Afectados por el cierre del sector minero-eléctrico: “Los políticos nos han dado una patada en el culo y dejado tirados”
Aseguran que lucharán hasta que se les asegure una alternativa laboral“Si hasta ahora sólo nos han oído, habrá que hacer que nos escuchen”, advirtióSalomón Amador, uno de los trabajadores de la contrata Villajos que este jueves ya no acudió a su puesto de trabajo como consecuencia del cierre de la mina de Ariño. “Nos hemos reunido con toda clase de políticos de todos los partidos y nos han prometido el oro y el moro”, pero “lo que han hecho todos es darnos una patada en el culo y dejarnos tirados”.
El enfado de los trabajadores con la clase política es morrocotudo por no haber sido consciente desde hace años de la que se le venía encima a la cuenca minera con el más que probable cierre de la térmica y no haber puesto los medios adecuados para la reindustrialización. Los ánimos están caldeados y son recurrentes los cortes de carretera con neumáticos ardiendo desde que a mediodía del miércoles Samca comunicara que no suministrará más carbón a Endesa del que tiene amontonado en el acopio.
En el cambio de relevo, cuando estaban todos los trabajadores presentes, “salió el jefe de nuestra empresa y nos dijo que le acababa de comunicar Samca que Endesa había roto el contrato de compra de carbón, que con el que tienen acopiado tanto en la térmica como en la mina tienen bastante”, detalló Amador.
“Nos hemos llevado un palo muy gordo”, hasta el punto de que “no lo hemos llegado a asimilar porque preveíamos que este año iba a ser muy bueno” para la extracción de carbón.
Samca tenía firmado un contrato de suministro a Endesa hasta marzo de 2020. De hecho, Villajos “acababa de arreglar papeles para que enganchasen el lunes cinco personas”, pues “había mucha faena” e incluso “nos habían comentado que igual habría que trabajar los domingos quien quisiera”. De repente, “de la noche a la mañana”, todo cambió.
Los trabajadores no culpan a Samca, sino a Endesa y, en última instancia, a los últimos gobiernos de España y Aragón, de varios colores políticos, que no han sido capaces de prorrogar la generación de energía con carbón ni de articular infraestructuras y condiciones óptimas para favorecer inversiones empresariales en la zona.
Se quieren quedar
“Tengo pareja, vivo en Andorra y me quiero quedar aquí, por lo que voy a luchar hasta el final, y habrá que protestar donde haya que protestar”, concluyó Amador, que acudió a una nueva concentración en la barrera de la térmica para apoyar a los compañeros de Endesa que todavía no saben dónde serán recolocados cuando cierre la planta el 30 de junio de 2020.
“Los jefes de servicio ya están teniendo entrevistas y les ofrecen destinos como Sevilla, Lérida o Madrid, pero a los pocarropa como nosotros, los operarios de planta sin cargos, todavía no nos han ofrecido nada”, explicó Gustavo Mañas.
Él ha mentalizado ya a su hija de ocho años ante una más que probable salida de su entorno. “Mi vida cambiará totalmente”, asume, algo que “no compensa la ayuda que te dan por desplazarte”.
Igual que Amador, Mañas culpa de esta situación a la clase política. “Advertíamos de que venía el lobo, hasta que al final ha venido”, llevándose por delante el complejo minero-eléctrico.
Otro colectivo afectado es el de los chóferes de los camiones que transportaban mineral de las minas a la térmica. “En Ariño seguirán trabajando hasta que se acabe el acopio, pero en Foz ya no se trabaja porque íbamos a viaje vendido”, dijo José María Martín, uno de los camioneros, que atendía a este periódico mientras viajaba hacia Pamplona con un encargo de su misma empresa, la alcañizana César Mora, pero bien distinto al que solía hacer hasta el miércoles.
Entre las dos minas, eran más de veinte los camioneros que llevaban carbón a la central de Endesa. Protestan porque el anuncio de cierre ha sido muy brusco, pues “esperábamos seguir al menos hasta julio”. Martín está en una empresa que, por el momento, seguirá empleando a su plantilla, si bien la situación de los autónomos será bien distinta.
Juan Carlos Blanco, que tiene dos hijos, llegó a la zona en 2017 para trabajar para Villajos en el desmonte de Ariño. Sentía “una mezcla de alegría y tristeza”, pues no está de acuerdo con la situación generada pero al menos ya ha conseguido trabajo. “Me han confirmado esta mañana –la del jueves– que me voy para Estados Unidos a trabajar, a Texas, para Ferrovial en obra pública”. De momento estará seis meses con los que pagará “facturas, que vienen todos los días”.
Blanco procede de la comarca del Bierzo, en León. “He visto morir la minería allí y he venido aquí a ver cómo se muere. Lo único que vemos es las desgracias venir”, lamentó.
Recolocaciones "a corto plazo"
Por su parte, Samca se ha puesto ya en contacto con algunos trabajadores de las contratas que operaban en las minas de Ariño y Foz Calanda para preguntar por perfiles profesionales que se puedan adecuar a los proyectos alternativos a la minería energética del carbón que tiene intención de poner en marcha “a corto plazo” en las comarcas Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Aragón.
“El compromiso con la plantilla propia y con la de las contratas (unas 200 personas en conjunto) es total”, indicaron fuentes de Samca, “bien sea en actividades que ya desarrolla el grupo o mediante otras empresas que se pondrán en marcha”, aseveraron, y emplazaron a “los próximos días” para poder ofrecer “datos más concretos” y “una foto fija de la situación”.
Por el momento, Samca pretende invertir más de 50 millones de euros y crear más de un centenar de puestos de trabajo con la puesta en marcha de un centro de I+D+i y de una planta industrial para el uso de carbón en la fabricación de fertilizantes que instalará en Ariño, un proyecto del que se viene hablando desde hace un tiempo y en el que el municipio tiene puestas muchas esperanzas. Según fuentes de la empresa, en una primera fase generará entre 30 y 35 puestos de trabajo, y con su consolidación podría llegar a los 80.
Además, Samca pretende instalar una planta de valorización de minerales cerámicos en un municipio del Bajo Aragón, y apuesta por un “importante” proyecto agroalimentario en el sector frutícola.
Dentro del acuerdo de la ruptura del contrato entre Samca y Endesa, la eléctrica indemnizará a la minera con 3,5 millones de euros destinados a la reindustrialización de la zona.