Mauthausen y otros campos, que muestra el largo alcance de la persecución, la esclavitud y la deportación de los españoles que huyeron a Francia desde España tras la victoria del bando golpista. Fueron maltratados por el país galo y víctimas del ejército alemán. Tras la liberación de los campos nazis en primavera de 1945 continuaron proscritos en España por el régimen dictatorial que les había empujado al exilio en 1939.
Homenaje a Julián Gil
El alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, subrayó en su discurso que el 3 de marzo no es solo “un día muy importante en Alcañiz, sino también en Aragón”, pues el bombardeo fue “uno de los más cruentos de la guerra civil española” en el que fallecieron “centenares de personas”.
Urquizu, que tuvo un recuerdo para las víctimas de Ucrania, destacó que la memoria en Alcañiz forma parte de la “identidad” de la población. “En días como hoy –por el viernes– los alcañizanos se pueden ver reflejados en lo que es su historia, en lo que han sido sus antepasados y creo que es una forma de reafirmarnos en quiénes somos y de dónde venimos, y creo que también es extensible a Aragón”, insistió.
Además, homenajeó con sus palabras a Julián Gil Cerdán, el alcalde de Alcañiz cuando estalló la guerra que “murió en el exilio” porque “tuvo que salir de la ciudad en tiempos en los que significarse, aún hoy lo es, era complicado”. Por ello, instó a “poner en valor a las personas que son capaces de comprometerse con las causas, de pelear por aquello en lo que creen y dar la cara en el momento más difícil, como seguramente haría Julián en los malos momentos”, concluyó.
La diputada delegada de Desarrollo Territorial de la Diputación de Teruel, María Ariño, instó a “no volver a cometer errores” del pasado en forma de guerras, y explicó que la institución provincial ha incorporado una partida nueva esta legislatura para la recuperación de la Memoria Democrática. Con ella se ha ayudado a exhumar cuerpos en Villel con la colaboración de la Asociación Pozos de Caudé.
“Tenemos que ser valientes, la historia que escriben los vencederos no se asemeja a la realidad y debemos ser claros en el mensaje”, destacó Ariño. Por último, instó a “trabajar conjuntamente con todos los ayuntamientos para recuperar la Memoria Democrática de esta provincia”.
Por su parte, Abril insistió en que el ataque de la aviación fascista italiana, “lejos de conseguir objetivos militares inmediatos, tuvo como misión amedrentar a la población” mediante “160 bombas” que causaron “innumerables muertos”.
El concejal dijo que, en el 85 aniversario de la matanza, el objetivo es “enlazar el homenaje con los principios y valores que emanan de la Ley de Memoria Democrática de Aragón y, en particular, el derecho a la verdad y el deber de recordar”.
Asimismo, “nuestra ciudad tiene la firme voluntad de trabajar en red con otras localidades que sufrieron similares bombardeos” en “iniciativas de investigación y memoria”, declaró.
Guiño a Ucrania
Por otro lado, “nos hermanamos con aquellas localidades ucranianas que en este primer año de guerra siguen sufriendo los bombardeos y las represiones contra su población civil por parte de la aviación y artillería rusa”, añadió Abril. “Nuestro corazón y espíritu están con ellos”, indicó. Por último, tuvo un recuerdo para 'la Julia', “una de las víctimas del bombardeo de Alcañiz fallecida recientemente; su sonrisa y vitalidad nos acompañarán siempre”.
Por su parte, Maldonado hizo de anfitrión de la exposición y desveló que en los campos de exterminio nazis hubo más de 10.000 españoles y mil aragoneses, la mayoría republicanos deportados desde Francia, adonde huyeron tras la ocupación en Cataluña del bando nacional.