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¿Debemos celebrar Halloween o Holyween? ¿Debemos celebrar Halloween o Holyween?

¿Debemos celebrar Halloween o Holyween?

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Tomasa Calvo

Desde hace unos años, en España y en tantos otros países de América Latina, la noche de Halloween se ha convertido en una fiesta para muchos. Sin embargo, el significado de Halloween no es muy conocido, esta palabra viene del inglés antiguo All hallow’s eve y significa víspera de todos los santos.

El origen de esta fiesta, que se celebra el 31 de octubre, se remonta a la época de los pueblos celtas y formaba parte de sus tradiciones. Esa fecha, coincidiendo con la caída de las hojas, marcaba el fin del año céltico, lo que significaba el fin de la muerte o el comienzo de una nueva vida. Los celtas creían que los espíritus de los muertos podían volver a sus hogares y para alejarlos usaban disfraces de animales y máscaras. Además, las gentes de estos pueblos pensaban que los espíritus salían de los cementerios y se paseaban por sus calles. También, adoraban a su dios, Samagin o el señor de la muerte, a quien acudían para consultarle: el futuro, la salud, la prosperidad, la muerte....

Con la cristianización de los pueblos celtas se produjo la coincidencia cronológica de la fiesta pagana de Halloween con la fiesta cristiana de Todos los Santos, momento en el que empezaron a mezclarse las celebraciones de las dos fiestas. Las gentes de estos pueblos, en lugar de rezar por sus antepasados y recordar el ejemplo de los santos, vivían presas del miedo porque tenían muchas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

La fiesta de Halloween se celebra principalmente en los países anglosajones, aunque está creciendo en otras partes de este mundo globalizado. Sin embargo, esta fiesta fue introducida en los EEUU por inmigrantes irlandeses, llegando a formar parte destacada del folclore popular en el que incluyeron a brujas, fantasmas, duendes, vampiros, calabazas y monstruos de toda especie. Las calabazas rememoran la leyenda irlandesa del farol del tacaño Jack, que repudiado por el cielo y por el infierno, buscaba la salvación de su alma, en la oscuridad de la noche con la luz de un candil, que había hecho con un nabo grande. En Estados Unidos el nabo se sustituyó, desde el principio, por una calabaza en la que se colocaba una luz para ahuyentar al diablo.

La noche de Halloween, en muchos pueblos y ciudades del mundo, ha perdido todo su trasfondo espiritual y se ha transformado en una fiesta pagana, en la que sus gentes se disfrazan de monstruos, momias y fantasmas de inquietantes espectros con ganas de juerga hasta que el esqueleto aguante. Sin duda, es una exaltación más de la cultura de la muerte presente en nuestra sociedad.

Por otra parte, desde hace más diez años, en diversas ciudades españolas se ha empezado a celebrar Holywins o Holyween, la santidad vence, en la víspera del día de Todos los Santos. En este día, se anima a los niños y jóvenes a vestirse como lo hacían sus santos preferidos, para conocer sus vidas ejemplares y pasar un día lleno de alegría, reconociendo la santidad a la que todos estamos llamados. Esta iniciativa, que cuenta con más de dos décadas, nació en la diócesis de París en el año 2002. 

La celebración de Holywins pretende impulsar la fiesta cristiana de Todos los Santos, puesto que está siendo eclipsada por la implantación de la fiesta pagana de Halloween, y que se celebra cada 1 de noviembre. Esta fiesta, fiesta del cielo, nos recuerda que estamos llamados a ir al cielo, y nos ayuda a mantener la esperanza de lograrlo.

Los católicos no deberíamos dejar que la fiesta de Halloween forme parte de nuestras vidas, fiesta de la oscuridad y del terror, sino apostar por la celebración de la fiesta de Holyween que es una fiesta de luz y alegría.