Aguaviva mejorará su almazara para poder comercializar su aceite de oliva
La instalación mantendrá el método tradicional de molturado de la materia primaEl aceite de oliva que consumen los vecinos de Aguaviva se extrae mediante un sistema de molienda en piedra, un método tradicional que se ha mantenido inalterado desde que la almazara fuera construida en 1939. Mejorar la productividad de la instalación para gestionar el mayor volumen posible de aceitunas es el objeto del proyecto de reforma de las instalaciones que maneja el Ayuntamiento, propietario de las instalaciones.
La idea de reformar la almazara del pueblo “fue una propuesta de los vecinos”, que hasta ahora solo destinan a esta almazara la cantidad de olivas que dedican a aceite de oliva de consumo propio. El resto, las excedentarias, las venden en otras almazaras de la comarca. “El molino de aceite de Aguaviva no tiene capacidad para gestionar un volumen tan grande de olivas, ni por dimensiones ni por disponibilidad de personal”, precisó el alcalde, Aitor Clemente.
La almazara tiene contratados a tres trabajadores en un turno de jornada completa durante la campaña, lo que hace imposible que se puedan gestionar decenas de toneladas de aceituna. Los costes laborales, los gastos energéticos, de mantenimiento, etc, se costean entre todos los agricultores que han llevado aceitunas a molturar, repercutiendo los gastos totales en función y de manera proporcional al número de kilos que cada agricultor ha llevado a las instalaciones en cada campaña olivarera.
La ampliación de las instalaciones y la adecuación de éstas a la normativa higiénico sanitaria y de seguridad lo posibilitaría, y ese es el objetivo del proyecto de mejora de la almazara cuyas obras acaba de sacar a licitación el Ayuntamiento de Aguaviva.
La obra, que tiene un coste de casi 90.000 euros, se financia con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) de comarcas mineras del año 2018. Ha de estar terminada el próximo mes de mayo.
Reforma completa
El proyecto de mejora propone una renovación completa de las instalaciones, mejorando la red eléctrica propia, los dispositivos de seguridad, calefacción, de los mecanismos para la limpieza de la oliva, etc. De la misma manera, también se sustituyen las balsas de decantación y los depósitos de almacenamiento, que se colocarán de acero inoxidable, tal y como establece la legislación en materia de sanidad alimentaria. Los depósitos de almacenamiento actuales, de 12.000 litros de capacidad, están enterrados y son de hormigón.
Las obras mejorarán el proceso productivo, garantizarán la seguridad e higiene del inmueble para incrementar la calidad del producto, aunque la intención es respetar el proceso tradicional de elaboración de aceite. No en vano, por la metodología empleada en la obtención del aceite, la almazara de Aguaviva se considera una “reliquia agroindustrial”, ya que para la molienda y batido de la aceituna, así como para el prensado y extracción, se utiliza la maquina original del siglo pasado. Es un proceso de elaboración artesanal de los que quedan pocos en el Bajo Aragón.
En cualquier caso, en esta almazara no se puede obtener un aceite de oliva que cumpla los actuales parámetros de máxima calidad, como tampoco es posible aumentar la producción de las instalaciones. Entre otras cosas, porque no está mecanizada en cuanto a la recepción y limpieza de la materia prima. Las bañeras de decantación están revestidas con baldosas que no tienen un acabado sanitario correcto, ya que están en contacto con el aceite de oliva, lo que confiere al producto final un aspecto más oscuro. Lo mismo ocurre con todas las superficies de contacto de la pasta antes de llegar a la bañeras de decantación, pues las canales por las que circula el zumo de aceituna están echas de hormigón y el estado de conservación es muy deficiente. En esta reforma, se revestirán de acero inoxidable para cumplir los parámetros higiénico-sanitarios.
Para cumplir el objetivo de que la almazara pueda gestionar un mayor volumen de aceitunas quedará por realizar una segunda fase de obras “al menos tan importante como esta”, precisó el alcalde, Aitor Clemente. “Nos encantaría que toda la oliva que se saca del término municipal de Aguaviva se gestionara en la almazara del pueblo y que todo el excedente de aceite pudiera comercializarse”, manifestó. Aún con todo, ese anhelo es “un horizonte a medio plazo que nos hemos marcado conseguir, aunque en esta fase no será posible”, comentó con realismo el regidor.
En Aguaviva se suelen recoger una media de 54.000 kilos de aceitunas por campaña, que se traducen en unos 12.000 kilos de aceite de oliva finales.
Sin plazos concretos
El Ayuntamiento no puede ponerse plazos para completar la obra y poder comercializar todo el aceite producido en el pueblo. “Como en todos los municipios pequeños, dependemos de las ayudas externas, así que esperaremos a cuando podamos conseguir una financiación suficientemente importante”, dijo Clemente. Ahora, por ejemplo, apuntó, “se trabaja en un solo turno, pero cuando las instalaciones reúnan las condiciones podrá hacerse en varios turnos e incrementar la producción, porque podrá haber más personal”.