2018 comienza con un absoluto éxito televisivo. El resucitado Operación Triunfo se ha convertido en un fenómeno social. Y para eso, en la línea de la nuevas formas de consumir televisión, ni siquiera han hecho falta grandes éxitos de audiencia. A punto de comenzar su recta final, elección de representante de Eurovisión incluida, el gran éxito televisivo de los últimos meses ni siquiera ha llegado una sola vez al 20% de cuota de pantalla en ninguna de sus galas.
Hasta ahora, el dato del 20% de cuota de pantalla en la programación de noche era la aceptada frontera que marcaba la diferencia entre el “funciona” y el “exitazo”. Como si estuviéramos en plena época de exploración y colonización, esta última frontera ya ha caído. Entramos en otro territorio en el que aparecen los canales alternativos. De hecho, YouTube se ha convertido en una referencia para los seguidores de los “triunfitos”.
Aunque el canal oficial en YouTube de Operación Triunfo solo tiene cerca de 300.000 mil seguidores, algunos vídeos alcanzan más de un millón y medio de visualizaciones. Y luego está el canal 24 horas en directo, a través de la misma plataforma. He podido comprobar que a las 12 de la mañana de un viernes cualquiera estaban viéndolo más de 10.000 personas.
Ya he escrito en otras ocasiones que la forma tradicional de analizar las audiencias se está quedando corta. Que aunque sigue siendo el principal instrumento de medición del éxito o el fracaso, hay otros muchos factores que valorar. En el caso del talent musical la notoriedad está llegando también a través de sus desarrollos transmedia. La buena acogida de los discos semanales en el mercado musical, el interés que despiertan los actos promocionales o los conciertos e, incluso, la renovada ilusión eurovisiva suman a la hora de considerar a los “triunfitos” como un triunfazo.
Incluso los canales de la competencia a La 1 están teniendo difícil sustraerse al fenómeno. La televisión autonómica gallega consigue sus propios éxitos entrevistando a los concursantes de la tierra tras ser apeados de la competición. Y Telecinco ha convertido los intentos de los actuales “triunfitos” para formar parte su programa La Voz en uno de los contenidos de Sálvame. Con permiso de María Lapiedra y Gustavo González, claro.
Nota al pie: si no saben quiénes son los triunfitos o estos dos últimos personajes, es que viven en otro mundo.